El Fútbol Argentino vive día de reuniones virtuales y decisiones individuales de algunos dirigentes con el fin de regresar lo más rápido posible (mientras la pandemia lo permita) y reacomodar el esqueleto económico que se vio -y se verá- afectado por el Coronavirus. 

Mientras integrantes de las comisiones directivas de distintos equipos del fútbol argentino buscaban consenso para terminar de definir si esta temporada iba a haber o no descensos, en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), con Claudio Tapia a la cabeza, dieron un paso todavía más grande: se acaban los promedios, después de más de 40 años.

Aunque todavía la idea de oprimir el sistema de perder la categoría está en un borrador, una vez que se resuelva la manera en la que continuarán los torneos una vez que se reanude la actividad, se piensa que por dos años no haya descensos y llevar la competencia a 28 o 30 equipos. Es decir, solamente sumar los cuatro equipos que puedan ascender de la segunda categoría (dos por años) en las dos temporadas. Además, el desarrollo de la Copa de la Superliga, quedaría en la nada y en la historia.

Obviamente, sin descensos ni promedios, el panorama en el fútbol argentino - que esperan poder regresar en junio/julio- cambia rotundamente:  aquellos que peleaban por mantener la categoría tendrán un alivio impensado, mientras que a mediado y largo plazo los clubes tendrán la posibilidad de mejorar su economía.

¿Y los clubes como sigue al modificarse rotundamente su camino económico? En primera medida, se piensan sin grandes figuras o compras importantes de nombres para su plantel. El contexto económico no da para imaginar incorporaciones llamativas. Sin dudas, las caras nuevas estarán relacionadas a jugadores que vuelven a los clubes una vez vencidos sus vínculos en las instituciones en las que estaban a préstamo.

Además, sin descenso, muchas instituciones aprovecharán estos dos años sin descensos ni promedios para desprender de sus contratos más altos.

Pensando en el 30 de junio, donde muchos elencos tienen nombres con contratos firmados hasta ese día, se quedarían desmantelados. Sin embargo, sin la obligación de armarse para quedarse en Primera, los clubes tendrán la posibilidad de no renovar, meter mano en sus divisiones inferiores; y aquellos que quieran comprar, jugarán el campeonato económico, hoy difícil de imaginar.

El otro tema serán los que aspiren a pelear el torneo o clasificar a las copas. Los que hoy tienen las cuentas más ordenadas y un resto para poder mantener planteles competitivos más allá de la crisis, tendrán la posibilidad de pensar en un logro deportivo.

Por último, los hinchas/socios de los clubes que no irían a las cancha hasta el 2021, ¿Seguirán pagando su cuota social o abono para ver a sus equipos?. Este es un punto clave, porque los dirigentes buscan reorganizar económicamente sus arcas y el ingreso de los asociados es importante. 

Como siempre, pero ahora por obligación para redactarse a un nuevo mundo que se viene posterior al Coronavirus, el fútbol argentino cambiará. El tiempo, dirá si es para bien o para mal.