El martes pasado el oficialismo platense consiguió la aprobación de su proyecto de presupuesto 2023 a través de su mayoría automática en el Concejo Deliberante. Los 14 ediles que responden al intendente Julio Garro alzaron la mano para permitir que el jefe comunal cuente con su ley de leyes, superando los 10 votos negativos del FDT y sin responder a la mayoría de los planteos efectuados por la oposición. De esta forma, Garro iniciará el año en el que posiblemente busque su segunda reelección con la billetera preparada.

Una de las cuestiones polémicas que dejó el nuevo presupuesto platense fue, tal como contó esta semana Diagonales, un incremento excesivo en los fondos destinados a publicidad y propaganda oficial, que crecieron en forma exponencial como en cada año electoral desde que Garro es intendente. Pero, sin dudas, lo más escandaloso de la asignación de recursos para el 2023 es una “caja negra” que, entre diferentes partidas, totaliza unos $7.705.385.452,69 en fondos que no tienen una asignación clara o específica y de los cuales el Ejecutivo puede disponer para cualquier gasto.

Considerando que el presupuesto total para el 2023 es de $54.333.092.113,18, los más de siete mil millones de pesos sin asignación específica representan más de un 14% del total de los fondos. Esto va totalmente a contramano de lo estipulado por la Ley Orgánica de Municipalidades, que plantea con claridad que el nivel de detalle en la asignación de los fondos debe ser lo más analítico posible, justamente intentando evitar manejos discrecionales de los recursos por parte de los gobiernos. Al parecer, los paladines de la transparencia institucional del macrismo no se harán mucho eco de ello en el año electoral que se avecina en la capital provincial.

Sin embargo, esto no es una novedad. A pesar de que el Honorable Tribunal de Cuentas de la Provincia de Buenos Aires estableció en sendas resoluciones (la Resolución AG 449/11 y su modificatoria, Resolución Nro 15/2016) que los Concejos Deliberantes deben tener acceso permanente al sistema informático RAFAM para poder consultar la ejecución presupuestaria, Garro incumple hace años esa normativa, desoyendo además una docena de pedidos formales de regularización formulados por el FDT.

El Artículo segundo de la Resolución del HTC plantea que “el Departamento Ejecutivo deberá habilitar al Honorable Concejo Deliberante, mediante la asignación de usuarios y claves respectivas, el acceso al sistema informático RAFAM en forma permanente para que, con carácter exclusivo de consulta, pueda disponer de toda la información contenida en él”. La posibilidad de acceso implica contar con un usuario y clave para entrar al sistema en el que se van cargando los gastos municipales, con el objeto de poder ir siguiendo la ejecución presupuestaria en tiempo real y no tener que esperar hasta mediados del año siguiente a la rendición de cuentas del Ejecutivo para enterarse de cuánto se ejecutó finalmente del presupuesto y cómo.

La caja negra de 7,7 mil millones de pesos de Garro para el año electoral

“El Honorable Tribunal de Cuentas por resolución indica a los municipios que deben entregar la clave RAFAM a los y las Concejalas para poder ejercer el control de la administración financiera del municipio, conocer los ingresos y gastos. Tiene que ver con la transparencia mínima que deben tener los municipios. Sin embargo y pese a más de 12 pedidos formales, incluso se ha judicializado el tema, el municipio incumple la resolución del HTC” indicó a Diagonales la Concejala del FDT Yanina Lamberti, quien elaboró un detallado informe en el que se esclarecen las maniobras del Ejecutivo de Garro en el diseño del presupuesto 2023.

Originalmente, los fondos reservados que Garro intentó asegurarse en el proyecto inicial de presupuesto eran, de hecho, mucho más altos. El ítem número 900 del desglose de los gastos por finalidades y funciones del proyecto, destina fondos a la categoría “sin clasificar”. Inicialmente, el monto asignado era de $18.867.491.061,59 y representaba un 34,73% del total del presupuesto. A partir de sus críticas y planteos en Comisión, el FDT logró que el oficialismo redujera esa escandalosa suma a unos $2.211.116.975,73.

Sin embargo, otra partida, incluida entre los Servicios Sociales, también contiene recursos sin una finalidad clara asignada que suman a esa “caja negra” con la que contará el intendente en el año electoral. Se trata del ítem número 399 del proyecto, contenido dentro de la categoría Urbanismo, y que figura como “Otros servicios urbanos”. Esa partida, que no define de qué se tratarían esos otros servicios urbanos, dejando abierta la posibilidad a un uso totalmente discrecional de esos fondos por parte del Ejecutivo, tiene asignados $5.494.628.476,96. La suma de ese monto más los fondos sin clasificar arrojan el total de $7.705.385.452,69 que Garro podrá utilizar sin una afectación específica y sin control en tiempo y forma por parte de la oposición.

La caja negra de 7,7 mil millones de pesos de Garro para el año electoral

Para dimensionar lo que significa ese monto basta con compararlo con algunas otras partidas presupuestarias para el mismo ejercicio 2023. La Secretaría de Salud, por ejemplo, tiene asignado un presupuesto de $3.542.283.570,38, menos de la mitad de los fondos de la caja negra de Garro. La Secretaría de Desarrollo a la Comunidad está todavía más abajo: su presupuesto será de $1.968.961.531,02.

Siguiendo con la comparativa, la Secretaría de políticas públicas en Seguridad y Justicia, uno de los ejes discursivos preferidos del macrismo, tiene asignados $4.069.430.100,22 para el 2023, casi la mitad de los gastos reservados mencionados más arriba. La Secretaría de Obras y Servicios Públicos, a su vez, contará con $3.011.890.709,49 el próximo año, menos de la mitad.

A pesar de lo escandaloso que resulte, y lo contradictorio con el discurso de la transparencia institucional del cual el macrismo hace bandera, este manejo de los recursos municipales ya es un hábito para el intendente Garro. Año a año los presupuestos platenses presentan enormes fondos sin una afectación específica ni una descripción clara sobre en qué serán utilizados. Si a esto se le suma la resistencia del oficialismo municipal a entregar una clave RAFAM a la oposición para permitir un control de la administración de los recursos del distrito, queda muy de manifiesto la inconsistencia entre el discurso de Garro y sus acciones. Nada nuevo bajo el sol platense.