Luego de que Irán lanzara un ataque directo sobre Israel, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires elevó el nivel de alerta a “alto” ante lo que consideran podría ser una amenza terrorista y extremó las medidas de seguridad para proteger posibles blancos. 

El ataque de Irán no fue una sorpresa, todo lo contrario: se trató de una respuesta a la ofensiva que Israel llevó adelante el 1 de abril en consulado iraní en Damasco (Siria), donde siete miembros del Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica fueron asesinados.

El líder supremo iraní, el ayatola Ali Jamenei, había prometido represalias y tanto la inteligencia israelí como la de varias potencias habían advertido sobre el ataque en el que resultaron heridos cuatro soldados. Tras ello, Irán aseguró que  la violencia entre ambos países no escalaría si Israel no respondía.

Ahora todos los ojos del mundo están puestos sobre Israel y Estados Unidos, una respuesta bélica de uno o ambos países podría desencadenar una guerra con repercusiones mundiales.

Ante esta situación y la política exterior que adoptó el gobierno nacional de tomar partido y expresar su "apoyo incondicional" a Israel y segurar que la embajada argentina se trasladaría a Jerusalén convirtiendo al país en un posible blanco, el presidente Javier Milei elevó el nivel de alerta a nivel nacional. 

Tras ello, el gobierno de la ciudad de de Buenos Aires decidió reforzar la seguridad en toda la capital federal. El ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff, aseguró que “el terrorismo internacional está buscando blancos que no son tan convencionales”. 

El funcionario detalló que la División de Objetivos Sensibles, creada en diciembre del año pasado, “tiene como objetivo la jerarquización del personal de seguridad e interactuar con las fuerzas federales de manera continua” ante este tipo de situaciones. 

“Tenemos objetivos sensibles fijos, que son los de siempre. Pero el terrorismo internacional está buscando blancos que no son tan convencionales y tenemos que reforzar la creatividad en ese aspecto, pensar cuáles son los lugares donde debemos dar más seguridad”, explicó Wolff.

Por otro lado, el ministro reconoció que “la policía no está preparada para los ataques terroristas” y que por ese motivo están llevando a cabo capacitaciones para “mejorar la capacidad de las fuerzas para identificar las hipótesis de conflicto, informar rápidamente a la división y que ésta informe a las fuerzas federales”.

“Nunca alcanzan las medidas de seguridad, pero tener una oficina que nuclee la información, que mejore la capacidad de formación de su policía jurisdiccional y que esté interactuando con las fuerzas federales, lleva tranquilidad de que estamos trabajando”, agregó.