Berisso revolucionó las elecciones cuando Jorge Nedela se hizo con la mayoría de los votos en el 2015, y la cuna del peronismo le abrió las oficinas del Municipio a Cambiemos. “Últimamente hemos tenido un buen diálogo con la oposición. Están concentrados con la interna que tienen, todavía es difícil superar la derrota histórica, así que están tratando de analizar esa situación y revertirla”, aseguró el mandatario en conversación con Diagonales.

Con una población bastante pequeña, las redes sociales no juegan un rol tan importante –por lo menos a ojos de Nedela- en materia comunicacional, aunque no por eso las ignora por completo. “Me siento más cómodo con el Facebook, tal vez por una cuestión generacional”, explicó, aunque reconociendo el peso de Twitter e Instagram en términos de rebote. “Uno lo va incorporando. La tecnología es revolucionaria, todo el mundo anda con un celular encima”, sentenció.

En la vereda de enfrente, casi de manera literal, no solo gobierna Mario Secco, que responde a un partido diferente, sino que también encara sus redes de forma diferente. Vale recordar lo que fue la última foto suya podando un árbol, para entender el nivel de exposición que maneja dicho intendente. “Cada uno tiene una forma de hacer, el último veredicto es el voto del pueblo. Cada uno en su ciudad marca un estilo. Nosotros los trabajos los manejamos en la prensa institucional. Cada uno elige el perfil que quiere darle a su gestión, pero soy respetuoso en ese sentido”, aseveró Nedela.

 ¿Tu equipo te da una mano para manejar tus propias redes y sobre cómo mostrarte?

-Busco un equilibrio entre lo profesional y la intimidad. Es parte de la realidad que nos toca vivir, más en una posición tan pública. Uno trasparenta toda la vida, la gente quiere saber qué es lo que haces en el rato libre o qué hace tu hijo, qué pasa con tu esposa. Son las reglas del juego, hay que asumirlas así. Siempre con algunos límites, no abuso de la intimidad familiar en las redes. Trato de preservarlo.

"La quiere saber qué es lo que haces en el rato libre o qué hace tu hijo, qué pasa con tu esposa. Son las reglas del juego".

¿De qué forma creés que tienen que cuidarse para no exponerse cada vez que escriben en redes sociales?

-En pocos caracteres hay que desarrollar un pensamiento que requiere mayor profundidad. Acá podemos poner a todos los políticos, todos podemos caer en esa cuestión de querer explicar cosas con pocas palabras que demandan más tiempo y un debate más profundo. Hay cosas que no se resuelven con un Twitter. ¿Estamos dispuestos como sociedad a hacer ese debate profundo? El riesgo es caer en una superficialidad del tratamiento de los temas. La sociedad hoy tiende a eso.

"Hay cosas que no se resuelven con un Twitter". 

Pero al comunicar en las redes, el contexto también exige síntesis…

-Muchas veces se tiene que volver a explicar qué se quiso decir. Queda todo tan librado a la interpretación del que lo recibe que terminan diciendo lo que no se quiso decir. A veces son títulos nada más.

En las distintas plataformas suele darse que te interpelen de manera directa, arrobándote o mandándote un mensaje directo. ¿Cuánto te afectan?

-Elijo qué responder; algunos mensajes me interesa responderlos. Pero soy de leer muchísimo. Trato de estar al tanto de lo que va sucediendo y de la consideración que hay en la comunidad. Algunas cosas respondo y otras no me interesa. Uno ve que hay como operaciones para instalar cosas que no se corresponden con la verdad. Al principio sí me afectaban, mucho. Pensaba en la familia. Pero llega una instancia en la que nos concentramos tanto en las problemáticas, que no hay tiempo para contestar esas barbaridades o mentiras.

"Elijo qué mensajes responder". 

¿Cómo vivís el universo virtual de los memes y los trolls?

-La verdad que no tengo mucho vínculo o un seguimiento de eso. No estoy atento a los memes, y desconozco el mecanismo de los trolls, porque al ser de una ciudad con característica de pueblo, más allá de las redes hay mucho contacto directo con el vecino, porque es lo más fructífero, todavía se conserva. Las redes tienen un impacto impresionante, pero conservamos el mano a mano. Estamos en una situación de cambio profundo, muy rápido. Hace diez años me acuerdo que en campaña para llegar a concejalía salíamos a pintar paredones. Eso casi desapareció, es casi una anécdota. Se sigue haciendo pero hasta el propio vecino piensa que afea la ciudad.

Con YouTube como herramienta, ¿cuánto pensás que sirven los spots de campaña que se le aparecen a los usuarios?

-Creo que sirve mucho para los que son beneficiados con una determinada obra de gobierno, para que cuenten y muestren que son protagonistas. Además de uno como gestor, está bueno que el que sea protagonista lo cuente.

"Si tuviera que poner el eje de nuestra campaña en un tuit es la obra pública".

Si te aparece algún video de la oposición o el oficialismo, ¿lo mirás?

-Depende de lo que dura. Si dura mucho no me detengo demasiado, salvo que sea importante. Si están entre el minuto y el minuto y pico, los miro.

Estamos en año electoral, ¿cuál va a ser el eje de tu campaña?

- Si lo tuviera que poner en un tuit: El eje de nuestra campaña es la obra pública. Las obras que tenemos en marcha, las que terminamos y las a futuro. Van a ser un eje central de la campaña. Se hizo mucho en poco tiempo y hay mucho más pendiente para los próximos 4 años que hay que planificar bien para ser efectivo.