El periodista y escritor Claudio María Dominguez se animó al íntimo de Diagonales y no dejó pregunta por responder. Desde sus inicios como el "chico de Odol" hasta sus primeros pasos en el periodismo gracias a la oportunidad que le brindó Cacho Fontana. Además habló sobre las presiones que pudo sentir por saber que "nunca más sería un chico normal".

Criado en un hogar peronista destacó ser el "único no muy politizado",  aunque aseguró sentirse identificado con las ideas de justicia social. También habló  sobre la actualidad del país, consideró "nefasto" al gobierno de Mauricio Macri en lo económico y señaló que al argentino lo ve "echo pelota, divido y triste".

"Yo siempre digo que rajen de todo aquel que te quiere chupar tu libertad", fue una de las definiciones que dejó en su paso por el íntimo. 

Ganaste un importantísimo premio de adolescente, ¿te siguen diciendo el "chico de Odol", a pesar que ya pasaron casi 50 años?; ¿te molesta?

-Me encanta que me digan el chico de Odol y lo tomo con un humor. Es un recuerdo maravilloso del pasado. No te hablan de un personaje de una década triste o densa, se premiaba la cultura en la televisión ahora es apriete del culo y gane un auto. Es una etapa hermosa, tres canales en blanco y negro, todo el mundo veía “Odol Pregunta” los miércoles a las 22. Yo tenía nueve años, tenía mucha memoria, me había leído “La Ilíada y la odisea, la vida” obra de Homero, eran cinco mil páginas que sabía explicar. Y cuando veo las grabaciones y las fotos me parece un encanto, lo tomo como parte de un pasado lindo y que me abrió puertas para siempre.

"Me encanta que me digan el chico de Odol".

En mi casa éramos pobres de no poder ni pagar cuentas, de tener a mi padre preso en la cárcel por dar cheques sin fondos y gracias a Odol sacamos a él, pude viajar por el mundo más que los ricos, pude estudiar, con el apoyo de Cacho Fontana vinieron esas notas maravillosas que primero tenían que ver con los Oscar del Hollywood, con el mundo del espectáculo, luego con la política y el deporte. Me acuerdo que a los 15 años me mandaron a hacer las olimpiadas en Rusia, a entrevistar a Paul McCartney en Irlanda, a García Márquez, los Premios Grammy, lo entrevistaba a Luis Miguel cuando ya tenía 15 años, viajé con René Favaloro a los congresos médicos en Boston. Entonces, ¿cómo me va a molestar el chico de Odol?, le agradezco de por vida que me haya llevado después a lo que realmente me interesó en mi vida.

Claudio María Dominguez: “Al argentino lo veo hecho pelota, dividido y triste"

¿Qué fue lo que más te gratificó de esa época?; ¿Algo no te gustaba?

-Lo que puede no haberme gustado es la presión, de que nunca más sería un chico muy normal, porque pasabas a ser el chico más conocido de la Argentina. Entonces con nueve años, un miércoles debuté y el jueves ya no podía caminar por la calle, literalmente, esa era la presión y el agobio. Pero lo bueno era que todas las manifestaciones eran de amor, nadie te gritaba algo feo o te maltrataba, todos querían toquetearte, estar con el “chico de Odol” y poder ser parte de esa magia.

“Lo que puede no haberme gustado es la presión de que nunca más sería un chico muy normal”.

Me acuerdo que todos los fines de semanas me invitaban de todos lados, pero yo me iba al campo e intentaba conectar con la realidad, jugar con los chicos de mi edad y estar en la naturaleza. De lunes a viernes era meta programas de televisión, embajadas, premios, concurso, reuniones sociales, era un combo inevitable, que no era la parte más fascinante. Con los años puedo decir que no me sacó la infancia igual, en la escuela tenía mis amigos que se adherían con pasión a lo que yo vivía y los que tenían envidia y resentimiento, como es normal en todo chico porque yo era el conocido y el famoso, pero nada de eso me impedía disfrutar. En concreto si pudiera elegir volver a realizarlo, lo haría de nuevo.

¿Qué te llevó al periodismo y a la escritura?

-Cacho Fontana, el gran conductor de Odol vio que lo mío era comunicar. “Claudio es medio carismático y habla idioma”, dijo él. Ojo una de las presiones de mi casa era leer y escribir a los tres años, y los seis años practicaba idiomas. Había una casa de cultura, no solo leía mitología griega, también William Shakespeare, el Martín Fierro, la Divina Comedía y los clásicos. Entonces Fontana dijo porque voy a mandar un periodista grandulón que no habla idiomas, si con Claudio tengo todo el paquete incluido y eso fue lo que me hizo amar la comunicación, la investigación de los temas que yo amaba, que no era precisamente lo deportivo o lo político, sino que era el mundo de la cultura, los artistas o iba narrando las tradiciones de diferentes lugares.

“Una de las presiones de mi casa era leer y escribir a los tres años”.

