La Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner volvió a sacudir la estantería del Frente de Todos con un discurso en el que repasó distintos problemas económicos de la actualidad, todos conectados entre sí, y la falta de muñeca política del Ejecutivo para solucionarlos. Una de sus frases más resonantes fue aquella en la que se refirió a que “hay festival de importaciones hace tiempo y creo que el Gobierno debe pensar cómo articular más adecuadamente: Banco Central, Ministerio de la Producción, AFIP y Aduanas. Esto tiene que ser articulado, lo cual no estaría sucediendo”. CFK calificó esa falta de articulación como un “Estado estúpido”, y volvió a pedirle al Presidente “usar la lapicera” con los empresarios que, según su mirada, especulan importando más de lo necesario: “Que se sienten a discutir, no hay que agacharles la cabeza, hay que discutir” disparó CFK.

En la óptica de la Vicepresidenta, ese nivel desmedido de importaciones es la principal causa de que el Banco Central no esté logrando acumular reservas a pesar de los niveles récord de exportación debido al contexto internacional. Los últimos datos publicados por el Indec en relación a esta cuestión revelan una importante suba interanual de las importaciones, pero también se marcan alzas en las exportaciones y en los precios y las cantidades de ambos rubros. La pregunta que surge de ese cuadro y que hoy se debate a partir de los dichos de CFK es en qué medida las importaciones crecieron significativamente por encima de lo que lo hizo la actividad económica en general, o si es justamente el crecimiento de la actividad el que conlleva el aumento en importaciones.

En su último informe sobre Comercio Exterior publicado en mayo y con cifras de abril, el Indec precisó que en el cuarto mes de este 2022 las importaciones alcanzaron los 6.883 millones de dólares, un 47,3% más que el mismo mes de 2021, mientras que las exportaciones crecieron también un 35,6% interanual, llegando a los 8.327 millones de dólares. El intercambio general en su conjunto alcanzó el monto de 15.210 millones de dólares y creció un 40,6%, mientras que el superávit, es decir la diferencia positiva entre exportaciones e importaciones, fue de 1.444 millones de dólares y significó el más alto para un mes desde octubre del año pasado. Esa diferencia fue, sin embargo, 26 millones de dólares inferior a los 1.470 millones de superávit de abril del 2021.

En el consolidado del primer cuatrimestre mantienen la tendencia. Las exportaciones totales del período fueron por 27.681 millones de dólares, USD 6.131 millones más que el mismo período del 2021, lo que significó un aumento del 28,5%. Por su parte, las importaciones alcanzaron los USD 24.852 millones, 7.303 millones de dólares más que en 2021, lo cual representó una suba interanual del 41,6%. A pesar de este incremento mayo de las importaciones, la balanza comercial, que llegó a los 52.533 millones de dólares con un crecimiento del 34,4%, arrojó un superávit de USD 2.830 millones.

PRECIOS Y CANTIDADES

El Indec también aportó información en relación a la variación de precios y de cantidades con respecto a la balanza comercial del primer cuatrimestre del 2021, datos fundamentales para evaluar si el incremento en exportaciones constituye o no el festival que denunció CFK. Un primer dato en ese sentido es que el índice de precios de las exportaciones creció por encima del índice de precio de las importaciones, 22,5% contra 16,4% respectivamente. Esta diferencia se traduce en un mejor contexto internacional para el intercambio para la Argentina, que cobra más caro lo que exporta que lo que paga lo que importa en relación al año pasado.

El Indec lo cuantifica: de haberse mantenido los mismos precios que el primer cuatrimestre 2021 y con las mismas cantidades exportadas e importadas, el superávit comercial hubiera sido de USD 1.238 millones, en lugar de los 2.830 millones registrados hasta abril. Dicho de otra manera, por los movimientos de precios del año pasado a este el país registró una ganancia de 1.193 millones de dólares.

Hilando un poco más fino, otro dato refuerza la crítica de CFK. El aumento de 6.313 millones de dólares en exportaciones se explica por un incremento de las cantidades exportadas de un 4,8% y aumento en los precios de lo exportado de 22,5%. Es decir, exportando un poco más en cantidades se ganó mucho más por el alza de los precios. En las importaciones el comportamiento fue el inverso. Los 7.303 millones de dólares más que se destinaron a ese fin en comparación con el mismo período del 2021, se explican en un 16,4% por el aumento de los precios y en un 21,7% en aumento de las cantidades. Aquí es notorio como el aumento de las cantidades es lo que demandó una mayor cantidad de los dólares que CFK reclama que deberían estar en las reservas.

Entre las diferentes partidas de importaciones, Bienes Intermedios fue la que más dólares demandó, USD 9.440 millones, unos 2.420 millones más que el año pasado, lo cual representó una suba interanual del 34,5% explicada esencialmente por las mayores compras de suministros industriales elaborados. En términos porcentuales, el mayor alza se dio en Combustibles y Lubricantes, rubro que sufrió una enorme alza en sus precios producto de la guerra en Ucrania. Esa partida aumentó un 195,1% interanual y demandó 3.040 millones de dólares, 2.010 millones más que el año pasado. Por su parte, las importaciones en Bienes de Capital crecieron un 35,9% interanual y se llevaron 4.140 millones de dólares en el primer cuatrimestre, 1.093 millones más que en el mismo período del 2021. Mientras que las Piezas y Accesorios para bienes de capital incrementaron sus importaciones un 30,6% interanual, que se tradujo en USD 4.551 millones, 1.066 millones más que el año pasado.

