Finalizado el cierre de listas, los candidatos a intendente volvieron a Mar del Plata rápidamente; el domingo había una oportunidad que no podían desaprovechar: Alvarado jugaba la final por el ascenso al Nacional B. Un escenario perfecto para la foto, rodeado de miles de personas apoyando a un equipo de la ciudad. Y allí, en la platea cubierta, a pocos metros uno del otro, estaban los contendientes de la interna más interesante que se definirá el 11 de agosto. Vilma Baragiola y Guillermo Montenegro, los candidatos de Juntos por el Cambio, daban inicio formalmente a su disputa en el estadio José María Minella.

Pero para llegar a esas fotos en el partido que terminó en escándalo, primero hubo que atravesar un sábado convulsionado. Todo cierre de listas deja heridos, para completar los primeros lugares hay que tomar decisiones y es imposible conformar a todos los sectores. Mientras más grandes sean las alianzas, mayor dificultad habrá en el armado. El desafío de quien encabeza cada espacio es armonizar las voluntades y no generar fricciones que puedan dificultar el apoyo de cara a la campaña que se avecina.

Luego de la conformación de las listas, el objetivo central de todos los sectores políticos está puesto en la campaña para la PASO del 11 de agosto. Si bien dentro de los principales espacios sólo habrá internas en Juntos por el Cambio, los resultados que se cosechen ese día pueden ser determinantes para la elección de octubre.

Para analizar lo que sucederá en el oficialismo primero deberíamos responder una pregunta sencilla: ¿cuál es el oficialismo? Está claro que Carlos Arroyo llegó a la intendencia de Mar del Plata gracias a Cambiemos; en octubre de 2015 se impuso con más del 47% de los votos, luego de haber derrotado a Vilma Baragiola en la interna de agosto. Sin embargo, a los pocos meses de comenzada la gestión se iniciaron los cortocircuitos con el gobierno provincial. Por eso, este año la decisión tomada en La Plata fue contundente: no hay PASO para la Agrupación Atlántica. La respuesta del intendente fue presentar su partido con boleta corta en busca de la reelección.

De este modo, hay que restar un partido a quienes conformaban Cambiemos en 2015. Afuera la Agrupación Atlántica, afuera ni más ni menos que el intendente.

Con este panorama, los candidatos de Juntos por el Cambio se muestran como un oficialismo crítico. Destacan lo hecho por Nación y Provincia y lamentan las actitudes, los modos y las decisiones tomadas por el Ejecutivo local. ¿Serán Montenegro y Baragiola más críticos de la gestión que la propia oposición? ¿Desconocerán que fueron sus alianzas las que permitieron el gobierno de Arroyo?

Desde esta perspectiva pareciera que Guillermo Montenegro se siente más cómodo que Vilma Baragiola. El actual diputado nacional es crítico de la gestión Arroyo desde su desembarco en la ciudad, a finales de 2017. Además, dentro de la lista de concejales la mayoría son personas que debutarían en el ámbito político formal, por lo cual no se los puede vincular con el gobierno actual. En esta línea no es casual que quien encabece la nómina sea el basquetbolista Nicolás Lauría, seguido por Liliana Gonzalorena, representante de la Coalición Cívica. El tercer lugar es para el concejal de Crear Alejandro Carrancio, que responde al senador Lucas Fiorini y posteriormente aparecen Liliana Píccolo, Agustín Neme y Lynette Hooft, hija del juez Pedro Federico Hooft, acusado de delitos de lesa humanidad y absuelto por el Jurado de Enjuiciamiento de Funcionarios y Magistrados de la provincia de Buenos Aires en 2014.

Excepto Carrnacio, el resto de los primeros seis candidatos no tuvo un pasado en el Concejo Deliberante. Por su parte Neme, fue hasta el pasado lunes subsecretario de Comunicación del municipio. Una vez formalizada su candidatura, el hombre vinculado al dirigente Emiliano Giri decidió renunciar a su cargo en la gestión de Carlos Arroyo.

Pensando en el 11 de agosto, en estos últimos días Montenegro sumó el apoyo de la Coalición Cívica (segundo lugar en la lista), un sector del socialismo y del Senador Franco Bagnato, la figura política que más votos obtuvo en Mar del Plata en 2017.

