Inés Barboza va y viene de un extremo al otro de la Escuela de la Familia Agrícola (EFA) Ñande Roga, el centro neurálgico de operaciones para la lucha contra los incendios instalado en la zona de San Miguel, Corrientes. A la tarea cotidiana de organizar a los 150 efectivos de las Fuerzas Armadas desplegados en territorio a quienes coordina, este viernes se le sumó la organización de la visita del Presidente, el Gobernador Valdés y varios funcionarios del gabinete nacional, que descenderían con helicópteros en la EFA para recorrer el centro y realizar un acto político dando un mensaje de unidad en el combate de la crisis.

En unos minutos de descanso, Barboza tiene la gentileza de atender a Diagonales para conversar sobre la gestión de la crisis en el territorio, la organización de los recursos, la especificidad de la intervención del Ministerio de Defensa y las FFAA, y cómo será el día después cuando los fuegos logren ser contenidos.

¿Cómo viene siendo la coordinación de los recursos que el Ministerio de Defensa pone a disposición de la lucha contra el fuego en Corrientes?

Nosotros tenemos un procedimiento que es que cuando hay un requerimiento del Plan Nacional del Manejo del Fuego, en caso de que la emergencia de trate de un incendio como ahora, evaluamos la viabilidad de dar respuesta a ese requerimiento y definimos cuáles son los medios y las capacidades de las FFAA para disponer. En este caso el Ministro Taiana recibió paralelamente el pedido de ayuda del Ministro Cabandié y del Gobernador Valdés y se puso a disposición de ambos desde el primer momento. Yo recibí los requerimientos tanto del apoyo al SNMF como del apoyo a la provincia, que muchas veces como sucedió durante el Covid, la relación es directa con la provincia que pide que reforcemos su sistema provincial.

¿Cuántos efectivos de las distintas fuerzas están participando hoy del combate de los incendios en esta zona de Corrientes?

Tenemos unas 150 mujeres y hombres de las FFAA desplegados. Hay varias tareas que se están realizando. La primera fue montar una cocina y la distribución de la comida a los distintos brigadistas que están distribuidos en los distintos puntos de trabajo. Los brigadistas son del SNMF pero también vinieron desde las provincias y tenemos también a los brigadistas que vinieron de Bolivia. A todas esas personas se les está dando de comer con una cocina del Ejército. Hay un grupo de brigadistas de las FFAA desplegado, brigadistas que han sido certificados por el SNMF a partir de distintas capacitaciones que hicimos a lo largo del año. Después está el equipo de comunicaciones y toda la parte logística de camiones, piletones cisterna para el abastecimiento y los helicópteros, que hay dos, uno de Fuerza aérea y uno del Ejército, y un avión de la Fuerza aérea que se utiliza para hacer observación y reconocimiento de las áreas afectadas.

¿Hasta cuándo se quedan las FFAA en la zona?

Nosotros concebimos la gestión del riesgo como un proceso que comienza cuando se previene, por eso hicimos alistamientos, capacitaciones, luego continúa con una respuesta como esta y termina cuando nos podemos sentar en una mesa de coordinación para la rehabilitación y la restauración de la zona afectada. Entonces pensamos que las FFAA van a tener un rol en el día después de los incendios y vamos a estar tratando de asistir en la coordinación de esa rehabilitación poniendo lo que sea  necesario, todos los recursos de las fuerzas que sean posibles para asistir en esa última etapa de la emergencia.

"Dentro de lo malo de la emergencia en Corrientes, lo bueno es cómo se trabaja en territorio para enfrentarla”

¿Qué tipo de tareas se imaginan para ese día después?

