Una mujer con los valores de la familia como bandera; con un profundo interés por la tarea social que descubrió la política de grande y que con su trabajo en el Ministerio de Desarrollo marcó un modo de hacer política en el peronismo y en la Argentina. Hoy, lamenta el endeudamiento del país; se preocupa por la "inseguridad", por la pobreza, por los problemas de los adolescentes con las drogas y los embarazos no deseados; y le "encantaría" convertirse en la próxima gobernadora de la Provincia de Buenos Aires.

La ex primera dama y ex senadora por el partido Peronismo Federal, Hilda 'Chiche' Duhalde, conversó en el íntimo con Diagonales y contó detalles de su vida: sobre su infancia, recordó sus primeras experiencias en política; la creación de las Manzaneras y Redes; sus días como primera dama.

También habló sobre el escenario político actual; cuestionó duramente a la gobernadora, María Eugenia Vidal y al presidente, Mauricio Macri; y contó cómo le cayó que su marido, Eduardo Duhalde se comunicara con la senadora, Cristina Fernández de Kirchner.

Naciste durante la primera presidencia de Perón y diste tus primeros pasos cuando se instauró el voto femenino, ¿impactó de alguna manera en tu infancia?

- Cuando se estaba instaurando el voto femenino yo ya caminaba hacía unos cuantos años. Soy de 1946, tenía 6 años, es decir que no entendía mucho de lo que pasaba en ese momento. No puede tener un impacto a los 6 años. Tal vez los chicos de ahora tengan otra visión de las cosas, pero en aquel entonces mi preocupación era jugar y nada más que jugar. Y empezar la escuela.

¿Te marcó de alguna manera en tu carrera política?

 - No. Mi familia es de origen peronista, sí me ha quedado grabada la noche que muere Evita. Esa noche sí, porque a los chicos en ese entonces nos acostaban muy temprano, a las 8 de la noche nos mandaban a la cama y me acuerdo que mamá solía ponerme la radio al lado y escuchaba algunos programas hasta que me dormía. Tengo la imagen de mamá viniendo a decirme que había muerto Evita. Pero es una imagen muy borrosa.

¿Te acordas qué sentiste?

- No, sé que me impactó porque la vi a mamá triste, pero no más que eso.

Egresaste del secundario como "maestra", ¿eras buena alumna?

 - Era una alumna intermedia. No tuve dificultades en la escuela. La característica de nuestra escuela era que era de pueblo, San Vicente era un pueblo. Éramos la segunda promoción del Normal, así que era una familia. Tengo muy gratos recuerdos de esa etapa.

“Era una alumna intermedia, no tuve dificultades en la escuela”.

¿A qué edad te empezó a interesar la política? y, ¿cuáles fueron tus primeras participaciones?

- A mí la política partidaria no me interesaba. Si bien, era de origen peronista por el hecho de ser de una familia peronista, a mí me gustaba lo que me sigue gustando: la tarea social. Cuando mi esposo fue intendente por primera y por segunda vez, lo acompañé más tibiamente porque en esas etapas nacían mis hijos, en el '72, '73, '75, '81 y '83. Tenía chicos, chicos, por lo tanto lo acompañaba en algunas acciones, por ejemplo recuerdo que me propuse crear jardines de infantes municipales y ya en 1983, 1984, mi hijo fue la primera promoción del primer jardín que creamos.

“A mí la política partidaria no me interesaba”.

Había una gran demanda y venían a golpearme la puerta, a tocarme el timbre para pedir una vacante. Entonces viendo la necesidad -que hoy sigue siendo una necesidad- empezamos a crear nuevos mecanismos con el sistema de escuela pública. Esa fue mi primera participación. Ya cuando llegó a la Provincia, lo primero que tuve a cargo fue el área del Consejo de la Mujer, pero inmediatamente empezaron a darme tareas de más responsabilidad porque se daban cuenta que nos gustaba y lo resolvíamos bien. A los dos años más o menos, nos hicimos cargo del Ministerio de Desarrollo -primero fue Ministerio de Desarrollo y de la Familia-. Nunca fui Ministra, mi tarea siempre fue ad honorem, pero estaba detrás de todo lo que se hacía.

¿Cómo recordas el día que te convertiste en Primera Dama?

