Si se nos ocurriera sentipensar una medición sobre cuán peronista es el Gobierno nacional o los gobiernos locales que fueron electos por este partido o las alianzas comandadas por el mismo: ¿sobre qué bases podríamos construir un peronómetro? ¿Cuáles serían las variables que hagan más o menos peronista un gobierno, sujetos, etc.?

Comenzar este análisis por ese camino, creemos, no es productivo, ya que largas discusiones se avecinarían con respecto a: ¿qué es peronismo y qué lo caracteriza? ¿Es la articulación contingente del mismo lo que le permite tomar y sostener el poder, en distintos contextos y de distintas formas? ¿Cuál es su esencia? ¿Tiene una esencia? ¿Es el mismo el peronismo de Perón, de Menem, de Néstor, de Cristina o de Alberto? En este contexto y, lejos de una postura esencialista, la idea de este artículo es poder mirar al Gobierno nacional en sus decisiones para analizar su orientación, prioridades y desempeño, ya que responder a las anteriores interpelaciones implicaría largas tertulias.

Focalizando en el objetivo demarcado, se puede decir que la postura del Gobierno argentino y su Estado prioriza la política, entendida como la actividad ordenadora de la sociedad cuyo fin es el bien común y cuyo medio es el poder. Aquí, la política ocupa un lugar preponderante, no subordinado a la economía de mercados y hegemonía del capital financiero. Esta postura política clara, explícita y coherente con las acciones es construida por un peronismo con características populares, de tinte nacional, cuya significación de la justicia social gira en torno a la presencia activa del Estado que interviene en los temas centrales, no dejando que ninguna “mano libre” se autoregule, priorizando beneficios individualistas. Este Estado se fortalece constantemente en orden a su estructura y su organización para poder decidir y ejecutar tales decisiones. En este sentido, la inclusión, los derechos humanos, la perspectiva de género y la redistribución de la renta se constituyen en temas prioritarios.

Ahora bien, en el contexto actual, caracterizado por una pandemia que atraviesa el mundo y que se ha cobrado muchas vidas de todas las regiones, la postura del Gobierno argentino ratifica lo antes mencionado: el Estado actúa, marca presencia federal, ampliada a todo el territorio argentino, decide por una política pública que más allá del constante rediseño, condicionada por la pandemia del COVID 19, prioriza la vida de los ciudadanos. Esto es un posicionamiento político ideológico contundente, donde el capital financiero queda relegado en orden al cuidado de la vida. Esta decisión política amerita un estado presente, sólido organizacionalmente, ágil en su funcionamiento.

Un Estado fuerte al mismo tiempo que trasparente y decidido en el accionar (el caso del ministro Ginés González García y las vacunas fue una muestra). Sin embargo, aquí es donde también muchas decisiones generan controversias en la sociedad y se pone en juego la aceptación social en orden a las políticas. Pensemos por ejemplo en lo último acontecido respecto a la educación y la decisión a suspender el dictado de clases presenciales. La reacción de la comunidad ante esta decisión fue y es activa, dividiendo opiniones en la población argentina, lo que es un dato a tomar en cuenta en la construcción de legitimidad.

Como conclusión, podríamos decir que el Gobierno nacional tiene claras características de un peronismo nacional y popular, que construye un Estado fuerte y presente, activo, donde la política no se subordina a la economía, ejemplo de ello son las decisiones en el marco de la pandemia que priorizan la vida en orden al capital financiero. La construcción de la legitimidad de este gobierno debe ser diaria, las medidas de restricción generan controversias y allí está el desafío, en generar consciencia para sí, caracterizada por la consciencia de iguales intereses y la articulación política, también consciente, para defenderlos. Allí el desafío, entendiendo que esa consciencia es deuda pendiente de muchos Estados nacionales y populares.

*Doctora en Ciencia Política- Posdoctora en Ciencias Sociales. Docente e investigadora UNLaR-UNC