Fórmula porteña se busca
A menos de 20 días del cierre de listas, se intensifican las conversaciones entre opositores al macrismo en la Ciudad
Es probable que esta tarde, cuando el legislador kirchnerista Mariano Recalde presente el libro “Gobernar la Ciudad” en la sala Casacuberta del Teatro San Martín, las opiniones acerca de su candidatura a la Jefatura de Gobierno se dividan tanto como hasta ahora entre los que creen que esta vez no jugará y los que suponen que no se bajará. Aunque anoche, a última hora, el ex titular de Aerolíneas Argentinas llamó por teléfono a Matías Lammens, su aparente retador en la carrera por la postulación, para invitarlo al mitin, desde La Cámpora destacaban que “la actividad tendrá volumen político y puede interpretarse como un lanzamiento de campaña”.
El evento contará con el diputado Axel Kicillof, candidato a gobernador bonaerense por el frente peronista, como expositor central. Su fuerte identificación con la ex Presidenta y su perfil ideológico podrían leerse como un ariete fundamental entre las herramientas ordenadoras del armado electoral, aunque el propio ex ministro de Economía cultive un perfil político a la uruguaya, una manera de que lo que piensa con rigor y vibra con convicción amenice con proximidad a los ciudadanos de carne y hueso y los dirigentes de titanio que reniegan de él.
En el entorno del presidente de San Lorenzo, por su parte, crece el entusiasmo sin que nadie pierda la calma. Hace 8 días, Lammens se reunió con el protagonista del acontecimiento más importante de la previa al cierre de listas, Alberto Fernández, y constató la profundidad de la apertura que promovió su compañera de fórmula, Cristina Kirchner. “Nosotros seguimos diciendo lo mismo que antes: para ganarle al Pro en el distrito porteño, hay que hacer un gran frente que trascienda al kirchnerismo”, explica uno de los hombres de confianza del presidente azulgrana.
La frase no es inocente ni reviste un comentario de ocasión. Si bien el edil Eduardo “Wado” De Pedro ha fungido como uno de los interlocutores más encumbrados con Lammens, se infiere que también tallan dirigentes camporistas que no parecen dispuestos a que Recalde ceda espacio en la competencia por el cargo mayor en la jurisdicción que milita.
Existe, en ese sentido, una trampa semántica para los desprevenidos. Porque una cosa sería que los votantes porteños tengan la chance de asistir a la engolada cita de “una gran PASO”, con Lammens y Recalde pero también con Victoria Donda y hasta Matías Tombolini, si Sergio Massa acuerda con el kirchnerismo, y Marco Lavagna, si su padre decide oponerse a Mauricio Macri con claridad en el territorio que fue su cuna política; pero otra, muy distinta, constituiría un desafío entre el actual presidente del bloque de Unidad Ciudadana en la Legislatura y el outsider con que sueñan el progresismo vernáculo y el peronismo silvestre. Al tiempo que un sector de La Cámpora no renuncia a una nueva apuesta de Recalde, muchos de los que animan la jugada de Lammens dudan que resulte conveniente zambullirse a un mano a mano con espacios que preceden en organización, acreditan cohesión identitaria dura y ocupan estructuras ventajosas. A nadie le gusta ser la veta embellecedora que decora el cumpleaños de otro.
Para colmo, Donda defiende con ahínco las promesas que se ganó. Paga su karma, de ese modo, el titular del PJ porteño, Víctor Santa María, que tentó a la legisladora y ya no podría convencerla de que se baje, mucho menos alegando que todo era una manifestación de fuerzas contra “los pingüinos de paladar negro”. Encima, su tradicional partenaire de aventuras electorales, el incombustible Juan Manuel Olmos, apoya a Recalde y lo ha hecho público a través de su esposa, la actual legisladora María Rosa Muiños y, a la sazón, compañera de bloque de Santiago Roberto, un dirigente surgido de las filas del Suterh.
No obstante, la disputa permanece abierta y el PJ está de para bienes con el ex jefe de Gabinete de Néstor Kirchner y la propia CFK. Entre 2003 y 2008, el aspirante al sillón de Rivadavia asumió la tarea de supervisión en el distrito, sobre todo cuando Aníbal Ibarra cayó en desgracia por la tragedia de Cromañón. Una romería de agrupaciones y activistas forjados en los barrios guardan facturas impagas de quien ahora disputará contra Cambiemos y permitió, durante ese lapso, la consolidación de experiencias más vinculadas al Palacio y la rosca parlamentaria que las demandas sociales. De esa cosecha procede Santa María, sin ir más lejos, pero la expansión de sus dominios se dio, paradójicamente, al abrigo de acuerdos con La Cámpora entre 2011 y 2017. Retadores, verdugos y afines, a veces, se sientan en mesas redondas y el destino juega a la ruleta con ellos.
El regreso
Es muy raro que un cuadro político con votos se retire. Chacho Álvarez, por caso, es una excepción. Tal vez por eso vuelve a sonar el nombre de Daniel Fernando Filmus en los mentideros para quedarse con la cabeza de la lista de senadores por la Ciudad. Pugnan en la misma tira el cineasta Pino Solanas, con mandato a vencerse en diciembre próximo pero habiendo ingresado a la cámara alta de la mano de Elisa Carrió y Hermes Binner, y el ex ministro de Trabajo y actual legislador, Carlos Tomada, muy bien rankeado entre los militantes y de labor subrayada, incluso, por la líder de Unidad Ciudadana durante la presentación del libro “Sinceramente” al evocar en público las consultas que le hiciera en privado sobre índices de desocupación y planes de empleo en el período 2003-2015.
Solanas, por su parte, escogió una solapada discreción en sus charlas con la prensa. Suele decir ante las cámaras que lo suyo era convocar a “un gran frente” pero que mal podría anteponer sus pretensiones personales a esa noble propuesta. A pesar de la foto que se tomó con Recalde cuando promediaba el verano, lo cual revelaría el visto bueno del kirchnerismo a que ese puesto quede en manos de quien los petardeara desde el olvidado Proyecto Sur, sobran operadores sin lapicera pero con vocación de clamor que advierten que el prolífico documentalista no sería de la preferencia de la candidata a vicepresidenta.
Distinta es la situación de Filmus, que perdió más elecciones que Cristina si se apela al latiguillo de las derrotas en Provincia que blande contra ella el mismo peronismo que lo alimenta. El ex ministro de Educación es más bien resistido por la tropa que debería fatigar esquinas repartiendo sus volantes de campaña pero, aun así, suele asomarse a la ventana cada vez que se acerca la fecha en que vence el plazo para la inscripción de las candidaturas.
El macrismo, por lo demás, celebraría ese retorno. Le toca al kirchnerismo decidir si le da un refresh a sus cartas o repite elencos… y resultados.