Mucho se ha hablado del endeudamiento extremo que viene tomando el gobierno de Mauricio Macri. Incluso dentro del mismo Cambiemos produce divisiones, ya que algunos manifiestan que debería frenarse el nivel de toma de deuda que hay en el país.

Un informe de la Fundación Germán Abdala muestra que el Gobierno nacional emitió 11.728 millones de dólares en nueva deuda en enero y en detalle se precisió que hubo una colocación de 1750 millones de dólares por un bono con vencimiento a 2023, de 4250 millones por un bono a 2028 y de 3000 millones por uno a 2048. Este endeudamiento se hizo en los mercados internacionales. Debe sumarse además la colocación de Letes en el mercado interno por 2728 millones de dólares. 

Estos números demuestran que no se ha reducido el nivel de toma de deuda por parte del Ejecutivo nacional, y quien ocupa este rol preponderante es el ministro de Finanzas Luis Caputo.

Según señalaron desde Página/12 el año pasado el Gobierno colocó deuda por el equivalente a  94.682 millones de dólares y según la fundación antes mencionada el 64 por ciento de esas emisiones se hicieron en moneda extranjera y el 36 restante en moneda local. El informe de la consultora aseguró que el 57 por ciento de esta deuda se emitió en el corto plazo, lo cual generó fuertes vencimientos de capital e interés hasta 2022. 

La deuda total del sector público, según las estimaciones del informe, cerró el año pasado en 315.760 millones de dólares. En términos del Producto Bruto interno, este monto representa un 57,6 por ciento. En la Fundación Germán Abdala indicaron además que el Tesoro es “sin dudas el sector más endeudado”.

Además, el informe de la consultora estimó la proyección de pagos capital e intereses del sector público nacional entre 2018 y 2040. Para este año se deberá cancelar deuda por un total de 57 mil millones de dólares. De ese total, unos 37 mil millones de dólares de vencimientos se explican por las colocaciones de nueva deuda hecha en 2017. Esto muestra que una parte importante del endeudamiento de este año se destinará a pagar las deudas viejas en lugar de usarse para resolver los problemas estructurales del país. El financiamiento de la fuga de capitales y el déficit de cuenta corriente son otros destinos de la nueva deuda externa.

Fuente: Página12