Las pymes, que ya venían muy golpeadas producto de la mala gestión económica del gobierno anterior, se sometieron a un freno imprevisto durante 2020 que impactó en los ingresos de miles de familias, trabajadores, comerciantes, empresarios y emprendedores. La crisis sanitaria y económica se profundizó con el correr de los meses y el aumento de los contagios en todo el país, especialmente en el AMBA.

Al comenzar la pandemia un 58% de las pymes sufría una abrupta baja en la demanda y en las ventas; también se registraba un 40% menos en los niveles de compras y consumo; y un 39% en la producción de bienes y servicios. Todo los sectores: Comercio, Industria, Construcción, Turismo, Actividades recreativas y culturales, entre otros, se vieron afectados.

Pymes: reconversión y adaptación a la nueva normalidad 

Cerca de un 80% de las pymes, comercios, emprendedores y los profesionales independientes se adaptaron y reconvirtieron para poder seguir trabajando, vendiendo, produciendo y prestando servicios. Muchos migraron a la comercialización online, e-commerce, redes sociales. Según las estadísticas desde que comenzó la pandemia las ventas online crecieron cerca de un 84%. Por su parte, el delivery y más tarde al take away se pusieron de moda para todos los que estaban respetando el aislamiento. En otros casos, muchos comerciantes, emprendedores y ciertas empresas e industrias tuvieron que reconvertir sus negocios para sobrevivir. Todo era válido para tratar de sobrellevar la crisis.

Con el correr de los meses de pandemia, y gracias al sacrificio y capacidad de resiliencia de los empresarios, comerciantes y profesionales, los diferentes sectores de la actividad se fueron reactivando. Ayudaron las medidas de apoyo aplicadas por los diferentes Gobiernos, sirvieron para sobrellevar ciertos momentos del año pasado, pero definitivamente, fue la paulatina flexibilización de las medidas de aislamiento -pasando del ASPO al DISPO-, lo que empujó una leve reactivación y movimiento de los sectores productivos que involucran a las pymes del AMBA y del resto del país.

Evitar el rebrote, es evitar un nuevo freno del sector pyme 

Cuando disminuyó la curva de contagio y el sistema sanitario no colapsó, el sector pyme empezó a respirar, especialmente durante los últimos meses del año, con la reapertura de los comercios y las industrias. Por su lado, el sector turístico y cultural comenzó a preparar todo para la temporada de verano, el objetivo era y es, que todas las actividades puedan volver de a poco.

Ante mayor flexibilización más disminuía la pronunciada caída de los indicadores económicos. Según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), en noviembre, la producción de las pymes industriales cayó 3,5%; en diciembre el comercio registró un descenso anual del 8% en las ventas minoristas en cantidades (la retracción total de 2020 fue de 21,4% con respecto a 2019); en cuanto al turismo, uno de los sectores que más tiempo estuvo paralizado, el primer fin de semana largo de actividad desde marzo (4 al 7 de diciembre), registró una caía del 26% con respecto a 2019.

Estamos nuevamente en alerta, crece la preocupación al mismo tiempo que aumenta el rebrote en todo el país. AMBA es una de las zonas más afectadas y las autoridades de cada distrito y del Gobierno provincial evalúan medidas de mayor control de la circulación. Para evitar un nuevo colapso, tanto sanitario como de las pymes, es necesario priorizar los cuidados, ser conscientes de que aquello que vemos que ocurre en Europa, se replicará en nuestra región y país.

La llegada de la vacuna genera esperanzas, pero estamos viendo un crecimiento en la cantidad de contagios que es muy preocupante. Las pymes de todos los sectores productivos que componen FEBA no pueden volver a cerrar o frenar sus actividades. Depende de nosotros, es necesario ser responsables, estamos ante un fenómeno global, y el futuro es incierto. Debemos seguir cuidando la salud de todos y también la salud de nuestras pymes.

Los empresarios y comerciantes todavía están pagando deudas que adquirieron en plena cuarentena, relacionadas con créditos, alquileres atrasados, impuestos, entre otros. A eso se suman las tarifas de servicios como luz y gas, y además tienen que afrontar los gastos cotidianos para seguir funcionando y asegurar los puestos de trabajo. Si tienen que volver a cerrar porque los contagios se descontrolan, el golpe será letal.

Es clave que el Estado se mantenga presente, brindando ayuda económica. Y también es clave que la comunidad colabore y acompañe con responsabilidad. Sigamos cuidándonos, porque eso implica cuidar a nuestros seres queridos. Y significa también, mantener la fuente de ingresos de miles de argentinos, de miles de familias.

*Presidente de la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA). Twitter: @FebaOk