Hay dos etapas. La primera es de consolidación, de asegurarnos que el fuego esté contenido. Luego hay que juntar el combustible natural que haya quedado remanente en las áreas. En el caso de que haya viviendas afectadas como ahora, que hay pocas pero hay, poder colaborar con el transporte de lo que sea necesario para reconstruir esas viviendas. Muchas veces hacemos asistencia logística para el Ministerio de Desarrollo Social, por ejemplo, que puede traer chapas, colchones, lo que sea necesario. Uno de los principales recursos que tienen las FFAA, que quizás no es el más reconocido, es el de comando y control, que tiene la capacidad de sentar en una mesa a todos los actores y distribuir adecuadamente las responsabilidades y las tareas que hay para hacer. Que muchas veces parece una obviedad, pero suele ser un obstáculo cuando hay actores tan diversos como Nación, con todas las agencias que tiene involucradas, la provincia con sus agencias involucradas más un tercer sector que es la sociedad civil organizada de varias maneras, que también se sientan a la mesa y quieren colaborar. Entonces lo mejor es tener un ámbito donde esté coordinada esa colaboración.

En ese sentido, ¿cómo se están coordinando las acciones hoy entre todos los actores intervinientes?

Hay un comité unificado e integrador en la ciudad de Corrientes, en las instalaciones del Ministerio de Seguridad de la provincia. Ahí tenemos un grupo grande de personal del Ejército que tiene una plataforma online que centraliza todas las capas de información y se constituye una sala de situación donde se ve cómo ha actuado el fuego en las últimas horas, los recursos que están desplegados, las novedades de esos recursos y qué hace falta hacer a futuro. Ahí participa el Plan Nacional del Manejo del Fuego, hay un grupo de Córdoba que tiene mucha experiencia y participa del Comando de Operaciones en Emergencia (COE), los ámbitos provinciales que tienen competencia y Parques Nacionales. En ese comando unificado se recibe toda la información y se sistematiza para mandarlos a los centros operativos que tenemos, como este de San Miguel.

¿Desde cuándo está funcionando ese comité?

Desde hace muy poquito, porque la primera reacción en una emergencia es el caos y la desorganización, y lo primero que hay que tratar de hacer es racionalizar ese caos. El Ejército y las FFAA tiene un expertise en ese sentido y logramos con un trabajo arduo, porque no es la costumbre en ninguna jurisdicción tener que organizarse para una emergencia, son situaciones imprevistas, quizás hay preparación para un incidente pero no para un evento de estas magnitudes, entonces los primeros días fueron de coordinaciones separadas, aisladas, bilaterales entre algunas agencias nacionales y otras provinciales. Y lo que logramos hace menos de una semana fue generar un espacio físico donde eso funcione las 24 horas del día y tenga todos los recursos reportados, sistematizados y con la capacidad de que las personas que tienen que tomar decisiones manejen la misma información.

¿Qué sentís desde lo personal por el hecho de estar acá, trabajando con tanta gente en el combate de una catástrofe como la que sufre Corrientes?

A mí me encanta mi trabajo y soy Secretaria de Emergencias, estar en el terreno es como se hacen las cosas, si uno no está en el terreno y no conoce no puede tomar las mejores decisiones. Y estando acá, donde miro hay una voluntad de integrar el trabajo, de cooperar. Todos los roces que en la superestructura se ven tan dramáticos, cuando uno está en territorio lo que realmente se ve es gente dándose la mano para poder ponerse de acuerdo en enfrentar y superar una situación. Recorriendo con los brigadistas y con nuestro personal veíamos familias que en sus casas quizás están con toda la tensión que significa la amenaza de que el fuego pueda llegar en algún momento, e igualmente hacen tortas fritas, chocolate caliente, salen a repartir frutas, agua, y eso entusiasma, alienta. El trabajo de brigadistas, mujeres y hombres que no importa si son policías, militares, civiles, es muy arduo, muy difícil y riesgoso, los fuegos se comportan de formas muy aleatorias a pesar de la especialidad de quienes lo combaten. Entonces, que la reacción humana que hay en torno a eso sea tan generosa y colaborativa la verdad que es una buena noticia. Dentro de la mala noticia de la emergencia, la buena noticia es cómo se trabaja en territorio para poder enfrentarla