“Las expectativas inflacionarias no se aquietaron como esperaba el Gobierno. Se tenía la expectativa de que el acuerdo con el FMI iba a generar una mayor estabilidad para esta altura del año, pero evidentemente eso por ahora no sucedió”, reflexionó Isaac Rudnik, director del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCi), luego de que el INDEC informara que el índice de precios al consumidor registró en mayo un incremento de 5,1 por ciento. 

Para el investigador, que todos los meses releva la canasta básica de alimentos en los comercios de cercanía del conurbano, entre las razones que explican el índice publicado esta tarde se encuentran tanto factores externos (la guerra en Ucrania y la inflación generalizada en el mundo tras la pandemia) como los internos, en los que las excusas de la Rosada tienen patas cortas. “Al Gobierno le está siendo imposible desacoplar los precios internacionales de los locales. En parte por los daños autoinfligidos, de las disputas internas, pero también porque tomó decisiones, como la no expropiación de Vicentín, que fueron oportunidades perdidas que hoy servirían para atacar la concentración en la comercialización y la producción”, enfatizó. 

“El Gobierno apostó a que el acuerdo con el FMI iba a contener la inflación, pero eso no se cumplió"

“Claro que la guerra en Ucrania empujó para arriba los precios de los alimentos y de los combustibles. También que la salida de la pandemia fue inflacionaria en todo el mundo. Pero en el plano interno hubo una apuesta a que el acuerdo con el FMI iba a acomodar la macro y eso no sólo no sucedió, sino que esta última semana hemos visto intentos desestabilizadores con posibles corridas sobre el peso y hasta con el rumor de que probablemente no se iban a pagar los bonos en pesos. Y si a eso le sumás la concentración económica, que no se atacó ni se ataca, hay un combo que hace que tengamos estos números”, explicó en diálogo con Diagonales. 

Si bien el 5,1 por ciento de aumento de mayo es más bajo que los de abril y marzo, el mejor escenario posible “es que el número se estabilice entre un 4 y un 5 por ciento mes a mes y tengamos alrededor de un 60 por ciento acumulado este año”, resumió el investigador del ISEPCi. 

En el rubro alimentos, la especialidad del instituto, los números no fueron tan malos. Para el INDEC, los alimentos en el conurbano subieron un 4,4 por ciento; para el ISEPCi, 4,2. “Claramente es una baja si tenemos en cuenta que veníamos de casi un 10 por ciento en marzo y en 6,7 en abril”, aclaró. 

El problema es que los salarios y, sobre todo, los ingresos de los sectores populares no están acompañando. Por ahora, los aumentos por adelantado del salario mínimo y los bonos anunciados para la AUH y la Tarjeta Alimentar no alcanzan para seguirle el paso al índice de inflación en lo que va del año, que dió 29,3 por ciento en el acumulado. “El tema es que además esas ayudas no sirvieron tanto para potenciar la capacidad de compra sino para saldar deudas que los sectores populares venían acumulando”, problematizó Rudnik. “Hay mucha incertidumbre, y sobre todo en la base electoral del Gobierno”, agregó.  

“El Gobierno apostó a que el acuerdo con el FMI iba a contener la inflación, pero eso no se cumplió"

Según el último relevamiento del ISEPCi, una familia de dos adultos y dos hijos menores necesitó en mayo 43.592 pesos para llenar el changuito con los alimentos indispensables, unos 1.758 más que en abril. La variación fue del 4,2 por ciento, la primera vez que se nota un leve retroceso desde la crisis desatada por la guerra en Ucrania. 

Respecto de las afirmaciones del dueño de La Anónima, Miguel Braun, respecto a que se “dedica a remarcar precios”, Rudnik lamentó que “nuestro país tenga una dirigencia empresaria con tan poco sentido de pertenencia y de construcción a largo plazo, como existe en otros países”. “Sólo se miran el ombligo”, afirmó.