El nombre de Emiliano Sala, poco conocido en el ambiente futbolero nacional por no haber jugado en nuestro suelo, estuvo en boca de todos durante el último tiempo debido al gran rendimiento que tuvo que en el Nantes de Francia, donde durante la primera mitad de temporada convirtió 12 goles en 19 encuentros. Sin embargo, durante la mayor parte de su carrera la tuvo que pelar desde abajo. 

Sala nació el 31 de octubre de 1990 en Cululú, provincia de Santa Fe. Desde muy pequeño, jugó y se formó como futbolista en el club  San Martín de dicha ciudad, hasta que, en 2010, se incorporó al Girondins de Burdeos a través del Proyecto Crecer, de San Francisco, Córdoba.

A pesar de tener un buen rendimiento en el segundo equipo del Burdeos, en la temporada 2012/2013 Emiliano se fue al US Orléans, de la Tercera División francesa. Allí, su rendimiento fue tan bueno que terminó como goleador del equipo, con 19 goles en 37 partidos.

Pero el nivel exhibido no fue suficiente para que el Burdeos le de la posibilidad que deseaba, por lo que debió partir a préstamo al Niort francés, que militaba en la Ligue 2. Nuevamente, su andar futbolístico fue muy notable, a tal punto que se convirtió en el artillero récord del club en un temporada, con 18 tantos.

Tras esa experiencia, el argentino se ganó la chance que tanto había esperado: tener lugar en el Burdeos, club que lo impulsó al fútbol profesional. Ante el Monaco, por la Ligue 1, el delantero anotó su primer gol con la camiseta de Les Girondins.

En febrero de 2015, Sala volvió a emigrar. Esta vez su destino fue el SM Caen, también de la Primera de Francia. Allí, el futbolista colaboró con cinco goles para dejar al club en la máxima categoría. Después de ese paso, Nantes  fue el lugar de Sala y su carrera como futbolista comenzó a crecer de manera notoria. A fuerza de goles, sobre todo los de la última mitad del 2018, y un nivel que atrajo la mirada de varios clubes europeos, su nombre sonó en el Real Madrid

Pero lo de la Casa Blanca no se dio y finalmente Emiliano partió hacia la Premier League. El Cardiff City fue quien se lo adjudicó con un contrato hasta 2022 y para hacerlo debió desembolsar una cifra récord para la historia del club: 15 millones de libras.