Votos y dólares, se van por la misma senda
¿Por qué la gente sigue polarizada? ¿cómo resiste el neoliberalismo? ¿por qué resiste el populismo?, son algunas de las preguntas que se formular desde de los distintos espacios políticos
De los resultados de las PASO se pueden hacer preguntas desde varios lados, desde el massismo se puede preguntar ¿por qué la gente sigue polarizada?, desde el kirchnerismo se puede preguntar ¿cómo resiste el neoliberalismo? Y desde el PRO la inversa ¿por qué resiste el populismo? Una respuesta posible para los tres podría ser: “porque todavía hay dólares en el Banco Central”.
Haciendo un análisis de los últimos 30 años de elecciones y cambios de gobierno la variable que más se asocia con los cambios de tendencia electorales son las reservas de dólares del Banco Central y su disponibilidad para aquellos sectores con capacidad de demanda efectiva. La frase circula en Argentina desde hace por lo menos 40 años “si se acaban los dólares se acaban los gobiernos”. ¿Cuándo hay pocos o muchos dólares?, esa es una cuestión subjetiva que es uno de los planos del conflicto político más severos de nuestro país, admirablemente bien descripto por uno de los mejores economistas argentinos que fue Marcelo Diamand, quien acuño el término “restricción externa” para explicar que el fenómeno de la falta de dólares afecta a los gobiernos populistas/industrialistas y también a los gobiernos conservadores/neoliberales y marca casi como un relojito su apogeo y su caída.
Podría decirse que solo la amenaza de una revolución social puede ser más explicativa de un cambio de gobierno que los dólares, si consideramos el período de observación más amplio, digamos, desde el primer peronismo hasta acá. Si repasamos los cambios de gobierno durante la democracia, tenemos el fin del gobierno de Alfonsín, muy coincidente con el fracaso del plan Austral y la baja y restricción de acceso a la divisa. Con Menem podría decirse lo mismo, arranca con sus principales medidas de gobernabilidad que fueron la ley de convertibilidad y la de privatizaciones, justamente dos fuentes de dólares. A medida que avanza la recesión durante la década de los noventa comienza a tener peores resultados electorales y el final tiene que ver con la imposibilidad de seguir privatizando activos estatales para conseguir más dólares.
El gobierno de la Alianza logró algunos créditos internacionales pero que no se transformaron en billetes verdes, fueron un asiento contable, y rápidamente llego la “restricción externa” para expulsar al gobierno radical. El interregno de Rodriguez Saá está marcado por los dólares durante los 8 días que duró. El default de la deuda externa cierra toda posibilidad de constituir una alianza de gobierno y convocar a unas necesarias elecciones que lo legitimaran. El gobierno de Duhalde es el que más refuta la hipótesis de este artículo: en ese caso son condiciones de política interna, legitimidad en el cargo, y la violencia lo que precipita su salida del gobierno con unas reservas de dólares en pleno crecimiento.
Los gobiernos populares de Néstor y Cristina pasaron por tenciones con los dólares en el sentido de una disputa por la apropiación del excedente en dólares. El pico máximo fue la lucha por las retenciones al agro y la elección que le siguió en 2009. Al final del gobierno de Cristina apareció la “restricción externa” en su formato tradicional, encarnada en los fondos buitre y el Juez Griesa de Nueva York que frustró la estrategia de sostenimiento del volumen de reservas y toda la renegociación de la deuda externa. El último año del gobierno de Cristina sufrió un drenaje de divisas que no se pudo detener y con los dólares se fueron los votos necesarios para realizar el cuarto gobierno popular del siglo XIX.
El gobierno neoliberal de Cambiemos mantiene la llegada de la restricción externa en pausa, apelando al endeudamiento externo y el blanqueo para obtener alguna divisa para el Estado. Pero así como entran, se van rápidamente por la fuga de capitales. Los resultados electorales parecen acompañar a la restricción externa pero no en forma proporcional, los resultados también dependen de la fortaleza de cada fuerza política para mantener una alianza de poder sustentable que pueda resistir por más o menos tiempo a la restricción externa. Este primer test electoral encuentra a Cambiemos con el Banco Central lleno de dólares prestados o blanqueados y con pocos triunfos electorales rotundos para mostrar.
Visto así, el escenario no es alentador para el gobierno ya que ahora se dirime entre concretar la promesa que les hizo a los inversores externos y acreedores de profundizar el ajuste y por otro lado la promesa al electorado de generar actividad económica y trabajo. Paradójicamente, el resultado electoral de Cristina en la Provincia de Buenos Aires le da cierto “aire” a Macri para pedirles paciencia a los inversores y a los acreedores y sostener un plan de obras y gastos en ayudas sociales que repercuten en un déficit alto.
Volviendo a las preguntas iniciales, el escenario electoral parece indeterminado porque esa es la sensación sobre el rumbo de las reservas del Banco Central. Cuando llegue el momento de volver a pedir dólares y estos no lleguen en billetes, empezará la acelerada cuenta regresiva, la restricción externa se escala, los exportadores de granos y carne no liquidan nada, se acelera la fuga de dólares de los grandes bancos y de los humildes ciudadanos. Llegado ese escenario el gobierno tendrá que replantear la estrategia para mantenerse en el poder y allí será determinante la actitud del grupo Clarín que evaluará que es lo mejor para sí mismo, si sostener a Macri como cabeza de la alianza neoliberal en el poder o buscarle un reemplazo.
Lo que es seguro, es que Clarín no se va a quedar pegado a un presidente con bajo caudal electoral y baja capacidad para mantener los dólares en el central. Apenas asome la restricción Clarín va a pasar a ser la oposición de Macri. Al presidente le quedara como opción recibir inversión externa directa de tal manera que entren dólares pero sin endeudamiento y al mismo tiempo crezca la economía. Poco a poco esa esperanza se va desvaneciendo, desde el mini Foro de Davos del año pasado y las visitas de presidentes europeos solo se han obtenido palabras de aliento pero ni medio dólar. Si ocurriera que un gobierno democrático resiste en el poder independientemente del nivel de reservas de dólares, estaríamos efectivamente en un nuevo ciclo político en la Argentina.
*Sociólogo, investigador del Observatorio para la Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo. OETEC