Nuestra economía que se encontraba en recesión desde enero de 2018, aunque a partir del comienzo del aislamiento obligatorio el 20 de marzo pasado, se profundizó y posteriormente quedó cuasiparalizada como resultado de la pandemia por el coronavirus.  En ese momento y hasta la actualidad, el Estado entró en todo su esplendor, en la medida que puede, al tratar de mantener y en lo posible aumentar el nivel de consumo que en los 4 años anteriores se había derrumbado. Para ello es que generó en los sectores informales de nuestro país, economía marginal o en negro que le dicen, el plan denominado IFE que provee cuotas de $10.000 mientras dure el Aislamiento: al escalón de los registrados en actividades liberales o mantenimiento se les otorgó un subsidio reintegrable en 3 cuotas de hasta $50.000 cada una de ellas en las tarjetas de crédito, bajo el nombre de crédito a tasa 0%; y finalmente, el programa ATP que en principio era para empresas Pymes o mas chicas y luego terminó siendo para todas las empresas del país que brindaba pagos de salarios de empleados en sus propias cuentas por valores entre $16.875 y $33.750 desde el ANSeS.  

Ante toda esta oleada de pesos dando vueltas, el Estado nacional colocó requisitos anteriores y posteriores como consecuencia de verificarse que muchas de las grandes empresas que habían sido beneficiadas con el ATP dedicaron sus recursos reales a comprar/generar operaciones en la bolsa de comercio destinadas a la adquisición del llamado dólar Contado Con Liquidación y el dólar MEP. Las empresas beneficiadas por el programa ATP tienen que pagar sus importaciones de insumos con recursos propios que declararon tener en el exterior y no podían acceder a la compra de esas operatorias por el lapso de entre 1 y 2 años según su fecha de próximo cierre de estados financieros. ¿Por qué estados financieros y no contables? Porque estas empresas poseen acciones y también operan sus acciones en bolsas como la de Nueva York o Londres y por lo tanto se manejan con las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) y no ya por las normas locales (RT).  Resultado de ello: 243 empresas que poseen recursos propios que no quisieron utilizar para pagar salarios se dieron de baja en el programa ATP, por ende entre finales de esta semana y principios de la próxima podríamos tener un proceso de recalentamiento de los dólares CCL y Bolsa que es la medida que generan estas empresas para sacar fondos de nuestro país sin pagar los correspondientes impuestos por ellos.

Junto con todo esto, se está negociando para reprogramar la deuda externa del país, ya que no poseemos crédito externo a nivel país ni a nivel empresas desde enero de 2018. Síntoma de ello es que hubo seguros de default que se dispararon en abril de 2018.  Hoy nos encontramos ante una muy buena renegociación de pagos en cuanto a la predisposición, tanto de los acreedores como de nuestro país, y estamos encaminados para cerrarla y encontrar el camino correcto hacia la salida del atolladero al que nos suelen enviar los gobiernos que no tienen posibilidades de creación de riquezas y solamente generan deuda emitiendo bonos -incluso a 100 años de plazo- puesto que ellos seguramente no se encontrarán con los pagos.  Recordemos que al poseer la predisposición que hablamos anteriormente, es que no le sirve al mundo un default total de Argentina, puesto que detrás de nuestro país hay cerca de 40 países en el mundo que caerían en una suerte de efecto dominó y se les caerían todas las inversiones a los fondos que invierten, llevándolos a la quiebra conjuntamente con el FMI

Una vez solucionada la instancia de la renegociación de deuda, las posibilidades de salida y despegue de la economía son muy buenas. Para ello, es necesario tomar máximo 3 industrias de nuestro país que operen de locomotora para el resto de las industrias o sectores económicos. En nuestro parecer esas industrias deberían ser producción de alimentos manufacturados al vacío, combustibles líquidos y la salud -a forma de gratificación por los servicios prestados durante el aislamiento; mediante el mantenimiento de los beneficios de cargas sociales que se les otorgaron como parte de los ATP por al menos un año adicional. Pero NUNCA solicitar/exigir al FMI que libere los derechos especiales de giro, que es su moneda de resguardo pero que finalmente debe ser reintegrada al organismo, puesto que podría tener en si mismo el objeto de enturbiar la renegociación actual generando la caída del negociador y tratando de colocar alguien que no estaría preparado para semejante empresa.

* Docente UBA, CP/LA y Mg CI-TIT ESTUDIO CFI.   Twitter: @fabian700