Me acuerdo que me mandaba a lugares del mediterráneo a que contara los viajes de Ulises, las pirámides de Egipto, el Machu Pichu. Ojo paralelamente me recibí, hice Abogacía y Ciencias Políticas, porque mi abuela soñaba que yo fuera diplomático en la UNESCO y yo antes que la abuela se muriera, dije “le voy a regalar el título” para que esté contenta y al mismo tiempo sabía que yo no iba a vivir de la diplomacia, porque veía lo que eran las Embajadas Argentinas en el exterior, corrupción, la frivolidad y dije lo mío va a ser viajar, contar, aprender, escribir, publicar libros, trasmitir calidad de vida y a eso fui yendo afortunadamente.

Escribiste 18 libros, ¿cuál consideras que fue tu obra maestra? ¿Por qué?

-Gracias por traer a colación los libros. Ninguno es una obra maestra, todos van evolucionando respecto a mi propia vida, entonces obviamente escribo mejor y profundo a esta edad, que a los 30, porque la misma vida te va llevando a que asciendas en la precepción de quién sos. Entonces, si uno con eso no acompaña lo que transmite, es un necio, queda estancado. Creo que cada libro fue perfecto en el momento que fue plasmado, pero obviamente en este instante en un solo programa de una hora llamado “Hacete cargo”, puedo comunicar muchas más cosas que en un libro, porque puede llegar con profundidad al corazón del otro en forma audiovisual, tocar la emoción, el amor y el humor; más que en la lectura de un libro, porque la gente ya casi ni lee, por eso tenemos que adecuarnos a las nuevas formas de llegar. Yo creo que puedo tocar el corazón más que en 30 capítulos, pero los libros están hechos para algo y si tengo que elegir uno, elijo uno que se llama “Por qué cambié mi vida” que es de más de 500 páginas diagramadas en 50 capítulos, porque cada uno va contando un hito de lo que me llevó en mi vida a este momento actual, entonces siento que ese es el que más me representa.      

Claudio María Dominguez: “Al argentino lo veo hecho pelota, dividido y triste"

¿Qué fue lo que te acercó a lo espiritual?

-Haber visto que, con la cultura, no rayaba la felicidad. Ganaba todos los premios, todas las medallas de oro, todos los reconocimientos y sin embargo a la noche antes de dormir había un vacío existencial. Lo que en la India llaman: “la noche oscura del alma”, que es cuando aparentemente tenes todo lo que queres tener, pero no te tenes a vos mismo. Entonces me pregunté por donde viene la búsqueda ahora y como dice el Principito, “lo esencial es invisible para los ojos”. Por eso con mi familia, me escapé de la ciudad de Buenos Aires, me fui a vivir al bosque en la ciudad de Necochea.

“A lo espiritual me acercó el haber visto que, con la cultura, no rayaba la felicidad”.

Quería salir de la necesidad agobiante de responder como hijo único a la mirada de los padres social, dogmática, entonces dije a mis hijos los crío con libertad, en el bosque, que sean chicos libres, vuelen y brillen. Pero faltaba algo interno y eso me fue llevando, todavía con un poco de ignorancia a querer entrevistas grandes seres espirituales, entonces me pasé por el mundo haciendo 1500 reportajes, obviamente que la gente se acuerda de lo descollante que es la Madre de Teresa de Calcuta o Juan Pablo II que era un papa para mi gusto muy ecuménico. Ahí me fui volcando a la espiritual, conocí celebres conocidos y otros muy ignotos que te abren el corazón con profunda belleza.

Teniendo en cuenta que te volcaste a la espiritualidad, ¿qué se sintió pasar de ser reconocido por eso a tener una fuerte exposición mediática negativa?

-Al contrario, para mí nunca tuvo exposición mediática negativa, llevo casi 25 años haciendo todo esto y las únicas personas que me criticaron toda la vida fueron Jorge Rial y Luis Ventura, si analizamos que fui 40 veces al almuerzo de Mirtha Legrand, 20 a lo Susana y hasta Jorge Lanata que no le gusta lo espiritual, dijo “al único que más o menos le creo es a Claudio”, es algo que tuvo una respuesta positiva. Fui a todos los programas y todos me tratan como los dioses hasta el día de hoy, pasé por muchos canales de televisión y todos me tratan muy bien. No son necios, podrán estar de acuerdo o no con esto de no ser de ninguna religión, de respetar a todos y de hablar de que la gente crea en sí misma. Pero ellos dos son los únicos que se atrevieron a decir que debíamos ser una secta, pero ¿qué significa la secta?, es una prisión mental, a un grupo y yo le digo, rajen de todo aquel que te quiera chupar tu libertad. Se libre, se vos, si sos religioso, se religioso en serio, significa religar y unite con los demás, pero libre de tus pertenencias. Obviamente que es un mensaje que jode, pero solamente como una secta los marcaron ellos.

“Yo siempre digo que rajen de todo aquél que te quiera chupar tu libertad”.

