¿Hoy nos preguntamos por qué el país está atravesando esta crisis?
Desde que asumió el Gobierno siempre recurrió a la misma metodología, culpar a otros de los males que ellos mismos generaron: “la pesada herencia” y ahora “el aumento de la tasa de interés de EEUU”
El gobierno hizo una mala lectura del mundo, abriéndose en un mundo que pasa a ser proteccionista tanto desde lo comercial como desde lo financiero. Un Gobierno a contramano del mundo.
Si bien, desde que asumió Macri siempre recurrió a la misma metodología, culpar a otros de los males que ellos mismos generaron: “la pesada herencia” y ahora “el aumento de la tasa de interés de EEUU”, hubo medidas adoptadas últimamente que han dejado en una situación de fragilidad al país, agudizando los desequilibrios que provoca el libre mercado sin regulaciones.
El Gobierno avanzó en un proceso acelerado de apertura comercial, en la búsqueda que el fuerte aumento de productos importados pueda disciplinar los precios internos, y no hizo más que generar un déficit comercial record de U$S 8.500 millones y provocó el cierre de miles de pymes y con ello se perdieron puestos de trabajo de calidad, se achicó y concentró la matriz productiva.
Asimismo, quitó la obligatoriedad de liquidar las divisas de las exportaciones, esto es que los exportadores no tengan la obligación de liquidar sus divisas, los cuales eligen el momento en función de que el dólar esté al precio que mejor les convenga. Y ahora recurren a pedirles que “por favor” liquiden cuando ellos autorizaron lo contrario. Sorprendente.
Además, el Gobierno permitió el ingreso de dólares especulativos atraídos por elevadas tasas de interés (42%) y que se fugan ante la incertidumbre existente. Decisiones que trasformaron a la Argentina en el paraíso de la timba y de la fuga. Hoy, el stock de Lebacs supera la base monetaria y el total de las reservas, cerca de 1,2 millón de millones de pesos. Mientras tanto, justificaba que la tasa de interés se mantenía alta no para bajar la inflación, sino para que toda esa masa de dinero no se volcara al dólar y a la fuga. Y ahora es rehén de su propia política: si baja la tasa de interés, la plata se va al dólar; si la mantiene, se encarece el crédito interno y se enfría la economía.
La liberalización de la cuenta de capitales de la balanza de pagos generan una necesidad de dólares de alrededor de 35.000 millones por año que la Argentina no genera. Se trata de un déficit de cuenta corriente de alrededor del 6% del PBI.
La trampa financiera se vio, además, agravada por otras políticas neoliberales, que hoy describen el déficit social que género este gobierno: Disminución de salarios y jubilaciones, ajuste fiscal, tarifas en dólares y reducción de los impuestos a los ricos, puestos de trabajo de baja calidad (3 de cada 5 puestos de trabajo generados fueron informales y dentro de los registrados 1 de cada 2 fueron monotributistas), un proceso creciente de desindustrialización: la industria cae en 2017 un 2,9% respecto a 2015, y ya se perdieron en la industria 68.000 mil puestos de trabajo y el cierre de miles de pymes y comercios.
De esta manera, la ecuación del Gobierno solo cierra con más deuda. También aquí hay otro engaño: la deuda se contrae no por el déficit fiscal que se cubre con emisión, sino por la falta de dólares ocasionados por el creciente déficit comercial y por la fuga. La deuda externa total emitida en 26 meses con datos de organismos locales e internacionales prueba que Argentina colocó un total de U$S 141 mil millones siendo la deuda neta nueva cercana a los U$S 81 mil millones, sin considerar lo que resta para el año 2018. Lo que se tomó como deuda en Argentina se fugó o se consumió en el exterior (salieron U$S 70 mil millones, poco menos que el aumento de la deuda neta, de U$S 81 mil millones)
Como corolario, la incapacidad para administrar una crisis autoinflingida llevó al gobierno a recurrir al FMI. La receta es esperable, depreciación de la moneda para intentar corregir el desequilibrio externo y reducción del déficit fiscal primario para incrementar la capacidad de repago de la deuda externa.
Apagar el fuego con nafta sería más esperanzador. Así las cosas, el único resultado posible de la aplicación de una fuerte devaluación junto a políticas contractivas será más pobreza y desempleo.
*Economista. Integrante de la Comisión de Economía del PJ de la provincia de Buenos Aires. Twitter: @MLaGioiosa