Marcelo Gallardo habló en conferencia de prensa posterior a la igualdad con Boca en la primer final y expresó que no la pasó nada bien mirándola lejos de sus jugadores, ya que no pudo estar en el banco de suplentes y tampoco le permitieron ir a la Bombonera por la sanción que le impuso la Conmebol. "Fue una sensación horrible que no le deseo a ningún entrenador del mundo", afirmó.

"Lo viví con angustia, me parecía muy injusto que te quiten la posibilidad de ir a un estadio. Me parece exagerado. Muchos se han anunciado a favor de la exageración", disparó el Muñeco. Y agregó: "Estaba bien la suspensión, me la tengo que bancar. Pero de ahí a que me privaran la libertad de ir a un estadio, a acompañar a un equipo, me pareció exagerado. Eso fue lo más angustiante".

Tras expresar su dolor, explicó por qué luego salió a saludar a los hinchas de River, lo que muchos tomaron como un festejo tras el 2-2 en la Boca. "Fue una especie de desahogo de lo que había vivido, una expresión de sentir que el equipo había rendido en una cancha compleja en una final. Una sensación muy linda de sentirme representado por el equipo y por haber jugado el primer tiempo que no muchos equipos pueden jugar con esa postura".

Además, aseguró que no cree que los jugadores de Boca tomen esa situación como una motivación para la revancha. "No creo que los jugadores de Boca digan 'mirá lo que hizo, vamos a jugar con más rabia'. Van a jugar al máximo porque están en una final. Es un chiquitaje eso", sentenció.

Sobre la formación que pondrá en el partido del sábado 24, afirmó que contempla todo, incluso mantener la línea de cinco defensores. Aunque dio una pista sobre el regreso de Leonardo Ponzio, un hombre clave en el equipo. "Leo siempre es importante. Es el símbolo del equipo, ha trabajado muy duro en esta semana para llegar al partido y está trabajando en condiciones normales", comentó.

Por último analizó la actuación de su equipo en el primer juego de la serie y avisó qué espera para la revancha: "Se nos dio de poner condiciones en los primeros 25 minutos. Después fue más parejo, mucho más disputado. Ese va a ser el mismo pensamiento, tratar de imponer condiciones. Después tenés un rival que juega y hace lo suyo. Siempre puede pasar eso en un partido".