- Fue un día muy fuerte porque no estaba en mis planes ya. Mi esposo había perdido la elección de 1999, así que estábamos transitando una buena etapa. Él se había presentado como candidato a Senador, había ganado en diciembre de 1991 y viene este baldazo de agua fría que, como todas las cosas en la vida -por lo menos es mi característica- la tomo y la llevo adelante como si hubiera vivido siempre así. Es como que me acomodo a esas situaciones como también a no tener ninguna actividad política. Yo soy esto que ven acá.

¿Cuál consideras que fue tu mayor obra en la política?

-La tarea social que fue la que después, de alguna manera, me obliga a meterme en la política partidaria fue la generación de Redes. Creo que no ha habido nada que lo supere y no lo digo por jactancia, lo digo producto de que hoy todavía la gente sigue recordando esa etapa. Quiere decir que no ha habido nada que la superara. En aquel momento se llamaban Redes Sociales, que después pasaron a ser todo lo que tiene que ver con la tecnología. Hoy las llamamos Redes Humanas.

“Creo que no ha habido nada que supere la generación de Redes”.

 Estoy tratando de reencontrarme con toda esa red porque me parece que hoy sería tan necesaria como en aquel momento, o más. No a lo mejor para ocuparse del alimento específicamente -si bien encontramos muchas familias con casos de desnutrición-; sino para ocuparse de otras problemáticas que aparecen en los barrios: violencia, drogadicción, inseguridad, embarazo adolescente, entre tantos temas. Esa Red Humana capacitada puede ir descubriendo los casos y acompañándolos.

¿Te arrepentís de algo?

- Seguramente me debo arrepentir de muchísimas cosas. No me viene una específicamente. Pero a lo mejor no haber, desde afuera del poder de la Provincia, haberle dado continuidad. Yo cedí ese hijo que había creado a las próximas autoridades, primero (Carlos) Ruckauf, (Felipe) Solá, (Daniel) Scioli, pero no lo tomaron en la medida en que yo lo había implementado. Será porque le puse pasión a eso, pero a lo mejor tendría que, desde afuera desde alguna ONG, haber seguido sosteniendo la Red.

¿Qué es lo mejor y lo peor de estar casada con un político?

- A veces hacemos el balance y lo hacemos familiarmente, tiene sus pro y sus contras. Las contras pueden ser que sos una persona pública, pude proteger a mis hijos y no son personas públicas. Creo que hoy pueden andar por cualquier lado y nadie sabe con son los hijos de Duhalde a menos que tengan que dar el nombre y el apellido y alguien le pregunte 'qué tenes que ver con Duhalde'. Pero después, lo positivo es el crecimiento personal, la posibilidad de conocer un mundo que nunca me imaginé haber estado con figuras de nivel internacional importantísimas, haberlas conocido; haberme podido demostrar a mi misma que era capaz de armar una Red de 35.000 mujeres. Tuvo muchas cosas favorables; y otras, que por ahí pasaron que no son lindas, pero en el balance, fue positivo.

Recién mencionabas que pudiste conocer personas importantes internacionalmente, ¿Cuáles fueron las que te marcaron?

- Ninguna me marcó, pero sí me impactaron. Me impactaron figuras tan diferentes como el Papa Juan Pablo o como Fidel Castro, que no tenían nada que ver, pero eran personalidades muy fuertes. Después conocí muchos presidentes; estuve en muchas asunciones; vi realidades latinoamericanas muy interesantes; fue muy enriquecedor.

¿En qué te inspiraste para crear las manzaneras?

- Mi esposo en el año setenta y pico descubre por casualidad, él vivió siempre en la zona casi céntrica de Lomas de Zamora. En esa zona era raro que muriera un chico, tenía que ser por alguna cuestión congénita, un accidente; pero mirando el presupuesto municipal -en ese entonces era intendente- observa que la Municipalidad entregaba lo que se llamaba "angelitos", que era los cajoncitos de muertos, blancos que se entregaban a las familias que no tenían recursos para que enterraran a sus hijos. Lo primero que pensó fue que eso era un curro de alguien que se quedaba con esa plata, entonces pidió que le traigan las direcciones de esas familias, pidió las partidas de defunción y ahí se dio cuenta que si bien en la zona que él vivía no se morían los chiquitos, en la periferia de Lomas, en los barrios más pobres se morían muchos chiquitos. Y en la partida de defunción, en verano decía 'por diarreas estivales"; y en invierno 'por broncopatía', pero en realidad se morían porque eran desnutridos, o su familia no estaba preparada para tener una alerta temprana ante una manifestación (de una enfermedad). Entonces copia de Chile un programa de (Salvador) Allende que consistía en llevar proteínas, en ese momento se llamó PAM, Plan Alimentario Municipal. Cuando llega a la Provincia, y viendo que yo trabajaba mucho en lo social, me dijo 'te atreves a llevar adelante este mismo programa en la Provincia', y le dije que sí. Sin pensarlo le dije que sí. Bueno fueron 35.000 mujeres trabajando.

