La diputada nacional por la provincia de Buenos Aires, Karina Banfi (UCR-Cambiemos), ha sido una de las artífices y principales promotoras de la sanción de la nueva Ley de Paridad de Género, que implica que desde 2019 las listas legislativas nacionales deberán componerse en partes iguales por hombres y mujeres.

Banfi le apuntó a los prejuicios sobre las mujeres en política. También deslizó que el Frente Renovador con Sergio Massa y Victoria Donda quiso sacar ventaja de la situación para tener visibilidad mediática. En distintos tramos, criticó a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner por no promover una agenda de género real, se animó a plantear la reelección de Mauricio Macri en 2019, y dijo que el radicalismo necesita renovarse para estar a la altura de los tiempos. Entrevista exclusiva con Diagonales.

¿Cómo fue la historia de la ley de paridad de género?

Yo ingresé a la Cámara en 2015, y desde entonces una de mis atribuciones continuas ha sido el tener una posición solidaria para abrir la puerta a otras mujeres en la toma de decisiones en política, teniendo en cuenta la falta de representación que tenemos las mujeres en los puestos Ejecutivos, en primer lugar, y también en el Congreso de la Nación. Desde hace veinticinco años existe una Ley de cupo que exige una representación del 30% en el Congreso de la Nación, y actualmente las mujeres diputadas representamos solo el 36%, entonces eso lo que arroja como resultado es que la Ley de Cupo anterior funcionó como un techo y no como un piso.

¿Cuánto tiempo tiene este proyecto?

Tratamos este tema el año pasado en el contexto de la Reforma Política. Teníamos media sanción del Senado sobre este proyecto, aunque no así del resto de la Reforma, que hoy duerme en la Cámara Alta.

¿Cuál es el valor agregado de las mujeres a la hora de tomar decisiones?

Considero que tenemos una perspectiva totalmente distinta a la del hombre, y de esa forma se genera una complementariedad que mejora la calidad de las políticas públicas y, por supuesto, en la ampliación de derechos. Te doy un ejemplo muy claro, la Comisión de Legislación Penal; durante estos dos años fue presidida por la diputada Gabriela Burgos (UCR-Jujuy), y eso permitió una ampliación de la agenda y un endurecimiento de la penalización, por ejemplo de los abusos sexuales, tanto de mujeres como de niños. Algunos de los proyectos retomados en esa comisión tenían más de veinte años y no se habían tratado. La ampliación del cupo de representación para la mujer amplía así la perspectiva de género, para tratar temas de una minoría, que son las mismas mujeres, que no tenían una voz fuerte en el Congreso.

¿Qué pasó en la sesión donde se aprobó el proyecto?

Fue una alegría inmensa la aprobación, pero no me gustó la modalidad, porque la cuestión de género no es una cuestión de mujeres contra hombres, sino algo que nos engloba a todos. Lo que sucedió fue que cierto sector presentó un apartamiento de la orden del día, forzando la votación del proyecto, entonces no se abrió el debate sobre este proyecto. El debate sirve para escuchar las razones de cada hombre y cada mujer sobre el tema, y así tal vez hasta se podía enriquecer el proyecto. Y este proyecto tenía dictamen de tres comisiones distintas: la de Justicia; la de Familia, Mujer y Niñez; y la de Asuntos Constitucionales, entonces ya había un acuerdo, no había necesidad de imponer la votación a la orden del día. Eso molestó. 

Explicame lo de la imposición.

Algunas diputadas quisieron asumir un protagonismo mayor, y en eso el Frente Renovador, encabezado por Victoria Donda, impuso el tema en la agenda de ese día. Yo lo que en su momento manifesté es que era importante tener respeto por los preacuerdoss políticos existentes. Las leyes son de todos, y no del sector que las impulsa.

¿Quedó una bronca con Victoria Donda?

Te soy franca, no gustó la forma en que ella buscó acaparar una instancia en la que teníamos que estar todos los diputados. De hecho hubo diputados que tuvieron la intención de levantarse e irse por la falta de respeto a los acuerdos previos. Hay que respetar los acuerdos, sino el Congreso sería un mercado donde todos levantamos la mano y gritamos para que se vote nuestro proyecto. Tiene que haber un orden en las sesiones, para que no se desvirtúe el trabajo profundo que se hace en las comisiones sobre cada uno de los proyectos.

¿Tu reacción cómo fue?

Yo siempre he buscado contener a todos. Mi trayectoria política, mi ética de trabajo y mis votos en el Congreso hablan por sí solos de cuál es mi posición sobre la paridad de género. Yo soy una defensora de la paridad de género. Y por eso no necesito pisotear a nadie, además de que necesito a ese alguien para que vote a favor, porque de eso se trata el Congreso, de acuerdos. La lectura que yo hago del Frente Renovador, y de las actitudes de Donda y de Sergio Massa, que no es la primera vez que hace algo así, es que no buscaron el éxito de la Ley, sino que buscaron exponer los diputados que no querían votar la ley porque no se cumplían los acuerdos previos como si no quisieran votarla por estar en contra de la paridad.  E insisto en que ya había dictamen de tres comisiones distintas, y consenso en el Congreso para aprobar la ley, no había necesidad de apurar nada. Massa y Donda buscaron sacar una ventaja, no tengo dudas.

