No pudo ser para el elenco blaugrana en la siempre difícil Balaídos. A pesar de estar dos veces en ventaja, no pudo pasar del empate ante los de Vigo y la Liga queda a merced de la Casa Blanca.

Rápido se puso en ventaja Barca, con un centro exquisito de Messi a la cabeza de Suárez para abrir el marcador. No obstante, pese a mejorar en materia ofensiva con la aparición del joven Riqui Puig, el equipo de Setien sigue cometiendo groseros errores defensivos.

Celta perdonó varios contraataques en el primer tiempo, pero en el inicio de la complementaria no perdonó. Rakitic perdió la pelota en salida, Piqué cerró muy mal y Smolov aprovechó para poner la igualdad.

Con el partido parejo, Suárez inventó un golazo con un movimiento fantástico, sobre los veinte minutos de la parte final. Giro, zurdazo y a cobrar para devolverle el liderato liguero a su equipo.

Sin embargo, Barcelona aún con la nueva ventaja siguió cometiendo graves errores, y cuando ya iban 88 minutos de juego se le escaparían dos unidades que pueden ser determinantes. Piqué bajó a Rafinha en la puerta del área -clave en su ingreso- y ese tiro libre fue un penal con barrera para Iago Aspas, que remató por fuera de la barrera, seco y casi a ras de suelo para ponerla al lado del palo y firmar el 2 a 2 definitivo.

En el último minuto de descuento, Nolito marró un gol insólito bajo palos, rematando justo sobre la humanidad de Ter Stegen cuando tenía el 95% del arco a su servicio. Fue final y Barca zafó incluso de la derrota. Deslucido, sin solidez y claramente más corto que el Madrid, parece correr de atrás en este tramo final. Ahora, partidazo para balcones: el martes a las 17, hora argentina, recibirá al Atlético de Simeone, víctima predilecta de Messi, que arrastra tres juegos sin convertir y no puede llegar al 700.

Por Manu Surasky