Por el lado de Baragiola resulta más complejo poder separase de Arroyo. Luego de perder la interna en 2015, la actual concejal aceptó ser secretaria de Desarrollo Social hasta que renunció para encabezar la lista de 2017. Además de ocupar cargos en el gabinete municipal, la UCR fue clave para garantizar la aprobación de muchas de las propuestas de Arroyo en el Concejo Deliberante. Esta situación se ha modificado en los últimos meses, fundamentalmente al arribar a la ciudad el secretario de Hacienda, Hernán Mourelle, quien desde el primer día descalificó las anteriores gestiones radicales y a los concejales de ese partido. En estas elecciones Baragiola y el radicalismo deberán diferenciarse del intendente y proponer una propuesta superadora.

En este contexto, el armado de esta lista es la que dejó mayor cantidad de heridos ya que lo que parecía que iba a ser una alianza con un sector del Pro terminó en hegemonía radical. Cerca de las cuatro de la tarde del sábado se supo que la nómina iba a estar encabezada por Marcelo Lobbosco, integrante del Pro que responde a Juan Aicega. En ese momento el ex intendente Daniel Katz escribió en su twitter: “Era muy difícil equivocarse en este contexto. Sin embargo lo hizo....”. Minutos antes de la medianoche se conoció la respuesta a ese tweet y las duras negociaciones: afuera Lobbosco de la lista y adentro Carlos Katz, hermano de Daniel, en primer lugar. Entrado el domingo, quien recurrió a Twitter fue Aicega: “El Cambio es cultural y va a llevar sus años”. En este contexto, una alianza que se venía trabajando desde hace muchos meses pareció romperse en pocos minutos.

El segundo lugar de la lista de Baragiola es para Marianela Romero, integrante del grupo que lidera el diputado provincial y primer candidato por la quinta sección electoral, Maximiliano Abad. Luego continúan los radicales Sebastián Niro, Natalia Vezzi, Daniel Núñez y Emilia Brahim.

El conflicto con los docentes municipales

El Sistema de Educación Municipal marplatense es el más grande del país y desde 1989 sus docentes cobraban una bonificación que equiparaba su sueldo al del resto de los trabajadores municipales. A finales de 2018 Arroyo y su secretario de Educación, Luis Distéfano, decidieron reducir el monto de la bonificación modificando una Ordenanza, lo que derivó en paros, retenciones de tareas, judicialización de la medida y sesiones espaciales en el Concejo Deliberante.

Más allá de la resolución de este conflicto, hay tres mil docentes municipales y miles de estudiantes y sus familias que se han visto perjudicadas por esta decisión. Esta situación es uno de los ejes de campaña y se trasladará a la interna de Juntos por el Cambio.

El radicalismo desde el primer momento defendió a los docentes municipales, estuvo en contra de la medida adoptada por Arroyo, Distéfano y Mourelle y se intentó distanciar de estos funcionarios. Para reforzar esta postura, en el sexto lugar de la lista de concejales se encuentra Emilia Brahim, quien fuera secretaria de Educación de la gestión de Daniel Katz. Hace pocos meses la ex funcionaria fue invitada a la comisión de educación del Concejo Deliberante, lamentó la decisión tomada por el intendente y explicó cómo se había trabajado para lograr esa bonificación. Ese día Brahim se retiró ovacionada por los docentes allí presentes.

Por el lado de Montenegro, si bien no se han expresado públicamente sobre este tema, se lo ha visto a Distéfano en reuniones con Guillermo Montenegro y su equipo. El funcionario de Arroyo sigue en su puesto pero podría sumarse al quipo del Diputado Nacional.

Los riesgos de la PASO

Hay mucho en juego en la interna de Juntos por el Cambio. Con Arroyo fuera de la competencia en este espacio, lo que suceda el 11 de agosto puede ser fundamental para el destino de la ciudad y la provincia. Desde La Plata aseguran que Mar del Plata es un distrito clave para lograr la reelección de María Eugenia Vidal, es el segundo en cantidad de electores de la provincia y los números en 2015 y 2017 fueron altamente favorables. Frente a la tendencia que se impone en varios municipios grandes del conurbano donde el Frente de Todos ganaría con comodidad, lo que suceda en la Feliz será crucial. Por eso se apostó a una lista única aunque finalmente no fue posible.

Una PASO puede fortalecer al candidato ganador o debilitar al espacio. Si la campaña se convierte en una guerra sucia, difícilmente el bando perdedor ponga su energía en acompañar al que triunfe. El riesgo en la disputa Montenegro-Baragiola es que se llegue a situaciones de las cuales ya no haya retorno. Si eso sucede, Juntos por el Cambio puede encontrar un panorama adverso en las generales de octubre tanto en Mar del Plata como en la provincia de Buenos Aires.

Empezó el partido, los candidatos deberán evitar que termine en escándalo.