La historia se remonta al 22 de octubre del 2018. Ese día el HCD platense sancionó un proyecto de  Ordenanza para la creación de un “Fondo Solidario de Fortalecimiento para Entidades”, que tenía la finalidad de subsidiar gastos y erogaciones necesarias para ayudar, fomentar, y fortalecer la actividad social en clubes de barrio, sociedades de fomento y asociaciones sin fines de lucro de La Plata. La iniciativa había sido impulsada por los representantes de las entidades sociales y el ex Concejal del Frente Renovador, Luciano Sanguinetti, pero no llegó a aprobarse en el órgano legislativo. Según expresaron a Diagonales fuentes que acompañaron a Sanguinetti en ese proyecto, el oficialismo platense lo “cajoneó” en ese momento para apropiarselo después.

Meses más tarde, en abril 2019 y en plena campaña por su reelección, el Intendente Julio Garro anunció la creación del fondo a través del Decreto municipal Nº 0885/19. Y no lo hizo en una ocasión cualquiera. El anuncio fue en la cena de festejo por el 80 cumpleaños de la Federación de Instituciones Culturales y Deportivas de La Plata, y planteaba su inclusión en el presupuesto vigente que se había sancionado el año anterior. Pero más de dos años después, y con las conocidas dificultades que la pandemia le trajo al sector, los clubes siguen sin haber recibido los recursos que les prometieron institucionalmente. Así lo confirmó a Diagonales Alberto Alba, Presidente de la Federación: “No me he enterado que ningún club haya recibido algo de esos fondos, no se aplicaron a las instituciones”.

La idea del proyecto original fue tomada por Sanguinetti y su equipo de una experiencia de Islandia. En el país nórdico, frente a una problemática social que crecía en relación al abuso juvenil de drogas, se instrumentó un proyecto a partir del cual se identificaban primero los intereses de la juventud territorialmente, para luego subsidiar o directamente construir establecimientos donde esos jóvenes pudieran desarrollar las actividades en las que habían manifestado su interés. En la adaptación platense, había un elemento fundamental que luego no fue respetado por el oficialismo, y que siembra dudas sobre el destino final de los recursos.

El proyecto de Ordenanza planteaba la creación de un fondo de afectación específica, es decir, recursos destinados a un único fin establecido, y que no podían utilizarse para otra cosa. Cuando Garro anunció la creación del Fondo, lo incorporó a la partida presupuestaria de la Secretaría de Coordinación Municipal, hoy devenida en Secretaría de Gobierno. En concreto, se agregaron ese año 40 millones de pesos al presupuesto de dicha secretaría que luego no terminaron en los clubes de barrio, y frente a la imposibilidad de acceder a los gastos municipales por parte de la oposición, para lo cual se necesita una clave RAFAM de acceso que el oficialismo no entrega, no hay manera de conocer si los fondos se usaron y en qué. Sumado a esto, en la rendición de cuentas oficial del ejercicio 2019, presentada el año pasado, tampoco se menciona explícitamente esa partida y la utilización de esos recursos.

En La Plata hay alrededor de 400 entidades barriales agrupadas en la Federación de Instituciones Culturales y Deportivas, que fue fundada el 29 de marzo de 1939 y es la más antigua del país, tal como cuenta su Presidente, Alberto Alba. “Unos 80 mil chicos pasan por nuestras instituciones. Sacar a los pibes de la calle, formarlos con valores para el futuro no es fácil, pero lo hacemos con amor” cuenta Alba. Para estas instituciones, fundamentales en la construcción y contención del tejido social, la dificultad del acceso a recursos es una limitante estructural: “Suplimos la función del Estado pero no somos parte del Estado. Los clubes subsisten por lo que ellos mismos generan, y eso hace muy complicado planificar. En La Plata hace muchos años que estamos exentos de pagar ganancias o la tasa municipal, pero no recibimos subsidios municipales” agrega el dirigente.

Esa función social de los clubes se vio potenciada en la pandemia. Las entidades participaron activamente en los comités de crisis de cada delegación, aportaron y aportan sus instalaciones para campañas de concientización, testeos, y son sedes de muchas ollas populares que alimentan a la población más vulnerable. En ese contexto, y habiéndose visto fuertemente golpeados por las lógicas caídas en sus recaudaciones a raíz de la pandemia y las restricciones, es que la promesa incumplida del Intendente Julio Garro cobra aún más gravedad. Bien importante sería que estas instituciones sociales pudieran acceder a esos recursos destinados a reformas y mantenimiento edilicio para poder seguir brindando el servicio a la comunidad que brindan, potenciado en su relevancia por el momento que atraviesa el país.

Es por esto que ya el año pasado se presentó un pedido de informe para conocer lo sucedido con esos fondos. La presentación la realizó la Concejala del FDT, Yanina Lamberti, hace casi un año, el 6 de junio del 2020. Al día de hoy la gestión de Garro no ha respondido a ese pedido, como ya es su costumbre cuando la oposición solicita información de este tipo.

Recientemente, el también Concejal por el FDT Ariel Archanco, reflotó el tema y volvió a solicitar un informe sobre el destino de esos 40 millones de pesos, el estado de las obras que se hayan realizado y la información sobre las entidades que lograron presentarse al Registro Platense de Clubes de Barrio. Además, el proyecto prevé una flexibilización temporal de los requisitos solicitados a las instituciones para poder acceder a dicho registro, el establecimiento de una unidad de asistencia para ayudar a las entidades a regularizar sus situaciones legales y administrativas, y la adaptación de las obras en cuestión a las necesidades impuestas por la pandemia.

“En primera instancia lo hicimos para que ese fondo se reactive y llegue lo más urgente posible a los clubes, pero también con la esperanza de retomar el espíritu original del proyecto que era crear un fondo de afectación específica que año a año llegue exclusivamente a los clubes de barrio platenses, para su desarrollo y mejoramiento” expresó el Edil. Y luego agregó: “el proyecto original proponía la creación de un fondo de afectación específica solo para clubes de barrio, que sea sostenido en el tiempo y se incremente año tras año, con una erogación inicial de $40 millones. El Decreto que firmó el Intendente dice que los fondos salen de la partida presupuestaria de la Secretaría de Coordinación Municipal, sin afectación ni monto específico. Buscamos retomar el camino de ese proyecto inicial, para que este fondo sea algo estable, crezca año a año, y podamos estar seguro de que llega a los clubes y no se usa para ninguna otra cosa”.

Tejido elemental de un cuerpo social muy castigado por años de pobreza y exclusión, potenciados por los efectos de la pandemia, los clubes de barrio necesitan de la atención urgente del Estado en todos sus estamentos para seguir cumpliendo su importante función social. “Los dirigentes de los clubes, más allá de que tengamos nuestras opiniones, no trasladamos la política a nuestras instituciones. Trabajamos para ellas, con amor y compromiso, y necesitamos asistencia sin mirar de dónde venga. Si un Intendente nos ayuda lo vamos a reconocer, independientemente de qué partido sea” plantea Alberto Alba dejando en claro que la única finalidad de estas instituciones es seguir aportando a la sociedad lo que aportan día a día. Que reciban lo que les corresponde y están esperando hace ya más de dos años, sería un buen primer paso, tan necesario como urgente.