A pesar el intento del gobernador de mantener al peronismo bonaerense alejado de la interna que sacude el Frente de Todos a nivel nacional, el cimbronazo llegó y provocó rupturas en el bloque oficialista en la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires. La diputada Débora Indarte, del distrito de General Pueyrredón, abandonó la bancada y confirmó el monobloque “Unidad para la Victoria”.

Indarte forma parte del sector del PJ marplatense, integra las filas de Alberto Fernández y está enfrentada con La Cámpora, agrupación que lidera Máximo Kirchner y que tiene como referente a Fernanda Raverta en el partido costero. A través de una nota que dirigió al presidente de la Cámara de Diputados bonaerense, Federico Otermín, la diputada bonaerense detalló que presentó "más de 170 proyectos de ley, en dos períodos legislativos" pero no consiguió que “ni uno solo sea tratado” y, por ende, no pudo dar “respuesta a una sola demanda en el territorio”.

“Tampoco he podido ser nexo para resolver diferentes gestiones locales que son consideradas de urgencia”, explicó. “Lo antes expuesto es atribuible a asuntos de índole político-territorial, que obstaculizan de manera permanente el desempeño de mi función”, explicó. 

De esta manera la legisladora se refiere a la disputa dentro del PJ marplatense, que el 27 de marzo pasado quedó en manos de La Cámpora. Tras las elecciones, Rodolfo “Manino” Iriart, director del Correo Argentino y pareja de Indarte, difundió un comunicado en el que apuntaba contra la organización que conduce Máximo Kirchner por "persecuciones a quienes piensan distinto”.

A partir de estas internas, Indarte solicitó la creación del "bloque-interbloque" "Unidad para la Victoria". Pero si bien la diputada dio un portazo, en realidad, dejó la puerta entornada y abierta al diálogo al remarcar que "son decisiones políticas las que pueden llegar a modificar el escenario anteriormente expuesto, y en el caso de que con el tiempo se reviertan, estaré dispuesta a la instancia de diálogo como siempre lo he estado”. 

Lo cierto es que la salida de Indarte trae algunos dolores de cabeza al oficialismo dentro de la Legislatura bonaerense, y por ende, al propio Kicillof cuando busque respaldo a iniciativas del Ejecutivo. Ahora, el Frente de Todos queda con 42 integrantes, cinco menos que los necesarios para lograr quorum en las sesiones, mientras que Juntos por el Cambio tiene 41.