Fiesta, récord y clausura
Boca realizó un entrenamiento a puertas abiertas en la Bombonera y la gente desbordó la cancha. Tal es así que dejó la marca de ser el entrenamiento a puertas abiertas con más público del mundo y recibió un llamado de atención del Gobierno de la Ciudad
La obsesión del hincha de Boca con la Copa Libertadores y ganarle al rival de toda la vida se volvió a vivir en la jornada de ayer en la Bombonera, con el ansiado "entrenamiento a puertas abiertas" que se convirtió en una tarde de locura y que culminó con la clausura del estadio por decisión del Gobierno de la Ciudad.
Los hinchas comenzaron a llegar desde la madrugada, para acceder a las tribunas, tener su lugar, ya que no se exigía con la obligación de ser socios. Muchos fanáticos sintieron que era la ocasión ideal de ver a sus ídolos en acción o conocer el estadio a 48 horas del partido contra River.
Las colas superaban los 500 metros. Ante este panorama, los organizadores decidieron adelantar una hora la apertura de las puertas: de las 16 pasó a las 15 y lo que comenzó como un evento organizado, poco a poco fue saliéndose de control: gritos, empujones, vallas en el piso y amontonamientos. Además, minutos después llegó la acción de la Policía, que cuando intervino lo hizo tarde y sin medir consecuencias, tirando gas pimienta, como si eso fuera a calmar los ánimos. Incidentes que ensuciaron lo que fue una verdadera fiesta.
"En la cancha de River vamos a ganar, y la vuelta vamo' a dar", latía La Bombonera. Minutos antes de las 18 llegó el momento: los futbolistas salieron del túnel, lo aplausos fueron resonantes en todo el estadio y los más ovacionados fueron Guillermo Barros Schelotto, Darío Benedetto y Carlos Tévez.
Mientras los jugadores realizaban trabajos con pelotas y un ensayo de fútbol formal en espacio reducidos, un hincha saltó al campo de juego para abrazar a los jugadores. Este fue interceptados por los encargados de seguridad y rescatado por Carlos Tévez, que cambió un buzo por un gorrito. Además, mientras transcurría la practica, el aliento y el pedido de la Copa fue continuo.
Sin embargo, posterior al entrenamiento se conocieron dos hechos que marcaron este evento. Primero, conseguir un récord mundial de asistencia de gente en un entrenamiento a puertas abiertas, el segundo: la comunicación del Gobierno de la Ciudad a la dirigencia de Boca que tenía clausurado su estadio "por exceso de público en las escaleras, en las salidas de emergencia y por tener más gente de la permitida".
Un evento que dejó de todo y dejó una incógnita: ¿dónde festeja Boca si llega a conseguir el título esta sábado con la Bombonera clausurada? ¿se vuelve al Obelisco? Respuesta que se darán solamente si el equipo de Guillermo Barros Schelotto sale campeón.