Los directivos de diferentes escuelas de Moreno tomaron la decisión de suspender las clases hasta que los edificios escolares del distrito no estén debidamente habilitados. Así lo resolvieron el sábado directivos de los diferentes niveles de 300 establecimientos educativos de Moreno en una asamblea realizada en la Media N° 2 de ese distrito, tras la explosión ocurrida en la Escuela N° 49 en la que murieron dos personas.

Las autoridades escolares anunciaron la medida que comenzará este lunes, a través de un comunicado con 16 puntos que leyeron ante la prensa, y aseguraron que con un plan de contingencia buscarán garantizar la continuidad pedagógica y los servicios de los comedores para preservar a las alumnas y los alumnos. Van a dar clases en plazas, en la vereda o en los lugares techados que puedan.

Ante la prensa, explicaron: “Fue una decisión de los directores autoconvocados. Por primera vez nos juntamos todos, porque no queremos que esto se repita y sabemos que con el estado actual de las escuelas puede volver a suceder una tragedia".

En tanto, Luciano Casaux, director de la Escuela N°2 del barrio Zapiola comentó: “Mandan inspectores para ver si hay paro, si tenemos la escuela abierta o si los docentes vienen a clases, pero los inspectores encargados de la seguridad no vienen nunca, ni siquiera después de presentar las cartas en las que contamos todos los problemas edilicios y el peligro que presenta para los chicos venir a clases”.

“Podemos tener otra tragedia en cualquier momento. Las condiciones están dadas. Todas las escuelas tenemos muchísimos problemas y no están debidamente habilitadas. Corre peligro la vida de los chicos y las nuestras”, agregó Casaux.

Además, contó que en lo que va del año hizo cuatro presentaciones por peligro de derrumbe en su escuela ya que hay grietas en los techos y que también una de las aulas donde tienen clases los chicos de 6º grado hay un tablero de luz.

“Es increíble pero hay un tablero de luz dentro de un aula y lo peor es que hay una pérdida de agua justo en ese lugar que le da directo al tablero. No sabemos si la pared está electrificada. No se puede trabajar así”, indicó el director.

En lo que va del invierno, tampoco recibieron la visita de los inspectores para revisar las estufas como hacen todos los años.

“Trabajamos en condiciones desastrosas. Por eso, no queremos que vuelva a pasar una tragedia como lo que sucedió con Sandra y Rubén”, agregó.