Con el flamante nombramiento del Ministro de Hacienda Nicolás Dujovne devenido en Coordinador Económico de Gabinete, comienza un nuevo capítulo en la relación entre el Fondo Monetario Internacional y la historia económica argentina.

Jornadas atrás, el Directorio Ejecutivo del FMI se reunió para tratar la solicitud de respaldo financiero solicitado por el Gobierno de Mauricio Macri. Allí, la Directora Gerente Christine Lagarde destacó la necesidad de forjar y mantener el consenso social al calibrar el ritmo del programa de reforma, incluyendo el ajuste fiscal.

La creciente volatilidad financiera, tras la fatídica conferencia del 28-D, dónde se modificaron las metas fiscales, y la reciente corrida cambiaria que desató la entrada en vigencia de la Ley que grava la renta financiera, junto con la apreciación del dólar tras la suba de las tasas de referencia de Estados Unidos, y el contexto climático desfavorable que dañó la producción agrícola propiciaron un marco negativo que obligó a las autoridades argentinas a negociar un acuerdo stand-by de acceso excepcional que sustentaría el programa económico hasta fines de 2019.

Aunque restan conocer las condicionalidades que impondrá el Fondo, resulta difícil no acudir a la memoria respecto a las intervenciones recientes. En particular, ya que no se trata de un refinanciamiento de ayuda preexistente, sino de una nueva ayuda neta en un contexto de crisis de balanza de pagos. Para alcanzar un programa económico que lleve a equilibrar el déficit se requerirá de determinación y riguroso nivel de exigencia que permita cumplir con los objetivos para que se hagan efectivos los derechos especiales de giro.

Dicho programa deberá llegar al recinto y será discutido en el marco de la ley de presupuesto, para generar el consenso necesario entre el gobierno Nacional y Provincial. Antes deberá contar con serias proyecciones para 2019 que garanticen que el déficit se mantendrá dentro de los límites para financiarse sin exponer la base monetaria, lo que podría provocar un incremento sostenido de la inflación.

Será necesaria la construcción de una arquitectura fiscal ordenada para lograr el equilibrio presupuestario que exigirá el FMI para otorgar el financiamiento. El cumplimiento del artículo 4° durante 2016 y 2017 parecen anticipar la previsión del gobierno de recurrir al fondo como garante de última instancia ante la pérdida de credibilidad en los mercados.

Así las cosas, la apuesta del gobierno es impulsar el crecimiento mediante la inversión y el ahorro interno, para ello es importante la aprobación de la Ley de Mercado de Capitales. Por otra parte, se prevee la incorporación al tratamiento legislativo de leyes que sumen protagonistas a esta historia. El gobierno condicionado por las exigencias del Fondo buscará dar flexibilidad al sector privado mediante un proyecto de Ley de flexibilización laboral e impulsará nuevamente la Reforma Previsional tras el intento fallido de diciembre de 2017.

Sin dudas esta historia continuará.

*Licenciatura en Economía de la Universidad Nacional de General San Martín (UNSAM).