En abril de 2017, pocos días antes de que el entonces presidente Mauricio Macri tuviera su primer encuentro cara a cara con Donal Trump en Washington, Martín Lousteau renunció a su cargo como embajador argentino en los Estados Unidos. “Guga” había tomado la decisión de regresar al país y competir en la Ciudad por fuera de Juntos por el Cambio. Quienes por estos días siguen de cerca las negociaciones por la sucesión porteña confirman a Diagonales que Macri nunca perdonó aquel desplante que lo dejó sin representante diplomático en el país del norte. 

Cinco años después, el ex presidente es el principal obstáculo para las aspiraciones de Lousteau. “El problema sigue siendo Macri”, confió a este medio un activo miembro de la mesa de la UCR porteña, que pide “juego limpio” y competir en igualdad de condiciones en unas PASO con quien resulte candidato del Pro. 

El pedido del radicalismo porteño por estas horas pasa por ir a una elección “desdoblada y concurrente”. Traducido: que los comicios nacionales y locales sean el mismo día, pero que las boletas para presidente y para Jefe de Gobierno estén separadas. Una ingeniería compleja, que sería novedosa para los porteños, pero que le permitiría a Lousteau evitar la boleta corta y mantener alguna chance de ganar la interna. 

La decisión en última instancia respecto del método para la votación está en manos de Horacio Rodríguez Larreta. El código electoral porteño, en su artículo 60, le otorga la facultad de tomar la decisión sin pasar por la Legislatura. Le alcanza con un decreto. Pero la última palabra en ese asunto, coinciden todos los actores implicados en las negociaciones, la tiene el ex presidente. 

Convencerlo no está siendo tarea fácil. El propio Lousteau le llevó algunos argumentos de peso en su favor a la quinta de Acassuso, donde compartieron un encuentro a solas la semana pasada. La razón más fuerte para un “desdoblamiento concurrente” es la amenaza de Javier Milei, que mide casi 20 puntos según varias encuestas. Su boleta presidencial arrastraría una buena cantidad de bancas en la legislatura porteña, donde Avanza Libertad ya cuenta con cinco escaños y Juntos por el Cambio podría perder la mayoría a partir de 2023. 

Macri, principal obstáculo de Lousteau

Pero el problema es mucho más complejo. Macri pidió explícitamente que el Pro compita con un sólo candidato. Su preferido es su primo Jorge, ex intendente de Vicente López y actual ministro de Gobierno porteño. Así lo hizo saber luego de bajarse él mismo de la competencia nacional, lo que sonó como una concatenación de hechos. 

“A Mauricio le importa más la Ciudad que a Larreta”, agregó en modo descriptivo y hasta irónico otro dirigente Pro preocupado por el devenir del pago chico. 

Desde que aceptó cruzar la General Paz para allanarle el camino en la provincia a Diego Santilli, Jorge Macri dejó muy claras sus intenciones de competir por la jefatura de Gobierno. Envalentonado por el apoyo de su primo y de Patricia Bullrich, cada vez está mas cerca de ser el único candidato del Pro en la Ciudad. 

Para que eso se termine de confirmar resta que los ministros de Salud, Fernán Quirós, y de Educación, Soledad Acuña, declinen sus candidaturas. Acuña lo haría entre el fin de semana de Pascuas y los primeros días de la semana siguiente, según pudo saber este medio. Jorge Macri le ofreció la vicejefatura, pero el tema no está cerrado. 

Quirós, por su parte, resiste sostenido por la Coalición Cívica de Elisa Carrió, quien mantiene todavía cierta incidencia electoral en el distrito. Pero correría el mismo destino que Acuña.  

El restante obstáculo para Jorge Macri es el frente judicial, o en todo caso la campaña de negativa que desató respecto a la cuestión de su domicilio. Uno de los dirigentes que maneja la justicia porteña, que terminará decidiendo si tiene o no la antigüedad para competir, es Daniel Angelici, quien hoy apoya abiertamente la candidatura de Lousteau. En el entorno de Macri están tranquilos: saben que tendrán los papeles ordenados para la candidatura y tratan de bajarle los decibeles a la discusión por su domicilio y lo que pudo estar detrás del agite mediático y en redes en ese sentido de los últimos días. 

La decisión final respecto del mecanismo de la elección, que es mucho más que un mero mecanismo, está al caer: según el código electoral, Larreta tiene tiempo para convocarlas hasta 120 días antes de las PASO, es decir, a mediados de abril. El reloj corre y todos esperan la señal de largada.