Una mención no se le niega a nadie en la Ciudad de Buenos Aires, a escasos días para la finalización del plazo para la inscripción de candidatos para las próximas elecciones. Tal vez por eso, el legislador Mariano Recalde aseguraba a los suyos el jueves por la noche que “todo puede pasar”, mientras el rumor sobre su postulación como senador corría de la mano con la chance de que la decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, Carolina Mera, acompañara eventualmente a Matías Lammens en la competencia contra el actual jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.

Desde el entorno del presidente del Club Atlético San Lorenzo de Almagro (CASLA) desmintieron esa versión ante Diagonales, pero admitieron que a Lammens “le encanta” la figura de la socióloga que conduce la casa de estudios. Tal era el desconcierto que el ex titular de Aerolíneas Argentinas trataba de averiguar, horas antes de esa bola de nieve de los mentideros políticos, si la actriz Dolores Fonzi había sido tentada nuevamente por el dirigente azulgrana.

Las alarmas se encendieron entonces en las tribus que animan el espacio Ampliar, donde gravita con fuerza el presidente del Partido Justicialista (PJ) y secretario general del Suterh, Víctor Santa María, pero también tallan una ristra de agrupaciones y corrientes políticas que se cifran desde la referencia de Fernando “Pino” Solanas hasta Seamos Libres. Ese sector arrancó la semana con entusiasmo bajo la hipótesis de que Lammens llevaría como partenaire a la diputada Victoria Donda pero, según fuentes consultadas por este medio, el propio Santa María habría ofrecido en las negociaciones con el joven progresista bajarle el rango a la militante formada en Libres del Sur.

Habiéndose reunido en dos ocasiones con el candidato a presidente por el Frente de Todos, Alberto Fernández, Lammens solamente pide que la tira nacional, es decir, los segmentos para la disputa por las senadurías y diputaciones, no se tiña de un kirchnerismo excesivo. A su criterio, sería auspicioso que el gesto de apertura que significó la designación de Fernández al tope de la oferta electoral por parte de Cristina Kirchner se reproduzca en la Capital Federal.

El obstáculo que dificulta esa empresa es la forma en que La Cámpora pugna por el loteo del poder institucional en el distrito y el abrigo que consigue o se canjea con el mismísimo PJ. En ese contexto, el ex ministro de Trabajo y actual legislador porteño, Carlos Tomada, persiste entre los posibles candidatos a pelear por una banca en la Cámara alta. Entre sus impulsores, destacan la alusión que hiciera la ex Presidenta durante la presentación del libro “Sinceramente” en el predio de la Rural y el respeto que cosecha el funcionario de permanencia récord en el gabinete kirchnerista entre todos los campamentos peronistas. “Hay un conjunto de compañeros que insiste con la idea de postular mi precandidatura, me entusiasmó la idea, creo que hay mucho para aportar”, resumió el diputado en declaraciones a FM La Patriada.

Aun así, Tomada deslizó que la resolución de las candidaturas porteñas estaría atada a los términos del acuerdo entre Sergio Massa y Fernández. Distrito pródigo en dispositivos para que los aspirantes se ofrezcan o pulseen por sus anhelos o los del sector al que representan, el escenario porteño aparece, sin embargo, como la variable de ajuste en el marco de conversaciones más abarcadoras e incluye los casilleros de la Provincia de Buenos Aires. “Para terminar con eso o darle pelea, hay que romper la inercia de que ya está todo finiquitado”, soltaron ante este portal desde un despacho de Unidad Ciudadana en la Legislatura.

En los mismos pasillos, camina la diputada Victoria Montenegro, cuyo desembarco en Perú 160 data desde 2017 y contó con la promoción de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto. Cerca suyo imaginan ahora que bien podría nutrir la fórmula de Lammens: “el puesto está abierto, la camiseta todavía no se la dieron a nadie y a nosotros nos parece que a Vicky le da para estar en esa conversación o ser una figura que podría representar los intereses del kirchnerismo en una mirada amplia”, argumentan.

Paradójicamente, el calendario se angosta y las apetencias de todos cobran grosor. Al parecer, la máxima de César Luis Menotti acerca de que, para ser profundo, hay que ser ancho tiene más adeptos en la política que en el rectángulo de césped.

Desparramo Pro

Al unísono con las gestiones de la Casa Rosada para la adición del senador Miguel Ángel Pichetto al Gobierno, Rodríguez Larreta se apuró en la absorción de su principal amenaza, Martín Lousteau. Afiliado al radicalismo este año, el ex embajador argentino en Washington y actual diputado por ECO casi le aguó la fiesta al otrora premier porteño y, por consiguiente, al propio Mauricio Macri en 2015 pero, amén de su aporte diplomático a la administración cambiemita, el economista predilecto de la emisora Metro 95.1 colabora con el Pro desde el año pasado poniendo esmero. Incorporarlo a la grilla de candidatos neutraliza los riesgos a los que temía Rodriguez Larreta en caso que el primer ministro de Economía de CFK compitiera por la conducción del Ejecutivo local.

Así, Lousteau fungió de piedra de toque en las refriegas entre la UCR y el Pro. blandido por Enrique Nosiglia como posible animador de unas PASO contra el Jefe de Estado o, en su defecto, como candidato a vicepresidente, “Guga” terminaría metabolizado en la boleta del oficialismo en una jugada a dos bandas: su capital electoral tributaría al macrismo y, al mismo tiempo, seduciría a los votantes descontentos con la política económica macrista pero que miran con desprecio al kirchnerismo.

La prenda de diseño que zurció el Pro en la Ciudad se completa con la tropa vernácula del Partido Socialista. El alcalde adicionó a su urdimbre al legislador Roy Cortina, un dirigente resbaloso que acompañó al oficialismo en votaciones importantes dentro del recinto porteño. La conducción nacional del partido ya manifestó su furia por canales intestinos pero el tenor de ese enojo se conocerá recién después de los comicios santafecinos, donde los socialistas se juegan la gobernación contra el peronismo.