Mientras el plantel superior de Gimnasia trabajaba en la cancha principal de Estancia Chica de cara al duelo ante Atlético Tucumán del próximo sábado, el entrenamiento de la Reserva contó con al presencia de dos jugadores relegados del primer equipo: Ezequiel Bonifacio y Santiago Rosales, que por diferentes motivos no trabajarían por el resto del semestre bajo las ordenes de Pedro Troglio.

El primer caso, el del lateral-volante derecho, fue la novela del verano. Tras no renovar su vínculo, se lo bajó de la pretemporada y desde ahí quedó trabajando solo en Abasto. Luego de la decisión, el jugador entró en una dura etapa de relación con la Comisión Directiva, donde no existe diálogo.

Vale destacar que el marplatense desea rescindir su contrato, pero para ello deberá pagar parte del valor de su cláusula y no puede hacerse cargo de tal, salvo que un club interesado en él esté dispuesto a pagarle a Gimnasia. Por esta razón, Bonifacio no será parte del plantel superior y todo indica que quedará relegado seis meses, tiempo que le queda.

Caso diferentes es el de Santiago Rosales. El jugador que llegó el pasado mercado de pases como una figura relevante para darle juego al equipo, no cumplió las expectativas y por esta razón fue marginado del primer equipo. 

Se espera, tanto de parte del jugador, como de la dirigencia, que llegué una oferta por él.