A dos días de su estreno en las calles, las pistolas eléctricas Taser empiezan a recibir los primeros repudios en el ámbito porteño. Organismos de derechos humanos volvieron a pronunciarse sobre la utilización del equipamiento de la Policía Metropolitana que finalmente comenzó a utilizarse de manera regular en el patrullaje urbano de la Ciudad.

“El Gobierno de la Ciudad informó que hizo efectiva la implementación de las armas Taser por parte de la Policía porteña. Las Taser son picanas portátiles que constituyen un elemento de tortura y, por lo tanto, violan derechos humanos consagrados en nuestra Constitución”, expresaron a través de un comunicado conjunto”, expresa un comunicado lanzado de manera conjunta entre la agrupación Hijos Capital y el Observatorio de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires (ODH).

Ambos organismos, como otras tantas entidades vinculadas a los derechos humanos, han lanzado múltiples advertencias en los últimos años sobre la peligrosidad de estos dispositivos, aunque este es el primer pronunciamiento oficial desde que las Taser al fin salen a las calles.

En puntual, fue este lunes cuando el ministro de Seguridad de la CABA, Eugenio Burzaco, anunció el inicio de la implementación de estas armas como parte del equipamiento diario de la fuerza metropolitana en espacios públicos tales como estaciones de subte, terminales de ómnibus, colectivos y trenes.

“Estas armas son instrumentos de tortura que afectan el derecho a la vida y a la integridad física. Su uso contraviene la obligación del Estado de prevenir y erradicar la tortura, asumida por el país en tratados internacionales”, abundaron.

Las organizaciones de derechos humanos retomaron además la calificación de “armas letales” pronunciada por Amnistía Internacional, que en 2012 advirtió sobre su uso y señaló que solamente en Estados Unidos se habían registrado 500 muertes por su utilización.