Jorge Sampaoli fue el primero en pedir la cancelación del amistoso ante Israel, hace más de un mes, por “cuestiones deportivas”, argumentó puertas adentro,  aunque en conferencia de prensa evitó ahondar en el tema. 

Viajar a Jerusalem a poco más de una semana del debut ante Islandia implicaba una logística que resentiría la puesta a punto del equipo. Chárter, visita al Muro de los Lamentos, partido y de nuevo chárter. Fue por este mismo motivo que se declinó la visita al Papa. Para Sampaoli, la mejor opción siempre fue quedarse en Barcelona. Y de ser posible, jugar un amistoso allí.

Pero entonces primó la cuestión económica, 2.2 millones de dólares en total: 1.4 por el partido, 0.3 por la TV y 0.5 de gastos, entre los que se incluía seguridad del Mossad. 

Esta cifra ponía a la Selección entre las más cotizadas del mundo. Eso sí, para que la Selección recaudara ese número el partido tenía que jugarse en Jerusalén. No en Haifa, tampoco en Tel Aviv. Las razones respondían a la “cuestión política”, ocultada bajo argumento tan viejo como falso de que el fútbol no tiene nada que ver con estos temas. "El fútbol tiene que ser entendido como un deporte que empieza y termina dentro de un campo de juego”, resumió Chiqui Tapia, omitiendo la influencia de los gobiernos argentino e israelí en la organización, algo que quedó confirmado con el llamado de Netanyahu a Macri. 

La insistencia de disputar el amistoso en la que Israel llama su Capital Eterna se enmarcaba dentro de la celebración del 70 aniversario de su Estado. Trump trasladó allí la embajada de Estados Unidos como gesto de hermandad con un aliado fundamental en la región. 

Ayer, cuando se viralizaron las imágenes de la camiseta de Messi ensangrentada, tomó fuerza la “cuestión personal”. Los jugadores del plantel,  sintieron que habían quedado encerrados en una disputa política y pidieron cancelar el partido. La noticia fue replicada por medios nacionales e internacionales y obligó a suspender el amistoso.

Confirmada la decisión, Haim Jelin, político de Israel que nació en Argentina, criticó a Netanyahu: “Claramente no entiende cómo funcionan las cosas en Sudamérica: allí es el fútbol el que controla a la política y no al revés”.