Durante la semana pasada, asistimos a numerosos debates y análisis que ponían el eje en la cantidad de votos (perdidos) por Emmanuel Macron y el achicamiento de la distancia con Le Pen en el ballotage. Sin embargo, hasta mediados de junio no sabremos quién va a gobernar Francia durante los próximos 5 años, fecha de las elecciones legislativas.

Un reconocido periodista argentino podría preguntarse: Le Pen perdió, ¿pero perdió?;Macron ganó, pero… Aunque en este caso, esta pregunta estaría mal formulada, ya que la cuestión no se sostiene sobre el triunfo o derrota del actual presidente reelecto, sino sobre quién va a gobernar en Francia. “Macron ganó, pero: ¿quién gobernará en Francia durante los próximos cinco años?” sería el cuestionamiento correcto. Veamos por qué.

Primeramente, tenemos que comenzar por el sistema electoral y la forma de gobierno que existe en Francia. La V República francesa, nacida de la nueva Constitución Nacional aprobada en 1958 y sucesora de la IV República, instauró un típico sistema semipresidencialista: un Presidente electo por voto directo para un mandato especifico de 5 años (antes del año 2000 el mandato era de 7 años) y que ocupa la jefatura del Estado; un Primer Ministro y un gabinete que aunque son propuestos por el jefe del Estado, deben contar con el apoyo de la mayoría de la Asamblea Nacional para mantenerse en el cargo, y son quienes finalmente gobiernan y llevan adelante la política interna de Francia. Cuando el Presidente es de un partido político que no posee mayoría legislativa, por lo cual debe proponer un Primer Ministro y un gabinete de otro signo político, nos encontramos en una situación que se denomina “cohabitación”, lo que ya sucedió en tres oportunidades: en 1986 el presidente socialista Mitterrand propuso al conservador Chirac; en 1993 el mismo presidente cohabito con el conservador Balladur; finalmente en 1997 con Chirac como presidente y el socialista Jospin como primer ministro.

Por lo antes expuesto, es que para responder la pregunta que inicia esta nota deberemos esperar por lo pronto un mes y medio más, hasta que se lleven a cabo las elecciones legislativas en el país galo, comúnmente denominadas “tercera vuelta”. Las legislativas se desarrollaran los domingos 12 y 19 de junio. Hasta ese momento, tenemos la información sobre quien será el jefe de Estado, pero no sobre quien gobernará Francia durante los próximos 5 años.

En cada uno de los 577 distritos electorales se elegirán mediante una elección uninominal a los 577 legisladores que formaran la Asamblea Nacional. En la segunda vuelta legislativa podrán participar solamente aquellos partidos que hayan superado el 12,5% de los votos, un piso relativamente alto que hace que muchos partidos queden afuera de la segunda votación (en Argentina, aunque no es el mismo sistema electoral y de gobierno, el piso para pasar las PASO y participar de las elecciones legislativas es de 1,5%). Esto hace que de acá a la primer elección, y fundamentalmente entre ambos comicios, se generen alianzas y abstenciones que modifican completamente el mapa electoral y las alianzas parlamentarias.

Esta semana, luego del acto por el día internacional del trabajador, el partido Francia Insumisa de Jean – Luc Mélenchon (tercero con 22% de los votos en las presidenciales) constituyó una alianza con el partido ecologista Los Verdes (EELV), y busca sumar al histórico Partido Socialista del ex presidente François Hollande y al Partido Comunista Francés, aunque al día de hoy parecería difícil que esto suceda. Por el otro lado, la candidata de derecha Marine Le Pen de Agrupación Nacional (RN) buscará revalidar el apoyo que recibió días atrás para la formación de la Asamblea, un desafío siempre difícil para este partido que no logra retener los votos de la presidencial en las legislativas. Además buscará sumar el apoyo de otros partidos cercanos en lo ideológico, como son el partido de extrema derecha de reciente creación Reconquista (REC). Su líder Zemmour, ex periodista que con el 7% de los votos salió cuarto en la elección presidencial, anunció que su partido no presentará candidaturas en cada uno de los 577 distritos donde presente candidatos RN. El partido Los Republicanos (LR), partido de los históricos conservadores que fue rebautizado en el año 2015, obtendría algunas bancas que en la Asamblea se ubicarían más cerca del presidente que de la extrema derecha.

A pocos días de la elección presidencial, las primeras encuestas de Harris Interactive le dan al partido La Republica en Marcha (LREM) una intención de voto cercana al 24%, aunque por el sistema electoral le permitiría mantener al partido del presidente una mayoría en la Asamblea Nacional. Según las proyecciones, LREM podría obtener entre 328 y 368 bancas, por lo que probablemente Macron pueda afrontar su segundo y último mandato consecutivo con un Primer Ministro del mismo signo político y llevar adelante las políticas de gobierno necesarias para gobernar según sus intenciones políticas.

Podemos aventurarnos a proyectar que, como el electorado francés suele esquivarle a la siempre difícil situación de cohabitación, vuelva a brindarle en las legislativas un apoyo al presidente electo. Pero para saber quién va a gobernar Francia, todavía debemos esperar. Mientras tanto, Macron ya se previno de los desafíos electorales que le esperan y luego de triunfar en el ballotage afirmó: “a partir de ahora ya no soy el candidato de un sector, sino el Presidente de todos”.