¿Por qué crees que es importante reactivarlo ahora?

- Porque tenemos muchos problemas en las zonas más pobres. Tal vez problemas más complejos porque las familias más humildes están atravesadas por un montón de situaciones. De pronto la droga, de pronto la falta de trabajo, la inseguridad, la falta de alimento, la falta de salud. Hay un montón de cuestiones y las redes humanas capacitadas lo que hacen es alertar tempranamente, por ejemplo una mujer que es reiteradamente golpeada, si hay alguien cerca, el Estado se entera. El Estado suele estar muy lejos de los problemas concretos de la gente, no porque quiera -en algunos casos no querra-, sino porque es inabordable, desde un escritorio no podés saber lo que pasa. Es muy importante reactivar esa red.

¿Qué fue lo que te hizo cambiar de postura respecto de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo?

- Todos creen que yo cambié. Hay un concepto sobre mí de que soy una chupa sirio impresionante, que vivo en la Iglesia y nada más alejado. Soy una mujer de fe pero que cuestiona a la Iglesia. Ahora sigo creyendo lo mismo, que la Ley que impide el aborto, no impide el aborto; y una que favorezca el aborto, no impide el aborto hecho de la manera que se hacía antes porque no alcanza con la Ley. Nunca alcanza con una Ley.

“Soy una persona de fe pero que cuestiona a la Iglesia”.

 La Ley no modifica la vida de la gente si no se aplica con contundencia. Y la Ley que favorece el aborto tiene que estar acompañada de un montón de acciones, para evitar el aborto. Porque el aborto es una consecuencia que ninguna mujer desea, es la última opción cuando el Estado, la familia, la sociedad la abandonó. Ahora hay muchas cosas para hacer, una de ellas es prevención. Si nos ponemos contentos porque tenemos una ley que permite el aborto y no hicimos prevención, ¿en qué cambió la historia?. ¿Los hospitales públicos están preparados para atenderlas o, va a seguir habiendo abortos clandestinos?, ¿los embarazos adolescentes van a descender? No, van a seguir siendo lo mismo. Entonces no nos pongamos contentos por una ley. Si hoy me preguntas, sí que esté la Ley pero acompañada de una serie de acciones que tienen que estar complementándola.

En ese sentido, ¿seguís estando en contra de la Ley de Matrimonio Igualitario?

Sí, porque no creo en el matrimonio. El matrimonio como institución está en absoluta decadencia. Tengo nueve nietos, la mitad de los chicos que son compañeros de ellos, son de padres separados. Quiere decir que la institución matrimonial está en crisis. Si está en crisis para los matrimonios heterosexuales, está en crisis para cualquier matrimonio.

“No creo en el matrimonio”.

Si me hablas de la unión civil con los mismos derechos para los que forman parte de la pareja homosexual, heterosexual, estoy de acuerdo. También estoy de acuerdo con que dos mujeres ancianas que a lo mejor no tuvieron nunca relaciones sexuales, pero que son amigas y que viven juntas, esas mujeres tienen que tener derecho a una pensión, a bienes. Creo más en la unión civil, más que en el matrimonio como institución.

- ¿Te parece preocupante el endeudamiento del país?

- Me parece preocupante el endeudamiento. Siempre trato de explicarle a la gente lo que sería en una familia. En una familia entran $10.000 y no le alcanza, entonces le pide al primo 'me prestas $10.000"; el primo se lo presta una vez. Pero, él tenía necesidades por $20.000, entonces no se los puede devolver. ¿Qué pasa? Si se lo quiere devolver, tiene que pedir un préstamo usuario; y sino se lo puede devolver, se pelea. Al país le pasa lo mismo. Si no lo devolvés, los países no van a confiar en nosotros; por lo tanto hay que hacer un esfuerzo por devolverlo. Para devolverlo necesitas un país que crezca, que produzca, que los recursos que ingresen sean genuinos, porque ese señor tendría que conseguir otro trabajo para recuperar otros $10.000. O lo haces crecer el país tanto como para que pueda pagar la deuda, ó renegocias la deuda. Lo que no podés es declarar el default, porque eso sería muy malo para la Argentina que ya no está siendo bien vista por el mundo.

