Desde hacía semanas que el excepcional Consejo de Ministros que llevó adelante el Gobierno español en Barcelona anticipaba una jornada de tensión en Catalunya. La reunión entre el Presidente Pedro Sanchez y el mandamás de la Generalitat, Quim Torra pretendía poner paños fríos en una situación política complicada que se mantiene, aunque con altibajos. Desde el Gobierno Central apuntan al diálogo, los radicales independentistas aglutinados en los Comités de Defensa de la República (CDR) hablan de “provocación” en la celebración del Consejo de Ministros, y desde los sectores conservadores como el devaluado Partido Popular (PP) y Ciudadanos tildan la relación de Sánchez con Torra de “vergonzosa”.

En este clima, y tal como se esperaba, hubo enfrentamientos entre los manifestantes y la policía en varios puntos de Barcelona y se registraron cortes de rutas que impidieron el normal desplazamiento de vehículos. El cruce más fuerte se registró en las inmediaciones de la Rambla, en el barrio del Raval donde hubo palazos, los manifestantes arrojaron pintura hacia los escudos de los Mossos d'Esquadra (fuerza de seguridad catalana)  y se registraron detenidos.

"Sabemos que las posiciones iniciales son separadas pero tenemos que ver cómo podemos ir avanzando", declaró la portavoz del gobierno de Catalunya, Elsa Artadi, luego de que Torra y Sánchez se reúnan este jueves previo al encuentro de ministros.

Por su parte, el líder del PP, Pablo Casado aseguró sentir “vergüenza ajena” por el trato que recibe Torra por parte del gobierno de España y junto a Ciudadanos pide más mano dura en la comunidad autónoma que busca definir su futuro político. También sostuvo que el encuentro con la "liturgia de una cumbre bilateral" incluyó además la "humillación de hacerlo público y patente" al posar en una foto conjunta.

A través de mensajes de Whatsapp y Telegram, diferentes grupos que buscan la independencia y actúan de manera directa organizaron los cortes en importantes autopistas como la AP7 y la A2, que comunican Catalunya con Francia y Madrid. Además, con lemas como “seremos ingobernables” apuntan a formar una República lo más pronto posible y a rechazar cualquier injerencia española en territorio catalán.

El Consejo de Ministros se llevó a cabo en el palacio de la Llotja de Mar, un lugar poco habitual para este tipo de reuniones y que utilizaban los antiguos mercaderes de Barcelona. En las puertas del palacio se formó un impresionante cordón policial que separó a los miembros del Ejecutivo Central de los manifestantes que con banderas y cánticos repudiaron el encuentro al cual tildaron de “provocador”.

El diálogo de ambos presidentes es cuestionado tanto por los sectores conservadores como por los radicales independentistas, en una situación que se carga de tensión y que está presente en el día a día en la capital catalana. De esta manera, Torra se posiciona entre la espada y la pared y reclama un referéndum de autodeterminación que sea avalado por España para así evitar un nuevo fracaso tras la fallida votación del año pasado, que terminó con una violenta represión policial y la puesta en marcha del artículo 155 que intervino Catalunya.