Antes de la llegada del Covid 19, muchos especialistas creíamos en la importancia del expertise y en la indispensabilidad de reglas para la cooperación multilateral. La pandemia del Covid 19 debilitó la confianza en la cooperación multilateral, pero parece que ciertas formas de expertise han aumentado su estatus. En promedio, los líderes nacionales han mostrado mucha deferencia al expertise de los epidemiólogos que recomendaban medidas estrictas para combatir la enfermedad. Al mismo tiempo, muchos gobernantes han implementado restricciones a las exportaciones de bienes y al movimiento de las personas, y se ha priorizado el desarrollo unilateral de las vacunas.

Como estrategia política, estas medias les han servido bien a muchos. Hasta ahora, el único líder importante al nivel global que ha tenido que dejar el poder como consecuencia de mal manejo de la pandemia de Covid-19 fue Donald Trump, un presidente que no pareció tomar en serio la enfermedad.

La no-reelección de Trump, y todo el furor causado por su falta de aceptación del resultado, son eventos de gran peso para la democracia y la política exterior de los Estados Unidos. Sin embargo, esta pandemia no ha provocado transformaciones más profundas en la estructura de la geopolítica.

Sí, el virus ha dejado un mundo con más digitalización y más desigualdad. Probablemente seguirá la expectativa de la virtualidad en distintos sectores, como el educativo. Este salto puede traer muchos beneficios, pero los que quedaron afuera probablemente sufrirán las consecuencias durante muchos años.

Aun más alarmantes son las desigualdades en acceso a las vacunas contra el Covid 19. Algunos países han conseguido vacunar la mayoría de sus poblaciones, pero otros están lejos de este objetivo. Es una tragedia que con más cooperación se podría haber evitado, porque ya se sabía en el 2020 que el cuello de botella de la vacunación iba a estar en la producción. Ahora, mientras hay regiones con poco acceso a las vacunas hay más riesgo de que se desarrollen variantes nuevas de la enfermedad.

En nuestro mundo, la cooperación mundial se ha complicado por la competencia estratégica entre Estados Unidos y China. Las vacunas, los datos, los estándares tecnológicos. Esta rivalidad también pone en riesgo la democracia, la globalización con reglas, y el respeto por los derechos humanos, entre otras razones, porque Rusia y China están trabajando juntos para desacreditar estos principios.

Todos los demás países y regiones van a tener que elegir el papel que desean tener en este contexto de rivalidad. Habrá que tomar decisiones sobre el monitoreo de los ciudadanos, la inteligencia artificial, las reglas para la inversión, entre otros temas.

Estos temas son los mismos que antes de la pandemia, y eran los mismos con y sin Donald Trump a la cabeza de los Estados Unidos. En tiempos modernos, solamente hemos visto cambios dramáticos en la distribución de poder internacional después de guerras y con el colapso de la Unión Soviética.

El Covid 19 nos ha dejado muchos temas para estudiar en la ciencia política, incluyendo el papel de los especialistas en la democracia y las posibilidades y los peligros que nos han traído nuevas tecnologías. Para las relaciones internacionales es una demostración de las dificultades de la cooperación. Sin embargo, no parece haber cambiado la estructura geopolítica de nuestro mundo.

*Directora del Departamento de Ciencias Políticas y Jurídicas en Universidad del Cema