Mientras trascurre el interinato de Darío  Ortíz, Gimnasia busca el director técnico reemplazante de Facundo Sava y a miles de kilómetros, en Perú, la figura de Pedro Troglio se agiganta día tras día. El principal candidato encaja perfecto en el futuro inmediato del Lobo y si bien tiene un año más de contrato en Universitario, todos en su entorno reconocen un desgaste que podría llevarlo -de común acuerdo con los directivos limeños- a cortar anticipadamente el vínculo y volverse a La Plata, donde reside su familia.

El próximo lunes pisará suelo platense por compromisos familiares contraídos antes del derrumbe de Sava, de quien él confesó amigo. Una buena relación que proviene desde cuando ambos compartieron plantel, en tiempos de Timoteo Griguol, a fines de la década del 90 y principios de los 2000..

Troglio y su equipo de trabajo tienen un apego entrañable con el club albiazul. Dirigieron dos ciclos: entre 2005 y 2007 (85 partidos, 38 victorias, 16 empates y 31 derrotas) y entre 2011 y 2016, con un ascenso incluido (181 partidos, con 76 victorias y 52 derrotas).

Es más. Víctor Bernay, su ayudante de campo, ya fue nombrado como posible entrenador en la previa de la llegada de Mariano Soso. Su arribo a la ciudad de las diagonales “se da justo en el medio de que Gimnasia se queda sin técnico y soy uno de los nombrados. Lo que dicen es que el presidente quiere juntarse conmigo pero yo no tuve contacto. No sé qué va a pasar “, admitió Troglio.

Si bien en círculos gimnasistas muchos dan por descontada la llegada de Troglio para emprender un nuevo proyecto, existe, incluso en el seno de la CD, un grupo que no ve con buena cara su presencia al frente del equipo, que marcha en el último lote de la tabla y que en el próximo torneo deberá pelear punto a punto por su permanencia dado el bajo promedio que acumulará una vez que finalice el presente campeonato. Pero siempre, aparece Pedro Troglio para salvar el momento

¿Volverá?