¿Por qué volver al Fondo Monetario Internacional?
Desde que la fuerza política PRO ingresó al Estado, no hizo más que desfinanciarlo, mediante exención de impuestos a distintos sectores concentrados de la economía y/o la liberalización de distintos sectores del mercado
Esta pregunta podría haber sido un buen comienzo para el gobierno actual, antes de iniciar la escalada de reuniones, conferencias de prensa y demás dimes y diretes sobre dicho organismo internacional. Algún lector con mayores simpatías por el gobierno nacional y con algunos conocimientos en economía nos diría: “pero la corrida al dólar hace inevitable este acuerdo”.
Es que esa respuesta sería cierta, pero parcial. La vuelta al FMI era inevitable, porque el esquema de valorización financiera que eligió el gobierno nacional, hace que la Argentina inicie un sistema de endeudamiento creciente. El sistema económico instaurado exige dólares para devolver los dólares prestados. Vuelve a preguntarnos el lector bienintencionadamente “macrista”: ¿Pero la cuestión es el déficit fiscal (en castellano, que el Estado gasta más de lo que le ingresa…)?
Pues bien, desde que la fuerza política PRO ingresó al Estado, no hizo más que desfinanciarlo, mediante exención de impuestos a distintos sectores concentrados de la economía y/o la liberalización de distintos sectores del mercado. No estamos diciendo que no había déficit, lo que decimos es que el gobierno actual creó más déficit en ese Estado. Es más, lo transformó en un problema que merece el endeudamiento externo. Es que independientemente del déficit del Estado, el problema principal es el modelo económico argentino, o sea ¿de qué vamos a vivir los argentinos? Y cuando por los argentinos, pregunto por las grandes mayorías.
El modelo PRO, es un modelo que busca que la Argentina venda hacia el exterior, lo que ella produce en forma “diferencial”: determinados productos del Agro (soja en especial) y/o algunos recursos naturales (petróleo, oro, plata, etc.). El resto del esquema económico es superfluo, no merece sobrevivir. ¿Y de qué vive el resto del pueblo argentino entonces? Pues esa población argentina es deficitaria, deficitaria porque hace que el sector que es “realmente productivo” lo mantenga. En esta visión no priman las grandes mayorías, sino los que por los vericuetos de la vida tuvieron la suerte de vincularse al mundo agropecuario y/o extractivista que puede mantenerse sin ser deficitarios, o sea 1 de cada 4 argentinos.
Pero el “modelo” del gobierno incorpora un formato más perverso, que es la descapitalización del sistema económico argentino. Es decir, las famosas Lebacs, son bonos del Estado Argentino que le prometen a un “inversor” extranjero o argentino que le van a dar más plata que la que pusieron ( 30 o 40 % ) sin que esa plata genere una riqueza que justifique ese porcentaje. Y si no hay riqueza que se genera, ¿de dónde sale la plata para pagarles a esos “inversores”? Pues bien, primero de la riqueza que los argentinos producimos en otras áreas de la economía, luego de más endeudamiento y cuando nadie quiere “invertir” en la Argentina, se busca la plata en el FMI.
En un “modelo” económico donde los argentinos producimos soja, petróleo y/o algún producto de minería y habilitamos la “timba” financiera, no nos queda otra que volver al FMI. ¿La sociedad votó en el 2015 o en el 2017 este tipo de proyecto de no-país? ¿Cuánto acompañará los ciudadanos argentinos al Gobierno Nacional en este capítulo repetido? La pregunta inicial tendría que transformarse en la afirmación de que tenemos las suficientes razones para no volver más a pedir ayuda al FMI.
*Licenciado en Sociología, Doctorando en Ciencias Sociales, Docente de la UBA y analista político. Twitter:@Pablolopezfiori