Gimnasia comenzó el año 2018 con muchas incertidumbres y con problemas por resolver. El año anterior le dejó como regalo la renuncia de Mariano Soso, que decidió irse del club tras escuchar a los dirigentes que no había plata para adquirir refuerzos. El poco respaldo de Gabriel Pellegrino y compañía se notó en la despedida del técnico rosarino que se despidió ante la prensa de forma solitaria.

Leandro Martini y Mariano Messera, los salvavidas que tiene la institución en reserva, fueron los encargados de comenzar a ordenar el plantel de tan solo 18 jugadores el martes pasado en Estancia Chica, jornada que arrancó con ausencia y sumó más problemas en el Lobo. Nicolás Íbanez y Christian Ramos decidieron no sumarse a los entrenamientos.

El ex delantero de Comunicaciones, que fue vendido al fútbol mexicano (Atlético de San Luis), debía presentarse porque no había ingresado la plata, problema que se solucionó con el correr de los días. Caso contrario el del peruano Ramos, que se le venció su préstamo al Emelec de Ecuador y debía presentarse a trabajar, pero el defensor se negó y argumentó en la sede que no quiere seguir jugando en la institución platense.

La respuesta de ante el pedido de libertad de acción del marcador central, fue que debe presentarse a entrenar, pero directamente el día 15 de enero con la reserva. Será un tema que tendrá mucha tela para cortar.

Con entrenamientos de tres turnos, los jugadores fueron realizando los trabajos en el gimnasio y el campo de juego (físicos y con pelota) coordinados  por los técnicos interinos, aguardando la llegada de Pellegrino de sus vacaciones para cerrar la llegada del nuevo DT. La decisión fue dividida, porque muchos querían que siga la dupla de reserva y otros apuntaban a Víctor Bernay  (ayudante de Troglio), pero el Presidente ya traía desde Brasil en su cabeza todo armado para que asuma Facundo Sava.

El viernes con la presencia de la máxima autoridad, Roberto Depetris (Secretario Deportivo) y una lluvia intensa fue presentado el Colorado, que logró cumplir el “sueño que tenía de chico” y se hizo cargo de los entrenamientos del turno tarde y del día de ayer.

¿Qué ganó el club con la llegada del ex delantero? Que vuelve un tipo de la entraña del club y se terminó el mal gusto de ser dirigido por un entrenador de la escuela rosarina que no se identifica con la vida del club.

¿En que se perjudicó? En que nuevamente un técnico dura un puñados de partidos y que perdió la primera semana de entrenamiento sin contar con la presencia de un técnico oficializado. Problema que se podría haber omitido desde un principio.

Ahora Sava y compañía, con un plantel muy corto,  tendrán tres semanas para trabajar de cara al inicio del campeonato, aunque el día sábado jugarán el primer amistoso ante Independiente en Mar del Plata. A su vez, aunque los dirigentes expresaron que NO iba a llegar nadie, el soldado de Timoteo Griguol espera por arribo de Facundo Pereyra, que estaría en Abasto en los próximos días y era una carta que tenía escondida la dirigencia…

Sin dudas, las incertidumbres reinan en el Bosque, pero el Colorado con su antifaz intentará despejarlas.