Como tripulantes saltando por la borda de un barco que se va a pique, los funcionarios del Gobierno nacional que dejaron puestos ejecutivos en sus distritos o provincias apostando por un albertismo que nunca fue, comenzaron el operativo retorno. El caso más resonante de las últimas semanas fue el de Juan Zabaleta, ex ministro de Desarrollo Social que volvió a Hurlingham para ordenar la interna que mantiene con La Cámpora en el municipio, pero también se supo en estos días que el Jefe de Gabinete, Juan Manzur, volverá el próximo año a Tucumán a intentar retener la gobernación de la provincia. Los movimientos en el oficialismo exhiben poca confianza en cuanto a las elecciones nacionales del 2023 y, al mismo tiempo, mucha preocupación de cada uno de los actores por no perder sus territorios.

En ese contexto se inscribe la salida del gabinete de Jorge Ferraresi, que en noviembre del 2020 fue el primero de los jefes comunales del conurbano que saltó al Ejecutivo nacional, sin tener en cuenta el caso de Katopodis que fue reelecto en San Martín pero fue nombrado ministro desde la asunción del FDT. Ferraresi entró al Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat luego de la salida de María Eugenia Bielsa, una de las apuntadas como parte de los “funcionarios que no funcionan” por CFK en octubre del 2020.

La fecha es un dato relevante: Ferraresi se tomó licencia en Avellaneda el 12 de noviembre de ese año. En caso de llegar a los dos años de licencia, que se cumplirían en menos de tres semanas, se podría considerar que no tuvo un mandato cumplido y a partir de esa situación Ferraresi quedaría habilitado para tener dos reelecciones más. El jefe comunal no quiere que se instale esa lectura en el distrito y esa sería la razón del momento de su salida del Ministerio para volver a la intendencia, tal como dejaron trascender desde Avellaneda.

Lo concreto es que Alberto Fernández pierde a otro de quienes fueran en algún momento sus alfiles. Si bien Ferraresi siempre tuvo una excelente relación con CFK, a quien recibió en junio en la CTA de Avellaneda para uno de sus últimos discursos públicos, su apuesta por el albertismo también fue explícita. Después de la derrota en las PASO del año pasado, su postura fue firme en la crítica a las renuncias de la tropa K encabezadas por Wado de Pedro, y hasta llegó a pedir 8 años de Alberto Presidente y 8 de Axel Gobernador.

De ese momento a la actualidad, la interna oficialista y la falta de rumbo del Gobierno terminaron desgastando al intendente que formaba parte de la mesa chica del Presidente junto a Katopodis, Zabaleta, Manzur y Cafiero, quien reacomodó sus posiciones en un nuevo acercamiento al kirchnerismo. Sin ir más lejos, el pasado 17 de octubre de los actos del peronismo fragmentado, el jefe comunal todavía en su rol de ministro envió un micro al acto de Máximo y Moyano en Plaza de Mayo con la leyenda “CFK 2023 – Jorge Ferraresi”.

La salida del gabinete fue ordenada, y en línea con los últimos movimientos, todo estuvo bajo la decisión exclusiva del Presidente. Para la comunicación se eligió un momento especial: el domingo, horas antes de los dos partidos que definían el campeonato, uno de los cuales sería protagonizado por un equipo de Avellaneda. De esa manera, la nueva baja en el gabinete de Alberto no fue tapa el domingo ni el lunes.

La forma y el tono del anuncio estuvieron trabajados con el asesor catalán que trabaja con Sergio Massa, Antoni Gutiérrez Rubí, e incluyeron foto con el sucesor: Santiago Maggiotti, intendente en uso de licencia de Navarro que se venía desempeñando como secretario de vivienda en el Ministerio. Una sucesión un poco más ordenada que las últimas que tuvo que afrontar Alberto Fernández.

LA VUELTA PARA ASEGURAR LA INTERNA

A diferencia del caso Zabaleta, Ferraresi dejó una estructura de poder ordenada en el distrito antes de pasar al gabinete nacional. En el lugar de intendente interino quedó Alejo Chornobroff, un joven de 31 años que encabezó en 2019 la lista de Concejales del armado de Ferraresi. Pero además, en enero del año pasado, apenas dos meses luego de dejar el distrito, el intendente en uso de licencia hizo nombrar como jefa de gabinete del municipio a Magdalena Sierra, su pareja y quien era entonces Diputada nacional por el FDT.

