Un centenar de organizaciones de derechos humanos y agrupaciones políticas se pronunciaron en rechazo a la reciente apertura del llamado Centro Cultural Kyle Rittenhouse, espacio ubicado en pleno centro de La Plata y que se define abiertamente como negacionista, supremacista blanco, antifeminista y de derecha. El singular centro cultural que abrió sus puertas hace pocos meses en calle 5 entre 64 y 65 ya motivó el lanzamiento de un extenso comunicado de rechazo.

“Denunciamos que sus fundadores e integrantes promueven y ejercen prácticas sistemáticas de hostigamiento, agresión y acoso a diversas comunidades locales, además de difundir abiertamente a través de sus declaraciones públicas discursos de odio, intolerancia y negacionismo”, sostiene el comunicado que decenas de adhesiones, entre ellas de H.I.J.O.S Mar del Plata, H.I.J.O.S Zona Oeste, Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, entre otros.

En el texto se adjudica a los gestores del Centro Cultural una serie de agresiones producidas a locales militantes de izquierda en La Plata, intervenidos con consignas antisemitas y anticomunistas, como también se los asocia con campañas de odio a través de las redes sociales.

Cabe destacar que el propio nombre elegido para bautizar el espacio, Kyle Rittenhouse, hace referencia a un joven estadounidense que en 2020 asesinó con un rifle semiautomático a dos personas e hirió a otras, en pleno desarrollo de una manifestación contra la violencia racista hacia la comunidad negra. Rittenhouse, que decía estar “defendiendo la propiedad privada” al momento de iniciar el tiroteo, fue absuelto un año después por el crimen y hasta generó un apoyo internacional de parte de movimientos de ultra-derecha.

En tanto, esta tendencia generada por Rittenhouse parece ser la que busca instalar el centro cultural homónimo en la ciudad de La Plata, con consignas pintadas en sus paredes tales como “mi libertad de expresión no termina donde empiezan tus sentimientos” o “es legítimo usar la fuerza física o armada contra una agresión originaria”, al igual que reivindicaciones a genocidas de la dictadura o loas a Donald Trump o Jair Bolsonaro.

“En sintonía con una ultraderecha que busca fortificar ‘frentes de batalla cultural’, sus organizadores conciben al espacio como un centro desde el cual construir y reactualizar una cultura de derecha, que tiene profunda raigambre militarista, racista, misógina, homo/lesbo/transodiante, xenofóbica, antisemita y negacionista”, agregaron en el comunicado.