 ¿Y el de la Provincia?

- En la Provincia pasa lo mismo, con agravantes. Estuve reunida con expertos en educación, en Justicia, y te das cuenta que son muy profundas las deuda que tenemos a nivel Salud, Educación, a nivel Justicia y Seguridad. Son de una profundidad que cuando los que vienen me cuentan, a mí me enriquecen porque me cuentan detalles que de otra manera no conocería, pero también me hace ver lo difícil que es si no se tiene la decisión política de hacer lo que hay que hacer. Para hacer lo que hay que hacer, hay que decirle la verdad a la gente. Y decirle la verdad a la gente es decirles 'lo único que vamos a hacer con toda nuestra energía, por ejemplo, es sacar a la educación de esta situación y vamos a abocarnos a la educación y a lo mejor no podremos hacer caminos, pero el objetivo es tener una educación de calidad porque las aulas empiezan a vaciarse'.

“Son muy grandes las deudas de la Provincia en Educación, Salud,  Justicia y Seguridad”.

En las zonas más céntricas las escuelas públicas se están vaciando porque haciendo sacrificio los padres los mandan a la privada ¿porque es mejor? no, simplemente porque tienen clases todos los días. Hay que elegir y si hay que elegir, yo elegiría no estar peleándome con los gremios; sino, poniendo la escuela de doble jornada que sería importantísimo para que los chicos no estén en la calle, para que desayunen, almuercen y merienden y después vayan a su casa. Y diría esto no lo puedo hacer, ó lo puedo plantear en los dos últimos años. Elegiría obviamente educación y, aunque hay muchos temas de importancia, todo lo que tiene que ver con el desarrollo productivo, acompañar a las PyMEs, acompañar a los viveros de empresas y generar trabajo. Me parece que son dos cosas esenciales: el trabajo y la educación y, la educación para el trabajo.

¿Cómo ves el futuro de la juventud en el país?

-Veo a mis nietos de veinte que están queriendo terminar sus carreras universitarias para irse del país; y así, veo a muchos chicos. Chicos que el Estado Nacional prepara y que después se van buscando mejores horizontes. Yo no quiero que se vayan, quiero que se queden. Pero por otro lado, la escuela pública no les da las herramientas, entonces estamos en una situación muy difícil.

¿Cómo evalúas la gestión de la gobernadora María Eugenia Vidal?

- No es una buena gestión, tiene un buen marketing. María Eugenia tiene ella personalmente, un buen discurso, es carismática, pero a la hora de la gestión, cuando empezas a meterte en las distintas áreas te das cuenta que no hay gestión. Y que no me diga que no hay plata. La plata hay que ponerla, y vuelvo a la familia, si tengo poca plata atiendo la Salud, la Educación, el alimento y la ropa de mis hijos, después si me sobra algo, pinto mi casa. El Estado es lo mismo en otra escala.

“No es una buena gestión la de Vidal”.

¿Crees que tendrías que ser la próxima gobernadora de la provincia de Buenos Aires?

- Me encantaría.

¿Por qué? 

- Porque me veo con todas las condiciones para hacerlo. Sé lo que hay que hacer, conozco tanto esta Provincia. Pero en el marco de un proyecto de unidad nacional yo no pongo trabas. Hago lo que el conjunto necesite.

“Me encantaría ser Gobernadora de esta Provincia porque sé lo que hay que hacer”.

Eduardo Duhalde contó que habló con la ex presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, teniendo en cuenta que estuviste enojada con ella, ¿cómo te cayó esto?

- Sigo pensando exactamente lo mismo de Cristina, pero entiendo que la política se construye con todos los sectores políticos y dentro del Kirchnerismo hay muchísima gente valiosa a la que hay que llevarla a la idea de un proyecto de unidad o una coalición donde estén todos los partidos políticos de raigambre popular.

¿Crees que CFK es la persona que puede lograr esa unidad?

- No, creo que dentro del kirchnerismo hay mucha gente que va a acompañar el proyecto en el que yo creo, que es el de (Roberto) Lavagna en el marco de una coalición. Creo que Cristina -y es una apreciación personal- no va a ofrecer resistencia.