Sierra fue, además, la primera candidata en la lista de concejales el año pasado, cuando sacó el 42,49% en las PASO y el 48,90% en las generales. Con estos movimientos Ferraresi se aseguró el control absoluto del distrito, incluso estando en su función como ministro nacional. Sin embargo, el intendente nunca se alejó de Avellaneda durante su licencia, su presencia en actos, anuncios y la cercanía con la gestión cotidiana siempre fueron una constante.

Ferraresi necesitaba, mientras estuviese fuera del distrito, mantener a raya las aspiraciones de sus rivales políticos, tanto dentro del FDT como por fuera. En el caso de los propios, La Cámpora tiene una construcción importante que la llevó a ocupar lugares institucionales y tener referentes bien posicionados en la política local. De hecho, cuando Ferraresi dejó a Chornobroff a cargo de la intendencia, una de las posibilidades era que el joven lo acompañara al Ministerio nacional y, en ese caso, la segunda en la línea sucesoria era Sabrina Rearte, concejala de la organización que conduce Máximo Kirchner.

Pero el hombre fuerte de La Cámpora en Avellaneda se llama Emmanuel González Santalla. Parte del círculo de confianza de Máximo Kirchner, González Santalla fue concejal en el distrito entre 2013 y 2017 y secretario de Gestión Ciudadana entre 2017 y 2019, año en que encabezó la lista a senadores provinciales por la Tercera Sección electoral, el corazón del voto kirchnerista. En ese 2019, González Santalla también colaboró con el armado de Mayra Mendoza en el vecino distrito de Quilmes. El hoy senador de la PBA participó también de la lista de los Moyano en las últimas elecciones en Independiente, en las que un armado conducido por el macrismo destronó a los camioneros de la dirigencia del club. González Santalla tiene 36 años y una considerable proyección política que habrá que ver dónde lo deposita el año que viene, algo que Ferraresi debe estar mirando de cerca.

Pero dentro del FDT hay otro sector que también tiene sus aspiraciones propias en Avellaneda. Se trata de Unidad Popular, el partido de Víctor De Genaro y Claudio Lozano, que pisa fuerte en la CTA y algunos distritos del sur bonaerense. El hombre de Unidad Popular es Jorge Calzoni, rector de la Universidad Nacional de Avellaneda, quien el año pasado impulsó una PASO con una lista de concejales propia, a la par que expresó que lo hacían por no ser escuchados ni incorporados por la gestión que respondía a Ferraresi . Calzoni ya manifestó su voluntad de ser candidato a intendente en 2023.

LA VUELTA PARA FRENAR AL MACRISMO

Más allá de las aspiraciones de sus socios del FDT, menores dentro del distrito en cuanto a su volumen político, lo que verdaderamente preocupa a Ferraresi es la posibilidad de un crecimiento del macrismo que ponga en riesgo la elección del año que viene. Si bien son elecciones de naturaleza muy distintas, el reciente caso de Independiente es un botón de muestra que no puede dejar de señalarse.

El año pasado, Victoria Tolosa Paz le ganó a Diego Santilli por 42,8% a 36,1%. En las elecciones municipales, las listas de Juntos en las PASO sumaron el 35,41% de los votos. En las generales, la lista que quedó encabezada por el secretario general del Sindicato de Empleados de Comercio de Avellaneda y Lanús, Pero Machado, trepó hasta el 39,4%, lo que significó un reparto de 7 bancas para el FdT en el Concejo y 5 para Juntos. La composición final quedó en 15 bancas oficialistas y 9 opositoras.

Si bien el triunfo no estuvo puesto en duda, el macrismo logró con esos valores la mejor elección de su historia en el distrito. Es por ello que, frente a la difícil situación social y económica que atraviesa el país, el riesgo de un crecimiento de los votos para la oposición es una variable que se maneja en todos los oficialismos peronistas y de ahí la necesidad de cuidar la casa propia que está llevando a los intendentes a volver.

Apurado por el plazo de su licencia pero más aún por saltar a tiempo del barco albertista que todo el mundo ve hundirse es que Ferraresi decidió finalmente su retorno a Avellaneda. Con un ojo en asegurar que no escale ninguna interna y el otro en que el macrismo no cruce el Puente Puerredón, el intendente retornará luego de un último acto como ministro el próximo jueves, en el que se mostrará junto al Presidente en una inauguración de viviendas. A partir de ese momento, comenzará el operativo represa para evitar que una posible ola amarilla inunde desde la CABA al sur del conurbano.