Pero nadie puede hacerte infeliz sin tu consentimiento y yo no le doy para nada la llave de acceso a lo que estos puedan opinar para ver qué hago de mi vida, es más uso ese estímulo para estar cada vez mejor. Y siempre se tienen que acordar ustedes como periodistas una frase que dice: “Todo lo que el otro opina de vos, es la confesión de su propia vida”, la madre Teresa decía “mira como tienen que opinar de vos porque si no no pueden ser felices”. Yo realmente la paso muy bien y la gente me trata muy bien.

¿Tenés alguna tarea pendiente?

-La única tarea pendiente es continuar, no es una específica. Trato de estar todo el tiempo libre de la mirada social, de pertenecer a un grupo, de la necesidad del elogio, de la educación, del aplauso y de la necesidad de sufrir critica. Se vos, la única tarea es diaria, es cotidiana, ser libre y feliz. No negociar la libertad, no dejarse manipular, honrar la vida, disfrutar de estar aquí en el planeta y poder trasmitirles a tus hijos (yo tengo cuatro) que nacieron parar ser seres divinos en un cuerpo humano durante un rato en el planeta.. Es un recordatorio. La tarea pendiente es recordarse todo el tiempo quiénes somos realmente y no creer que somos lo que nos dijeron que éramos.

¿Cómo es tu vínculo con la política?; ¿con qué ideas te sentís más identificado?

-Yo vengo de un hogar peronista, ahora todos son peronistas, viste que Tinelli dice soy peronista (risas). Pero yo literalmente, mi abuela fue la primera mujer Diputada en la época de Eva Perón, estamos hablando en el año 50, con el voto el femenino, donde por primera vez pudo realizarlo. Era una locura que no pudiese votar la mujer, era una costilla del hombre. Entonces mi hogar es un hogar de los huesos de Perón, esa es un mausoleo de Perón y de Evita.

“Yo vengo de un hogar peronista, pero soy el único no muy politizado”.

Yo soy el único no muy politizado, si con la idea de justicia social con la que fui criado, pero no politizado y con el tiempo trato de hablar de la unión, del respeto dentro de la diversidad, no me enfoco en una causa política porque obviamente te ganarías la envidia, el enojo y el resentimiento de la audiencia que me sigue que es genérica. Entonces yo no digo Macri, Cristina, la tercera posición o Lavagna. No quiero un mal contexto político, destruya mi vida, yo me siento el gobernante de tu propia historia.

Igual sabemos que el consciente colectivo del argentino vota, a quien tiene que votar y por eso estamos viviendo los horrores que estamos viviendo. No trato de hacer de la política una campaña y eso que estoy ahora en un medio como C5N, donde sabemos que tiene una idea que es opositora al gobierno y jamás me presiona. Solamente cuando el banco no dejaba abrir una cuenta para depositar el dinero de los sueldos de la gente y que perjudica a 500 familias que depende de eso, si me mandé una editorial diciendo “Presidente Macri no se ganan las elecciones cerrando la posibilidad de que un medio opositor, se exprese, se gana las elecciones con la economía”. Este me parece un gobierno nefasto y espantoso de lo económico, pero no eso jamás me generaría odio y rencor. La gente debe votar por sus convicciones, si sienten que este gobierno lo representa tiene que votarlo, si no lo representa no lo vote o vote en blanco que es una forma de decir ninguno de ustedes me representa.  

“Este me parece un Gobierno nefasto y espantoso desde lo económico”.

Con la presentación de tus libros recorres mucho el país y trabajando desde la espiritualidad te contactas con los ciudadanos, ¿cómo ves a los argentinos hoy?

-Yo vivo con las charlas, el éxito nuestro son las charlas y eso que las difundo yo solito en mi programa, porque cuento estoy en tal lugar, tal día o por Facebook y se llenan los barrios. Si hiciera una campaña con afiches, se llenarían estadio, pero la idea que el mensaje quede suscripto en el público. Por ejemplo, la sala del Teatro “La Nona” en La Plata el pasado viernes estuvo muy lleno, pero a veces de mil te entienden cinco y en una sala de 100 te entiende 30. Es mucho el amor que recibo, mucha unidad y empatía.

“Al argentino lo veo hecho pelota, dividido, triste, pero bueno, sacudamos la modorra”.

Pero agradezco, gustan mucho los libros, gustan mucho las charlas, yo trato de meter en dos horas la búsqueda de una vida, trato de que la gente se vaya con 100 elementos para creer en sí misma y solucionar las emociones enfermas, prevenir la enfermedad, sacarse los miedos, la culpa y ser dueño del primer día resto de una vida. Al argentino lo veo hecho pelota, dividido, triste, pero bueno, sacudamos la modorra, lo que yo expongo en dos horas puede modificar la visión de toda su vida y después es práctica, práctica, práctica. Todo el bien que hagas por los demás, va a envolver tu historia y toda la densidad que causes te va a envolver y te va a impedir ser feliz. Nadie escapa de una mismo.