En el último tiempo ambos Estados han sido noticia por sus reiterados cruces y advertencias militares entre sí, principalmente desde el país norcoreano hacia Estados Unidos. De todo se ha visto, desde amenazas públicas hasta desfiles para demostrar su capacidad militar.

En una relación que no ha encontrado períodos "buenos" desde el surgimiento de Corea del Norte como nuevo foco comunista en 1948, parece que la actualidad –principalmente desde la llegada de Trump a la presidencia- no ayuda para la recomposición del vínculo entre ambos países.

En lo que refiere al último tiempo, la problemática gira en torno a la Isla de Guam, pequeño territorio arrebatado por Estados Unidos a España en 1898 junto a otras posesiones. ¿Por qué Guam es el problema? Por el hecho de que el territorio convertido actualmente en base militar norteamericana es considerado la puerta de entrada a lugares estratégicos como Taiwan y Corea. Además, Guam se encuentra a unos 3400km de Corea del Norte.

Las recientes noticias en relación a la problemática de Guam han sido advertencias de un líder a otro. En los últimos días, un periódico norcoreano publicaba la amenaza del gobierno de Kim Jong-un de convertir al país norteamericano "en un mar de fuego inimaginable", a lo que Trump respondió que "será mejor que Corea del Norte deje de amenazar a Estados Unidos" o bien "se encontrará con una furia y un fuego jamás vistos en el mundo".

En relación al posicionamiento de los principales países, la comunidad internacional apunta a Corea del Norte como el "culpable" por el estado actual de la problemática. Así lo ha demostrado la última sanción económica impuesta por Naciones Unidas al gobierno norcoreano luego de que el 4 de julio anunciase que había probado con éxito un misil balístico intercontinental y el 28 del mismo mes lanzase otro misil que alcanzó aguas japonesas.

Dos posiciones contrapuestas: por un lado se observa una Corea del Norte que amenaza constantemente mediante pruebas militares y declaraciones públicas dirigidas al gobierno norteamericano; por el otro, un Estados Unidos que poco coincide con la política de "paciencia estratégica" utilizada con Corea durante la gestión Obama, por lo que no se lo ve flexible a ignorar las declaraciones de Kim Jong-un. 

De todos modos, la posibilidad de un conflicto armado entre ambos países no se presenta todavía como un hecho a corto plazo, sino que es una tensión que debe ser seguida de cerca. Así lo confirmó el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, al decir que "los americanos pueden dormir tranquilos por la noche", descantando cualquier "peligro inminente".