Misión Capital
La mesa de arena sobre la que se mueven dirigentes y posibles candidatos por el peronismo en la Ciudad de Buenos Aires parece haberse convertido en un terreno más impredecible que nunca
Distrito esquivo al kirchnerismo en particular y reacio a los discursos plebeyos en general, la capital de los argentinos amaga con darle vuelta la cara a la oposición al macrismo nuevamente. Contra ese pronóstico, cabildean las tribus del PJ porteño, los sectores progresistas, las agrupaciones más silvestres y los sindicatos.
Los peronistas porteños tienen más diagnósticos sobre las derrotas que sufrieron en la Ciudad que candidatos con chances de ganarle al macrismo. A las querellas sobre la reticencia de la clase media con las propuestas de corte más popular o la necesidad de enamorarla con propuestas más light, se suman las ecuaciones que entierran la política bajo el influjo de la aritmética y ensayan alquimias que apuntan a reunir los sufragios que dejaría vacantes la ausencia de una alternativa como Martín Lousteau en 2015, las insinuaciones de Matías Lammens por zambullirse a la cancha y el aporte sólido del núcleo duro kirchnerista, que junta alrededor de 20 puntos vaya quien vaya en la boleta.
Sin embargo, el próximo turno electoral podría ofrecer aditamentos que robustecerían el caudal electoral de esa fuerza. Si Cristina Fernández de Kirchner llegara a ser candidata a presidenta, el efecto arrastre jalaría hacia arriba la lista peronista, considerando que los comicios nacionales y porteños serán el mismo día. Los principales apostadores a esa hipótesis se ilusionan con un piso del 30 por ciento de los votos, que redundaría en una decena de legisladores porteños, media docena de diputados nacionales y la recuperación del senador por la minoría.
En ese contexto, las ambiciones de cada espacio crecen y todos muestran sus colmillos. Hasta el cineasta Fernando “Pino” Solanas, con una banca en la Cámara alta a la que accedió en 2013 por el fugaz Frente Amplio UNEN, se reunió con el presidente del bloque kirchnerista en la Legislatura y persistente aspirante a la Jefatura de Gobierno, Mariano Recalde. Solanas podría renovar como senador y Recalde podría volver a postularse como alcalde, dicen en el bloque del ex titular de Aerolíneas Argentinas, a quien le reprochan haberse enterado de esa jugada por Twitter.
Tal vez por eso, no son pocos los que animan la candidatura de Lammens para el sillón de Bolívar 1. “Es un hecho, se lanza”, aseguraron a Diagonales, aunque todavía resulte una incógnita por qué espacio lo haría. Rodeado, tentado y apoyado por agrupaciones que orbitan la galaxia de la ex primera mandataria, el presidente azulgrana no asume su identidad o proximidad con el proyecto político que gobernó el país durante 12 años e intenta granjearse las adhesiones del espectro progresista. Desde esa perspectiva, admitió recientemente en un reportaje a La Nación que vería con buenos ojos que Roberto Lavagna se aventurase hacia la Casa Rosada. El problema es que cada vez que realiza gestos de ese tipo se aleja de la posible base de sustentación kirchnerista en el distrito que anhela disputar.
Paradójicamente, los movimientos de cada actor se dan a caballo de especulaciones sobre lo que haga o deje de hacer CFK. Por caso, en el entorno de Lammens no creían hasta hace escasos días que la ex Jefa de Estado fuera a candidatearse y, en consecuencia, se entusiasmaban con la oportunidad de darle mayor anchura al armado electoral.
En el PJ local, por otra parte, no niegan el deseo de la ex Presidenta por encaramarse en un mano a mano con Mauricio Macri y evalúan la posibilidad de plantar lista con candidatos propios, colgados de su boleta en las PASO. Su dificultad estriba en lo que titular del Suterh, Víctor Santa María, habría admitido por lo bajo: no cuenta con figuras rutilantes para oponer a las que ya se mentan, como Recalde o el propio Lammens, y debería repetir con el inoxidable Daniel Filmus. De todas maneras, no sería la primera vez que Santa María y el PJ terminan colando a los suyos en segundos y terceros lugares, detrás de cabezas de lista un tanto más convocantes o seductoras: en 2009 casi no hizo campaña por el Frente Para la Victoria pero Mateo Romeo iba segundo en la lista de legisladores en representación de los porteros y en 2017 logró que entrara su mano derecha, Santiago Roberto, por la puerta de Perú 130.
Entre el colapso y la apuesta al Senado
Más allá de las apetencias de Solanas, ya se anotan dirigentes kirchneristas para la senaduría. Es el caso del ex ministro de Trabajo y actual legislador, Carlos Tomada, quien presentó el mes pasado equipos técnicos y anunció sus ganas de batallar por ese lugar. La duda, atada a las definiciones que se conversan en el Instituto Patria, es si el diputado Axel Kicillof, que recorre la Provincia de Buenos Aires con altos índices de aceptación, termina jugando por el escaño senatorial en representación de la Ciudad. Desde La Cámpora no lo descartan pero el ex ministro de Economía estaría reservado, incluso, para un destino mayor: podría ser el candidato a presidente si Cristina no jugara.
La lectura de quienes susurran ese enroque es que, para el momento en que se cierren las listas, la economía estará sumergida en una crisis mucho más aguda de lo que estima Cambiemos y Kicillof sería el nombre ideal para dar la discusión en esas lides. Entre los objetores, podrían contarse a las autoridades del PJ, que promueven decididamente la candidatura presidencial de Felipe Solá y estarían dispuestos a pedirle a Cristina “un nuevo renunciamiento histórico”, en una litúrgica remisión al que hiciera Eva Perón, bajo el incomprobable cálculo de la transferencia de votos al ex gobernador bonaerense.