El gobierno nacional acaba reestructurar la deuda con los bonistas privados y  para el oficialismo, la oposición y el mercado (abstracción que denota, aquellos que concentran el poder económico) parece haber sido exitosa. ¿Se resolverán los problemas de los argentinos a partir de dicha negociación? Esta pregunta atravesará nuestro artículo.

¿Para qué se contrajo deuda?

Los argumentos siempre son fáciles, según los economistas interesados, es porque hay muchos empleados públicos, y el Estado gasta mucho. Pero cuando rasgamos el velo de lo inmediato, la deuda no es contraída para eso, el volumen de endeudamiento no tiene que ver con el “déficit fiscal”. Tampoco es para invertir en un área estratégica de la economía, mayoritariamente el endeudamiento no se dirige a áreas productivas, que es donde se justificaría el endeudamiento. Para dar un ejemplo, no se invirtió en vaca muerta, o en algún sector de la minería, o en inversiones de infraestructura que permitan que no se inunde más la pampa argentina. Para decirlo de otro modo, no es que los argentinos (el gobierno de turno del Estado Argentino) pedimos dinero porque nos faltaba para “llegar a fin de mes” e hicimos una mala inversión. 

Por eso, si el dinero no fue al gasto corriente, y no fue a la inversión ¿Dónde fue el dinero que los argentinos debemos pagar con los acreedores privados y el FMI? ¿Para qué el Estado argentino con el gobierno anterior, el gobierno de la Alianza, el gobierno de Carlos Menem o con los militares en el 76, se endeudó tanto?

La deuda se contrajo para que aquellas “inversiones” que venían por las tasas de interés astronómicas pagadas por los bancos argentinos, puedan retirarse llevando dólares. A la deuda siempre le sigue una “fuga”. Esas tasas de interés, definidas por los que conducen el Estado argentino, hace que vengan capitales, que apuesten a corto plazo y se lleven  la plata multiplicada por 2, 3 o 4 veces. ¿De dónde sale el dinero para pagar ese defalco? ¿Es que los bancos argentinos y/o el Banco Central fabrican dólares? Pues no, se endeuda a los argentinos, y los que participan de esa fiesta son una minúscula porción de personas.

¿Con qué se paga la Deuda? 

La característica del endeudamiento de los gobiernos arriba mencionados es que su endeudamiento externo es en dólares y que es el medio de cambio internacional para las transacciones económicas. La Argentina a diferencia de EEUU no produce dólares, con lo cual debe abastecerse en el mercado mundial, ya sea vendiendo bienes o servicios y/o endeudándose para pagar la deuda contraída.  Como vimos, la deuda contraída por esos gobiernos, no genera riqueza en la Argentina que pueda conseguir dólares en el mercado mundial, por eso parte del pago de dicha deuda, es con las riquezas que generan todos los argentinos.  Como esa riqueza no alcanza, el país se vuelve a endeudar. Un circulo difícil de resolver, la deuda eterna, salvo cuando se deja de pagar (default) o se logra una negociación que permite volver a generar riquezas para pagar. La deuda profunda siempre es con el pueblo argentino, que no participó de la fiesta financiera, pero si la debe pagar con aumento de impuestos, ajustes salariales, desempleo, pobreza, y demás temas que solo preocupan a algunos periodistas y/o políticos de la oposición como la agenda para dañar al oficialismo, pero nunca se ocupan del fondo del problema: la deuda externa y a quienes benefició. 

¿Dónde está la plata de la deuda?

De lo que se trata es de rastrear en donde está la plata que “los argentinos” le pedimos al sistema financiero mundial. Por qué allí está la riqueza para pagar esta deuda perversa y para que el país esté en condiciones de salir adelante después de la Pandemia. El contexto generado por el COVID-19  que muestra lo desigual que es la Argentina, nos obliga a profundizar en los responsables que deben pagar.  No puede ser  que nuevamente paguen las mayorías argentinas las picardías de unos pocos, que son los mismos que gobierno a gobierno se benefician. El acuerdo, es una avance en el sentido de aliviar a los que menos tienen.

Por eso, hay que celebrar el acuerdo con los bonistas privados, esperar la negociación con el FMI que seguramente tendrá el mismo matiz soberano.  Para está negociación hay que tener presente que el FMI financió la campaña de Cambiemos para las elecciones 2019, en realidad financió la fuga del capital que se fue del país en los 4 años de dicho gobierno. Ambos: financiar una campaña política y financiar la consiguiente fugas de capital, es contrario al estatuto constitutivo de dicho organismo. 

Pero lo primordial, de una vez por todas, es que tanto desde el Gobierno Nacional a través de todas sus agencias, el poder legislativo con la comisión de seguimiento de la deuda, y desde el poder judicial, se investigue dónde está el dinero  y quiénes son los responsables de ese defalco al pueblo argentino en su conjunto. Los que contrajeron la deuda, y los que la fugaron.

Sin investigación y análisis de la deuda, para conocer los responsables políticos y económicos, y recuperar la mayor cantidad de riqueza perdida, no se evitará que vuelva a ocurrir.  Y no se evitará que la deuda sea eterna.

*Licenciado en Sociología, Doctorando en Ciencias Sociales, Docente de la UBA y la UNDAV. Coordinador de Grupo de Estudios sobre Marxismo e Historia Argentina en el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe. Integrante del Centro de Estudios Nacionales y Sociales Arturo Jauretche. Twitter: @Pablolopezfiori