Mientras la Argentina atraviesa una crisis económica acuciante, son cada vez más los trabajadores que se quedan en la calle como consecuencia del cierre de numerosas empresas e industrias en todo el país. Esta vez le tocó a la planta de cerámicos ILVA, una histórica fábrica que operaba en Pilar y recientemente echó a más de 300 empleados, cesó la producción y cerró sus puertas de forma definitiva. Este miércoles, los despedidos se manifestaron en la Autopista Panamericana para reclamar por una indemnización y no quedar a la deriva.

A inicios de septiembre se conoció la noticia de que la emblemática industria de ILVA bajaba sus persianas. La repentina determinación, catapultada por una crisis económica que no da tregua, dejó a más de 300 trabajadores en la calle y a sus familias sin fuentes de ingresos. Ahora, los exempleados no solo luchan por encontrar una nueva oportunidad laboral, sino que necesitan una indemnización que les permita salir a flote en un contexto de suba de precios y desempleo creciente en el marco del ajuste del Gobierno Nacional.

Desde el comienzo del conflicto los trabajadores señalaron que la empresa pretendía pagarles solo el 50% de la compensación que les corresponde por los despidos masivos. La intervención de la Provincia de Buenos Aires (PBA) no logró destrabar el enfrentamiento, por lo que este miércoles los empleados salieron a la calle y cortaron los dos carriles de la Autopista Panamericana en cercanías del Parque Industrial de Pilar, donde se encuentra la fábrica clausurada. Por la tarde, Gendarmería intervino y la traza fue liberada.