Poco a poco, el mundo va dejando de lado la crisis económica, aunque la alerta sanitaria permanece. Estados Unidos recuperará el 100% del Producto Bruto Interior (PBI) en el segundo trimestre de 2021 y el mundo se recuperará más de un 6% en el año. Argentina, como España, vuelven a quedar atrás en la recuperación además de que cayeron más que sus comparables en la crisis. Según Bloomberg Economics, España y Argentina aparecen como los peores países analizados tanto en gestión sanitaria como en la económica.

¿Qué lecciones deben aprender los gobiernos de esta realidad?

  • Encerrar y arruinar a la gente no es una política sanitaria. España y Argentina llevaron a cabo una mala política de prevención, testeo y los errores burocráticos, la mala gestión de tests y de uso de medidas de prevención intentaron compensarse con un cierre de la economía brutal, que no solo no salvó vidas, ya que ambos países registraron peores cifras de mortalidad e incidencia de la pandemia que otros que no cerraron la actividad, sin destruir la economía y dejando secuelas que durarán años. Las vacunas salvan vidas. Arruinar y encerrar a la gente, no.
  • Mucho gasto público no salva vidas cuando el poder político ignora la prevención. Los países que mejor han gestionado la pandemia, como Corea del Sur, tienen un gasto sanitario per cápita muy inferior a los de la mayoría de la OCDE, y sin embargo tienen menos casos y menos muertos, mientras que han salvado la economía y el empleo. ¿Cuál es la diferencia entre Bélgica, el país con mayor gasto sanitario per cápita y a la vez uno de los que más muertos por cien mil habitantes tiene de Europa, y sus homólogos asiáticos? Conocer el riesgo de fallecimiento según demografía, tomar medidas urgentes de prevención, testeo y distanciamiento y reforzar la eficiencia del sistema preventivo.
  • Las vacunas no las puede gestionar el poder político. Ha sido un error evidente que el poder político haya tomado el control absoluto y monopolístico del proceso de vacunas. Lo ha hecho más lento, ineficiente y además peligrosamente abierto a la corrupción.
  • Disparar el gasto público no salva la economía, y menos cuando encierras a la población y destruyes el sector productivo. Uno de los efectos más devastadores ha sido el de disparar el gasto administrativo y burocrático innecesario en medio de un cierre miope y equivocado. Se han destruido miles de empresas, se ha disparado la pobreza y se ha enviado a la ruina a miles de ciudadanos mientras el sector político se ha auto-rescatado.
  • Subir impuestos e imprimir moneda sin control en medio de una crisis económica solo la hace peor. La impresión sin control de pesos ha llevado a la Argentina a aumentar aún más la pobreza, destruir a las familias con inflación y además aumentar la escasez. En España, gracias a Dios, el gobierno no ha podido imprimir moneda, pero decidió mantener y subir impuestos, generando menos recaudación, más déficit y con peores datos de empleo y supervivencia de empresas que sus comparables.

Estas cinco lecciones las entiende cualquier ciudadano, que probablemente se pregunte ¿por qué son lecciones si es sentido común? Y ese es el problema.

La crisis del covid-19 ha vuelto a mostrar lo peligroso que es poner a la política en el control absoluto de la sanidad y la economía.

*Doctor en economía, profesor de Economía Global y autor de bestsellers entre los que se cuentan La Gran Trampa, La Madre de Todas las Batallas y Viaje a la Libertad Económica, traducidos al inglés, chino y portugués. Twitter: @dlacalle