River sufrió más de la cuenta pero logró su objetivo. Venció a Platense  por 2 a 0 y se aseguró el pasaje a los cuartos de final de la Copa Argentina y hora espera por el ganador de Sarmiento de Resistencia o Atlético de Rafaela.

De movida, avisó River con una aproximación de Lucas Pratto, en el amanecer del partido. Al cuarto de hora, el Calamar vio alterados sus planes de manera accidental: el volante ofensivo Facundo Curuchet tuvo que abandonar el campo de juego tras un fortuito choque con un compañero, tras el cual quedó desestabilizado, pisó mal y se le fue la rodilla. 

Una baja obligada y toda la preocupación en los de Vicente López. De hecho, Curuchet fue trasladado a un hospital cercano al estadio del Granate, donde le realizaron estudios para constatar el tenor de la lesión. Y se confirmó lo peor: fractura de peroné.

La falta de volumen de juego de River fue evidente y Platense empezó a sentirse cómodo con el nerviosismo de su rival. A cinco minutos del cierre del primer capítulo, Borré tuvo una chance clara con un remate desde el costado derecho del área grande, bien conjurado por De Olivera.

En el complemento River siguió confundido y sin ideas, por lo que Marcelo Gallardo no dudó en meter mano y mandó a la cancha a Ignacio Fernández. Desde ese momento, cambió todo River, porque Nacho, de movida, contó con dos situaciones claras de gol, además de darle más fluidez al juego del conjunto de Núñez.

A los 19 minutos, tras esa clara mejoría de River, se rompió el cero. Borré desbordó por la derecha, se metió al área y Bocchino, con gran torpeza, le dio un puntapié en el rostro: claro penal, que luego Lucas Pratto cambió por gol.

A partir de allí se rompió el partido y Platense tiró la toalla. El ataque del Millo se revitalizó con el ingreso de Scocco, que armó una gran acción individual que terminó en otro penal que él mismo convirtió. 2 a 0 e historia liquidada.