¿Pero había gente dispuesta a votar en contra?

Si, y de hecho gracias a esta jugada del massismo se les dio una puerta de escape a los que iban a votar en contra, o a favor pero estando en contra, porque pudieron usar la falta de acuerdos como excusa para irse del recinto. Los que iban a votar en contra eran una minoría que no afectaba a la aprobación de la ley. Además, con esta modalidad, tampoco se les pudo dar el lugar a que se expresen, que también para eso es el Congreso. En cualquier caso, me hubiese gustado que la presidenta de la Comisión de Familia, Mujer y Niñez, Silvia Martínez (UCR-Jujuy), hubiese sido quien pidiera el apartamiento de la agenda, porque ella fue quien lideró todo el proceso de generación del proyecto. Pero viendo la situación que generó el Frente Renovador, y con el peligro de que una pelea hiciera peligrar la aprobación de la Ley, se tuvo que quedar callada.

Hablemos del proyecto en sí ¿hubo un apoyo de las mujeres de Cambiemos que integran el Poder Ejecutivo, como es el caso de la vicepresidenta Gabriela Michetti, o de la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal?

Si, y te puedo agregar muchísimas más, como la secretaria Parlamentaria Paula Bertol, desde ya la ministra Stanley, la senadora nacional electa Gladys González, y muchísimas más, aunque no sigo con la lista por miedo a olvidarme de alguien.  El apoyo al proyecto de paridad por parte de las mujeres de Cambiemos fue unánime, y lo vimos en las felicitaciones que recibimos. De hecho el lunes 27/11, post aprobación del proyecto, tuvimos un encuentro en Vicente López, organizado por la gobernadora Vidal, con todas las mujeres del poder legislativo de la provincia de Buenos Aires, tanto del nivel nacional, como del provincial y de los municipios, y allí nos felicitó, pero además nos habló de la responsabilidad de seguir demandando lugares para las mujeres en los gabinetes ejecutivos. También hablamos de no abandonar la agenda de paridad en otras instancias, como en el empoderamiento económico de la mujer; en la apertura de oportunidades laborales, en ver cómo hacer para que las mujeres sean emprendedoras; que elijan carreras de ambientes históricamente gobernados por hombres, como la tecnología, la matemática, la física; que en las casas haya paridad en la división de tareas entre el hombre y la mujer, o entre dos hombres o dos mujeres. Te doy un ejemplo simple; durante mi secundaria, mi primer amonestación fue por jugar a lo que jugaban los hombres, porque se decía que eso era ser “varonera” y estaba mal.

¿En qué ámbitos de la política todavía se ve el machismo?

Al momento de armar las listas, o al momento de ceder espacios de poder. Fijate que casi siempre la mujer va en espacios secundarios. Te doy un ejemplo, a la mismísima María Eugenia Vidal la mandaron a la provincia de Buenos Aires porque se suponía que no iba a ganar. Después demostró lo buena que podía ser, tanto como candidata como en la gestión. Y eso va a pasar en el Congreso. Hoy, siendo solo el 36% del cuerpo legislativo, se ve como las mujeres somos las que más estudiamos, las que leemos todos los proyectos, las que los podemos discutir. A mí me llama mucho la atención que se habla mucho de la mediocridad de las mujeres, que somos la tercera parte del Congreso, y no de la mediocridad de los legisladores hombres, que son casi un 70%. Pero ahora, con la paridad, los hombres y las mujeres van a estar en igualdad de condiciones, entonces va a haber menos lugar para hombres mediocres y más para mujeres, y se va a ver que somos más capaces. Va a estar buenísimo.

¿Se pudo establecer puentes con las diputadas del kirchnerismo en este tema tan concreto, más allá de la mentada grieta?

Para nada, no hubo grieta. Y acá quiero ser bien precisa: el trabajo de la paridad fue una construcción interpartidaria, trabajamos juntas todas las diputadas de todos los bloques, inclusive las de la Izquierda, que estaban en contra. En el caso del FpV, Cristina Álvarez Rodríguez es realmente una leona de la defensa de la agenda de los derechos de la mujer. Justamente ella, que es sobrina-nieta de Eva Duarte de Perón, quien para mí es un cuadro ineludible en cuanto al aporte que ha hecho en la historia de la paridad de género en la política argentina. El mismo reconocimiento tengo para Juliana Di Tullio, o para Diana Conti en lo que tiene que ver con lo penal que es su especialidad, con aportes maravillosos en la Comisión de Asuntos Constitucionales. Podemos trabajar muy bien todas las mujeres. Por eso fue ruidoso lo de Victoria Donda. A veces hay alguna que viendo que se le termina el mandato, después de perder las elecciones, se sienta a pensar qué hacer para no salir de la agenda mediática. Eso tiene que ver con los estilos de cada una. Quien tiene la última palabra es la gente, con su voto.

Dejando a un lado el plano ideológico, ¿Cristina cambió la forma en que se ve a la mujer en política?

