En una semana en donde el embajador argentino en la OEA, Carlos Raimundi, cuestionó el informe de Michelle Bachelet sobre Venezuela, el canciller Felipe Solá aclaró la posición de la Argentina al respecto y aseguró que en ningún momento pensó en renunciar ni se le pidió la renuncia al embajador. 

"El problema fue que Raimundi dijo una parte sobre Venezuela pero no otra parte: que es la preocupación de Argentina en relación a los Derechos Humanos en Venezuela", dijo el funcionario. El Canciller dejó en claro el gobierno de Alberto Fernández reconoce las falencias institucionales de Venezuela y que hay una violación a los derechos humanos en el país. Sin embargo, aseguró que la oposición utiliza la situación venezolana cada vez que discrepa con el Gobierno.

"Se usa a Venezuela y cualquier declaración sobre Venezuela como parte de la grieta. Lo que es importante es que Argentina no está sola en su posición (en la OEA)", comentó en el programa de Romina Manguel en A24.

 El canciller reprochó que "el retroceso económico por la pandemia hace que se diga ‘vamos a ser Venezuela’, una frase que vale para todo y que no se sabe bien qué es".

"¿Qué hemos hecho nosotros para que digan que 'vamos a ser Venezuela?", se preguntó e insistió con que se trata de "una excusa de la oposición". "Cuando condenamos los derechos humanos en Venezuela, la oposición no dice nada", advirtió.

"Una cosa es pensar de una manera de Venezuela y otra cosa es ir hacia Venezuela, que no tiene gasolina, tiene miles por ciento de inflación, hay falta de insumos, de medicamentos, ¿qué tiene que ver con la situación de Argentina?", cuestionó. 

Solá reconoció las dificultades de ser canciller y aseguró que "tiene 10 centímetros más que (su antecesor Jorge) Faurie" lo que lo pone "a la altura de las circunstancias". "Hace falta experiencia, constancia y ser capaz de ver esa delgada línea roja en donde tenés que caminar. La gente cree que no hablo de un tema porque tengo miedo de opinar. Pero lo que diga un Canciller es interpretado en todo el mundo. Se necesita un Canciller que hable poco y trabaje mucho", destacó.