Uno de los puntos del debate vienen siendo las importaciones en otros dos rubros, Bienes de Consumo y Vehículos Automotores de Pasajeros. En Bienes de Consumo se registró un incremento del 33,4% interanual, con una demanda de dólares que alcanzó los 2.876 millones de dólares, 720 millones más que en 2021. Vehículos y Automotores es el único rubro en el que se registró una caída del 8,7% con respecto a los primeros cuatro meses del año pasado, en los que se destinaron USD 655 millones para ese fin contra los USD 598 que se destinaron este año.

COMPARATIVA DE UNA DÉCADA

Otro eje para encarar la discusión es comparar el movimiento de la economía durante los primeros cuatrimestres de la última década, poniendo el foco en las diferencias entre exportaciones, importaciones y el saldo de la balanza comercial. De los últimos diez años, solamente en cinco se registró un superávit mientras que la otra mitad fue deficitaria. El 2020 fue el mejor año de la serie, con una balanza positiva en 4.914 millones de dólares, pero un bajo volumen tanto en exportaciones como en importaciones comparado con el 2022: se exportaron casi USD 10.000 millones menos y se importaron USD 8.000 millones menos.

El siguiente mejor año, quizás el más conveniente para una comparación desde la óptica de CFK, fue el 2012. En sus primeros cuatro meses se exportaron USD 24.319 millones, el segundo registro más alto de la década detrás del 2022, y se importaron USD 20.005 millones, arrojando un superávit de USD 4.314 millones. Este es quizás el ejemplo más acabado de lo que la Vicepresidenta puede considerar un proceso virtuoso de altas exportaciones con también altas importaciones pero un saldo considerable en la balanza comercial.

A partir de 2013 comenzó una tendencia que se revertiría recién en 2019. Cayeron un poco las exportaciones y subieron las importaciones, dejando un saldo positivo de solamente USD 998 millones. En 2014 ya se registró el primer año deficitario, cuando los niveles de importaciones se mantuvieron pero las exportaciones cayeron unos 3 mil millones de dólares, dejando la balanza comercial en USD -1.917 millones. En 2015 se redujo apenas el déficit pero como consecuencia de una reducción tanto de las exportaciones como de las importaciones, con un saldo final de USD -1.235 millones.

Ya en el macrismo, 2016 fue el año de menor volumen de exportaciones de la última década, pero las importaciones también cayeron y se llegó a un déficit de solamente 16 millones de dólares. En 2017 se dispararon las importaciones, y a pesar que las exportaciones también subieron se registró un déficit de USD 1.288 millones. El 2018 fue el peor año de la década en cuanto al balance externo, con el segundo mayor registro en importaciones detrás del 2022 (23.024 millones de dólares) y un déficit de USD 3.277 millones de dólares.

En 2019 se mantuvieron las exportaciones y, con la industria frenada por la crisis, las importaciones cayeron fuertemente dejando un saldo positivo en la balanza externa de USD 3.169 millones de dólares. La caída de 2020, que sin embargo dejó una balanza positiva, se recuperó en 2021 con una diferencia positiva entre exportaciones e importaciones de USD 4.001 millones.

Estos números permiten observar que, si bien el 2022 está dentro de los años superavitarios, presenta el segundo superávit más bajo de los cinco años positivos, solamente superior al del 2013. Al mismo tiempo, tanto el nivel de exportaciones como el de importaciones de este 2022 son récor en la década.

Seguirá el debate, entonces, sobre la posibilidad de calificar como festival de importaciones o no a lo que está sucediendo en la economía argentina hoy por hoy. Es tan cierto que los niveles récord de exportaciones no se están traduciendo linealmente a reservas, como que los volúmenes de comercio exterior y de crecimiento presentan niveles por encima en los años anteriores. En última instancia, es una decisión política cómo se administra esa actividad en función de distintos objetivos que se puedan tener, como el acumular reservas, mantener el ritmo de crecimiento o distribuir el ingreso.

Allí se dan los chispazos y las diferencias en la coalición gobernante, sin que pareciera haber un horizonte de acuerdo a la vista. Por lo pronto, CFK ya apuntó al nuevo responsable de intentar alguna solución para esta situación. El flamante Ministro de Producción, Daniel Scioli, será el encargado de aplicar sintonía fina con el empresariado para evitar importaciones especulativas que busquen aprovechar el dólar oficial barato, y de esa manera aprovechar el contexto internacional para engrosar reservas. Scioli ya comenzó este martes su ronda de reuniones con cámaras empresarias para comenzar los diálogos.

Como si fuera poco, detrás de la interna oficialista aparece también el fantasma del FMI y sus metas de acumulación de reservas. Con la primera revisión trimestral asegurada, otro puede ser el panorama en septiembre cuando llegue la segunda. En este complejo escenario se mueve y discute el FDT, como siempre marcado principalmente por las intervenciones de CFK, que cada vez vienen más picantes.