Las primeras declaraciones al finalizar la Conferencia fueron las del titular de la OMC, el brasilero Roberto Azevedo, quien  expresó su preocupación al decir que el "apoyo político que hubo al comienzo de la cumbre -cuando buena parte de los mandatarios latinoamericanos firmaron el Compromiso por el Multilateralismo- no se vio reflejado durante las negociaciones”.

En este sentido, parece que los 3 días de debates y negociaciones tuvieron un elemento en común: la disparidad entre lo que se plantea en los discursos y lo que luego realmente se negocia. Ya desde el inicio de la Conferencia –y a pesar del discurso inicial de Macri cargado de optimismo- Susana Malcorra, quien presidió la cumbre, había advertido que “hay vida después de Buenos Aires”, una declaración que parecía adelantarse a lo que finalmente sucedió.

En relación a los temas de negociación, fueron 5 grandes ejes los que se abordaron durante la agenda del evento: Pesca, Agricultura, Desarrollo, Servicios y Comercio Electrónico; en ninguno de ellos se llegó a un gran acuerdo, incluso no se emitió una Declaración Ministerial en ese sentido. De todas formas, se destacó la posibilidad de generar avances a futuro en estos ejes de discusión.

En este punto es vital comprender que el mecanismo de toma de decisiones de la OMC en la mayoría de las cuestiones –adoptar una interpretación, eximir a un miembro de una obligación, adoptar una enmienda y admitir nuevos miembros son las excepciones en las que este mecanismo no aplica- es mediante el consenso, lo que significa que para adoptar una decisión ningún miembro debe oponerse de forma explícita.

En lo que refiere a la posición de Argentina en la Conferencia, es menester tener en cuenta la existencia de un mayor interés por parte del Gobierno argentino en pos de lograr una mayor participación en el comercio mundial. Así lo confirmó Azevedo, quien dijo que "lo que es claro es que hubo una disposición negociadora de la Argentina en un sentido de mayor integración a la economía mundial, con más interés en discutir la manera de abrir el mercado y de aumentar su competitividad”.

De todos modos, la posición aperturista en términos comerciales que propone el macrismo parece encontrarse en desfase con un elemento principal de la coyuntura internacional, y  es el que refiere al posicionamiento que Estados Unidos ha adoptado durante la gestión Trump; comportamiento que lejos se encuentra de las intenciones económicas-comerciales planteadas por el oficialismo argentino, lo que se refleja, por ejemplo, en la gran suba del arancel aplicado recientemente a las importaciones de biodiesel argentino.

En este contexto de desazón dado por la actual coyuntura política global, al macrismo se le suma el hecho del fracaso inmediato que se dio en estos días en relación a la negociación para el acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, el cual quedó pospuesto. Además, la revocación de acreditaciones para especialistas de organizaciones no gubernamentales participantes de la cumbre realizada por parte del macrismo, no generó buenas impresiones en la comunidad internacional.

A modo de conclusión de lo que fue la Conferencia Ministerial, Azevedo advirtió que "el multilateralismo no significa que obtenemos lo que queremos, tenemos que hacer concesiones, a veces penosas. Esto es algo que faltó aquí. Muchas cosas se hubieran resuelto si hubiéramos hecho gala de la humildad. Todos lamentaríamos mucho si este sistema se pierde".