Una cumbre golpista
El presidente brasileño Jair Bolsonaro reúne en su país a una cita presidencial del Mercosur con la intención de liberalizar el bloque. Cuenta con la complicidad de un presidente saliente, Mauricio Macri, y la Canciller del régimen dictatorial boliviano
Fiel a su estilo bravucón el presidente brasileño Jair Bolsonaro realizó hoy declaraciones hostiles hacia su futuro par argentino Alberto Fernández. Arribado a Río Grande Do Sul, un estado rico en el capítulo agroindustrial donde se desarrollará en estos días una nueva cumbre de presidentes del Mercosur, el polémico Jefe de Estado volvió a marcar sus desavenencias ideológicas con el mandatario electo del otro gran timonel del bloque regional: “La Argentina dio un giro a la izquierda. Vamos al pragmatismo. Si peleamos, perdemos, pero la Argentina pierde mucho más”.
En sus dichos Bolsonaro marca su desagrado con el supuesto perfil populista de Fernández, admite por primera vez en mucho tiempo la necesidad de tener un diálogo bilateral en tono “pragmático”, pero a su vez deja plantada una semilla de la discordia en el sentido de subrayar que Argentina está más condicionado que su país a un buen entendimiento entre los dos socios mayores de la Cuenca del Plata.
Sin embargo, la deslucida cumbre de la entente regional –participarán dos mandatarios salientes (Mauricio Macri y Tabaré Vásquez) y la Canciller Karen Longaric en representación del gobierno de facto de Bolivia- no ha restado valor al ultraderechista Bolsonaro para proponer una refundación del bloque con una agenda aperturista. En concreto, el mandatario del gigante sudamericano sugerirá estos días reducir drásticamente el arancel externo común, es decir la malla proteccionista que fortalece los bienes industriales de los cuatro socios mercosureanos. Es decir, en un mitin excepcional –con la mitad de sus actores estatales en el medio de una transición presidencial- Bolsonaro plantea concretar un giro drástico en el perfil internacional del bloque común.
A su vez el presidente de Brasil intentó elevar la participación de Bolivia en la cita. El país del altiplano aún no es un socio pleno. Paradójicamente, la decisión de sumar a la nación mediterránea, impulsada en su momento por la Argentina en tiempos de Cristina Fernández, se halla estancada en los escritorios del Congreso brasileño ya que el poder político del gigante sudamericano retaceo la posibilidad de ampliar el territorio del Mercosur a la Bolivia de Evo Morales.
¿Intenta Bolsonaro sumar una pieza estatal rica en recursos gasíferos en línea con su agenda regional? El analista internacional Alejandro Frenkel responde a Diagonales que: “No creo que Brasil intente forzar un ingreso de Bolivia, tras el corrimiento de Evo Morales, al bloque Mercosur. En su momento también se especuló que el Mercosur progresista habilitó la llegada de Venezuela a la Cuenca del Plata para incorporar un socio energético fuerte en petróleo. Que Bolivia este en el Mercosur no implica ejecutar más negocios gasíferos con el país del Altiplano. Tanto con Venezuela antes, como Bolivia ahora, existen acuerdos intrarregionales en el marco de la asociación ALADI. Eso no implica que sumar a La Paz tenga un valor político para Brasil, y además esa decisión hoy descansa en el parlamento brasileño, pero entiendo que Bolsonaro no va a mover ninguna ficha hasta que no esté claro el proceso electoral boliviano, pero también hay que tener en cuenta que el presidente de Brasil no tiene mayoría representativa en el Congreso y en todo caso esa posición la debería negociar con otros partidos”.
Por último, mientras Bolsonaro riega un campo minado en el entendimiento del Cono Sur, desde Buenos Aires los presidentes de los dos Congresos, el bonaerense Sergio Massa y su par Rodrigo Maia –oficialista pero crítico- tendrán una reunión hoy para precisamente tender puentes a futuro entre los dos gobiernos. Del encuentro participará el futuro embajador argentino en Brasil, el ex gobernador bonaerense Daniel Scioli. Al parecer, según deja trascender la propia prensa económica brasileña, han sido las propias cámaras industriales de Brasil las promotoras del acercamiento entre Maia y Massa. En definitiva, el tono de la futura relación entre Bolsonaro y Alberto Fernández aún es una incógnita, será a tono con el clima de época un nuevo territorio en disputa.