Un episodio indignante fue protagonizado por el accionar de la Policía Bonaerense, que detuvo y golpeó “por error” a un jugador de fútbol del ascenso. El hecho ocurrió en la zona céntrica de Avellaneda, donde el joven de 22 años estaba esperando a un compañero para dirigirse a un partido y fue abordado por efectivos que lo requisaron y lo hicieron subir al patrullero a golpes.

El hecho fue relatado por el propio joven, Jonathan Irala, jugador del club Midland, quien reconstruyó el episodio en diálogo con el diario Olé. “Estaba esperando a mi compañero en la Plaza Alsina de Avellaneda como siempre lo hago antes de ir para el club. En ese momento se me acercó un patrullero y me dice: ‘Vos estabas haciendo de trapito’. Lo cual me sorprendió y le respondo: ‘Yo no estaba haciendo nada, sólo espero un compañero para ir a jugar, mire como estoy vestido del club’. A lo que el oficial me replica: ‘Vos estabas haciendo de trapito, te vimos para las cámaras’”, contó Irala.

“Me trataron de mentiroso y ahí me dijeron que los acompañe. No entendía el por qué, quise llamar a un compañero. Me restringieron el celular, me lo sacaron y no me permitieron llamar a nadie. Pensaban que los podía llegar a grabar. Pusieron todas mis pertenencias en el baúl, luego forcejearon y me pegaron para meterme en el patrullero”, agregó.

Según contó el joven jugador, los efectivos le revisaron el bolso con sus pertenencias y elementos deportivos, al mismo tiempo que sufría maltratos verbales por parte de los efectivos, quienes le prohibieron comunicarse con el club o con familiares y no le permitieron utilizar su propio celular. 

“Pedía por favor realizar una llamada para avisar al club, a mi familia para que sepan dónde estoy, pero no me dejaron. Gracias a Dios no me pasó nada más. Había muchos pibes ahí que estaban drogados o por otras causas que me miraban y yo no sabía qué hacer. Me quedé en un rincón esperando”, expresó el joven que juega en el equipo de la Primera C. 

El relato del caso se conoció en las últimas horas y generó indignación al evocar similares características al trágico episodio que derivó en la muerte de Lucas González, de 17 años, también jugador de fútbol de Barracas Central, quien fue asesinado a balazos por efectivos de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires tras confundirlo a él y a sus compañeros del club con delincuentes. El caso ocurrió en noviembre de 2021 y generó conmoción a nivel nacional, con múltiples movilizaciones en pedido de justicia y repudio a la violencia institucional.