No. Y te explico porque; yo tengo un recuerdo de Cristina que me chocó mucho, y que me propuse a mí misma nunca hacer eso: recuerdo un discurso suyo, durante una inauguración de una fábrica de electrodomésticos de línea blanca, durante su segundo mandato. Ella les dedicó esa inauguración a las mujeres que estaban en la casa. “Ahora vamos a tener más tiempo porque vamos a poder limpiar la ropa o lavar los platos más rápido, porque tenemos un mejor lavarropas y un mejor lavaplatos”, dijo.  Fue ofensivo, el lavarropas y el lavaplatos y las tareas del hogar en general, no son de la mujer. Son de la mujer y del hombre.  Yo la entiendo, es de otra generación, seguramente con Néstor la que ponía la ropa a lavar era ella. Pero por suerte hoy tenemos una transformación generacional. Yo creo que Cristina no supo o no pudo ver que había una agenda de género que podía liderar, por todo el mundo, al haber llegado al lugar más alto de la política argentina.

¿Este Gobierno tomo esa agenda?

Si, y te doy ejemplos: la ley de violencia de género, que se había aprobado en 2012, nunca se reglamentó, la reglamentamos nosotros el año pasado. La creación del Instituto del Concejo de la Mujer, que lo creamos este año nosotros y le dimos autonomía y autarquía. Este año se le triplicó el presupuesto, y el año que viene vamos a hacer lo mismo con toda la agenda de políticas públicas para la mujer. Otro ejemplo, los permisos de licencia de paternidad que está estableciendo el Ministerio de Trabajo, algo que le conviene a los hombre, pero que genera una igualdad en el acceso al trabajo para las mujeres; conectan al padre con la crianza de sus hijos al tiempo que se le da la posibilidad a la mujer de no perder el puesto de trabajo que se ha ganado con esmero. La mujer usualmente pierde mucho tiempo en el crecimiento y en el desarrollo de su actividad laboral cuando queda embarazada, al punto de a veces tener que renunciar, y con estas licencias esto no pasará más.

¿Cuál es el próximo paso?

Este Gobierno tiene una deuda: tener más mujeres en los gabinetes, en todos los niveles. En la provincia de Buenos Aires hay solamente tres mujeres intendentas, de ciento treintaicinco municipios. Es más, una de ellas asume en el lugar de su marido porque ella era concejal y él se va como diputado nacional. Por eso espero que el Congreso sea una vidriera de mujeres capaces, para que cuando volvamos a tener elecciones ejecutivas podamos tener la posibilidad de que haya más mujeres en el Poder Ejecutivo.

Te saco del plano parlamentario ¿cómo ves tu propio 2019? Me hablaste de la necesidad de más intendentas mujeres…

Toda mi actividad política juvenil y mi corazón están en Bahía Blanca, pero estoy casada hace varios años con un porteño, y desde la Capital Federal he podido aportar siendo una constante en el Conurbano, y vivo el Conurbano como hace años no lo vivía el radicalismo. Y visito distritos y recorro los barrios con mi equipo, explicando lo que hacemos en el Congreso, viendo si a la gente le sirve, porque ser legislador no es estar en las comisiones tomando café. Hay que ver las necesidades que tiene la gente acá, a una hora de la Ciudad de Buenos Aires, donde llueve y se te inunda la casa, o se te encaja el auto por el barro, o se te rompe el auto por los pozos en las calles cuando estás en Florencio Varela. A mí me hace tener los pies sobre la tierra, y eso hay que vivirlo todos los días.  No he pensado en cargos ejecutivos, sinceramente. Si me veo aportando  a la reelección de Mauricio Macri, mi presidente. Me veo ayudando a consolidar Cambiemos, y veo a Cambiemos siendo protagonista en la rendición de cuentas de lo que significan cuatro años de gobierno, y esa rendición de cuentas implica visibilizar las cuestiones donde hemos podido agregar valor, como lo son la lucha contra el narcotráfico, la lucha contra las mafias y la impunidad, contra la inflación, y principalmente la lucha contra la pobreza, que es lo que nos quita el sueño y no nos deja quietos. Y eso lo sumo a lo que te contaba sobre recorrer el Conurbano; la gente nos vota porque estamos ahí donde están ellos, no al revés.

Sobre la posible candidatura a reelección de Macri ¿su candidato a vicepresidente tiene que ser radical? ¿Tiene que ser mujer?

 No me lo he planteado. Lo que sí me gusta es como funciona Cambiemos, con una metodología de trabajo donde confluyen partidos muy distintos, con perfiles definidos. Si me interesa que el radicalismo tenga un protagonismo mucho más a la altura de lo que la gente demanda. La gente demandó Cambiemos, y los radicales colaboramos a construirlo. Ahora el trabajo es que se vea un radicalismo fortalecido, innovado y actualizado. Necesitamos un radicalismo a la altura, no de Cambiemos, sino a la altura del siglo XXI. A lo que necesita la gente en el siglo XXI, con una agenda complementaria a Cambiemos, y siendo colaborativo con la agenda que tiene el Gobierno.