Tal y como dice el presidente Javier Milei, “no hay plata” pero, en este caso, en los bolsillos de la población. En el último mes, las ventas en los supermercados registraron una caída de entre el 8% y el 9% mientras que en marzo, las farmacias sufrieron una caída del 20,2% en sus ventas. 

El aumento de precios generalizado, tarifas, alquileres, prepagas, cuotas escolares, transporte, entre otros, y la consecuente pérdida de poder adquistivo del salario, hace que los consumidores reduzcan cada vez sus gastos incluso en productos de primera necesidad como alimentos, bebidas, artículos de higiene y limpieza, y medicamentos. 

La caída de las ventas afecta de manera transversal a todos los rubros, por ejemplo en el caso de de textiles y electrónica la disminución es de entre un 40% a 50% desde principios de diciembre. 

Los productos de la canasta básica también tan tenido un fuerte impacto. En los rubros de bebidas y lácteos, la disminución fue del 20% en cada uno de ellos 

Ya en marzo, se había registrado un desplome de un 7,3% interanual en las ventas de supermercados y un 10% en los mayoristas. Lejos de remontar, la tendencia parece profundizarse es que la liberación de precios y las permanentes actualizaciones hacen que los salarios se queden atrás. 

En este contexto, es cierto que en abril los alimentos aumentan a menor ritmo que meses anteriores, pero esta retrotracción de precios se debe a una brutal baja en la demanda que hace que muchos productos, incluso gaseosas, expiren en las góndolas.